La vida se aprovecha mejor cuando se tiene un alma eternamente joven,
sin importar la edad cronológica y solo es joven aquel que tiene
la capacidad para vivir en el momento presente, plenamente y
sin pensar en estar en otra parte.
La clave de la eterna juventud es prestar atención plena a cualquier cosa
que suceda en el momento presente y, sobre todo, cuidar de uno
mismo con una alimentación balanceada, ejercicio físico regular,
un sueño reparador y un trabajo satisfactorio.
No está de más llenarse siempre de respetuoso asombro y mostrar gratitud
con enfoque en lo que se tiene y no en lo que falta, para evitar el
envejecimiento físico, el cual, por lo demás, es menos espinoso que
el declive del alma.
Hay quienes, con edad cronológica avanzada, son plenamente felices y
se consideran jóvenes de por vida. La clave es empezar a verse como
un alma con un cuerpo, en lugar de observarse como un cuerpo con un
alma, interpretando las señales que la edad como condecoraciones al valor
a las que hay que honrar y trascender. El alma es esa parte de uno mismo
que nunca envejecerá.
Adaysa Guerrero
|