Conectar con la naturaleza significa dejar a un lado la creencia de que
somos tan importantes, casi divinos y darnos cuentas de una vez por todas
de que somos humanos. Pertenecemos, al igual que los animales, a este
mundo que poco entendemos pero que tiene un orden natural establecido y
que es el que es, nos guste o no.
Tenemos que empezar a abrazar nuestra propia biología, lo que nos pide
el cuerpo. Abandonar las obligaciones autoimpuestas y comenzar a disfrutar
más de aquello que nos apasiona, de nuestra naturaleza.
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