Descubrí que no soy una princesa de cuento de hadas,
descubrí al ser humano que sencillamente soy, con virtudes
y defectos sus miserias y sus grandezas. Descubrí que puedo
permitirme el lujo de no ser perfecta, de estar llena de defectos
de tener debilidades, de equivocarme, de hacer cosas indebidas,
de no responder a las expectativas de los demás. Y a pesar de ello
¡Quererme mucho!