Allá donde vayas, por lejos que sea,
no importa por cuanto tiempo, contigo me llevarás.
En silencio te acompañaré en tus victorias,
te daré fuerzas en las derrotas y en las noches de soledad.
Y desde aquí, bajo el mismo cielo que nos une,
le pediré a Dios por ti,
porque salgas triunfante y si es posible,
que nos conceda algún día,
volvernos a encontrar.
|