Aprendo lentamente que no tengo que reaccionar a cualquier cosa que me moleste.
Aprendo lentamente que la energía necesaria para reaccionar a cada cosa "mala" que me sucede,
me agota y me impide ver las otras cosas buenas de la vida.
Aprendo lentamente que no voy a ser el consuelo de todos
y que no voy a poder llevar a todos a tratarme como quiero que me traten y no es para tanto.
Aprendo lentamente que tratar de ′′ganar′′ a cualquiera es solo una pérdida de tiempo,
energía y que solo me llena de vacío.
Aprendo lentamente que no reaccionar no significa que esté de acuerdo con las cosas,
simplemente significa que elijo elevarme por encima.
Elijo aprender la lección, me sirvió y aprendo de ella.
Elijo ser la persona más grande.
Elijo mi tranquilidad mental porque eso es lo que realmente necesito.
No necesito más drama.
No necesito que la gente me haga sentir que no soy lo suficientemente buena.
No necesito peleas, argumentos y conexiones falsas.
Aprendo lentamente que a veces, no decir nada, lo dice todo.
Aprendo lentamente que reaccionar ante cosas que me molestan, le dan poder a alguien sobre mi
y sobre mis emociones.
No puedo controlar lo que hacen los demás, pero puedo elegir cómo reaccionar,
cómo lo manejo, cómo lo percibo y cuánto de ello me lo tomo personal.
Aprendo lentamente que la mayor parte del tiempo,
estas situaciones no dicen nada sobre mí y mucho sobre la otra persona.
Aprendo que todas estas decepciones están ahí para enseñarme a amarme y me servirá de escudo.
Aprendo que aunque reaccione, no cambiará nada, no hará que la gente me quiera
y me respete de repente, no cambiarán mágicamente sus mentes.
A veces es mejor dejar ir las cosas, dejar ir a la gente,
no luchar por el cierre, no pedir explicaciones,
no perseguir las respuestas y no esperar que la gente entienda desde donde tú lo ves.
Aprendo lentamente que la vida se vive mejor cuando no la centras en lo que pasa a tu alrededor
y la centras más bien en lo que sucede dentro de ti.
Trabaja en ti mismo, en tu paz interior
y te darás cuenta que no reaccionar a cada pequeña cosa
que te molesta es el primer ingrediente para vivir una vida feliz y saludable
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