"Esperar ser feliz continuamente es dañino.
El estado de las personas cambia constantemente,
todos tenemos altibajos", explicaba la psicoterapeuta Gina Clarke
en un artículo en el diario británico 'The Independent'.
O dicho de otra manera, los sentimientos de ira, frustración
o tristeza son tan naturales como la alegría.
Ninguno va a desaparecer gracias a los consejos de un libro
de autoayuda, por tanto hay saber convivir con ellos.
Hugo de Lucas
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