Uno de los grandes males de nuestro tiempo es la soledad. Cada vez es mayor
el número de personas que no saben convivir consigo mismas. Eso sí, hay
que recordar que no es lo mismo estar solo que sentirse solo. Sentirse aislado
es uno de los principales motivos de depresión durante la Navidad.
Porque la tristeza que asalta a muchos durante estas fiestas se conoce
como “depresión blanca“, “depresión navideña” o “blues de Navidad“.
Según la Asociación Europea de Psiquiatría Social, un 20% de los españoles
padecen este problema. El ambiente de alegría y dicha colectiva motiva la
añoranza y la tristeza por la falta de familiares o amigos allegados.
Es entonces cuando las personas pueden deprimirse.
Los psicológos podemos decir que las principales causas que explican
los “bajones” anímicos navideños son la perspectiva de reunirse con
familiares problemáticos, el desembolso económico que suponen las
celebraciones y la ausencia de los seres queridos, ya sea porque hayan
fallecido o porque uno se ha separado de ellos. En el caso de familiares o
amigos desaparecidos, la melancolía tiene que ver, muchas veces,
con el hecho de pensar en la propia muerte. Y es que
a muchas personas les cuesta asimilar que la vida es finita.
M Dolors Mas