Te extraño cada día que pasa
y cada minuto en que no estás aquí.
No sales de mi mente, ni de mi corazón.
Me duelen los kilómetros que no me dejan
tocarte y la distancia que me impide abrazarte,
aunque estás tan presente, como si estuvieras aquí.
Te pienso y te beso en mis recuerdos y por las noches
te acaricio en mis sueños, porque te extraño todo el tiempo.
Te extraño tanto, que la única forma de sentirte cerca,
es cerrar los ojos un instante y abrazarte con mi alma.
Eres ese silencio que llena todos mis latidos.
Ese silencio que a su vez, hace mucho ruido.
Ese silencio, que por mucho que lo calle, inunda mis sentidos.
Te extraño y aquí me tienes como cada día, pensándote...
Y aquí estoy en mis sueños, imaginándote...
Y sigo aquí como siempre, queriéndote... cada día un poco más.