"Te estas volviendo vieja", me dijeron, "has dejado de ser tú,
te estás volviendo amargada y solitaria".
-"No", respondí. "No me estoy volviendo vieja,
me estoy volviendo sabia.
He dejado de ser lo que a otros agrada para convertirme en
lo que a mí me agrada ser, he dejado de buscar la aceptación
de los demás para aceptarme a mí misma.
No, no me estoy volviendo vieja. Me estoy volviendo asertiva,
selectiva de lugares, personas, costumbres e ideologías.
He dejado ir apegos, dolores innecesarios, personas tóxicas,
almas enfermas y corazones podridos, no es por amargura,
es simplemente por salud, paz, tranquilidad
y sobre todo, Amor propio...