Existen momentos de la vida en los que el protagonista
observa su presente desde la perspectiva del estancamiento,
es decir, en su corazón nace un intenso deseo de novedad y
de descubrimiento. En definitiva, la persona se posiciona ante
su vida con una nueva mirada en donde nace una sed de nuevos
aprendizajes, más experiencias positivas y autoconocimiento sincero.
Un proceso de cambio personal debe ser meditado;
no debe ser fruto de la improvisación, sino de la planificación.
De lo contrario, cuando la persona no sabe dónde se dirige,
puede llegar al lugar más inesperado. Es fundamental
reflexionar sobre el porqué y el para qué de las acciones que
componen un plan de acción con el que la persona recorre la distancia
que separa el estado actual del estado deseado.
Eliane Bernad
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