Ser un camaleón social
Los camaleones se adaptan y cambian de color según el ambiente en
el que están. Eso hace que puedan sobrevivir durante más tiempo
ya que se mimetizan con el ambiente.
Si lo traspasamos a las personas, está bien ser flexible y adaptarnos
a los cambios. Siempre que no nos olvidemos de nuestras propias necesidades
y de nuestros propias emociones. Porque si no podemos ser falsos
y maestros de causar buena impresión.
Para ser vistos vamos a anteponer las necesidades de los demás a las nuestras.
Por la necesidad de gustar vamos a pisarnos a nosotros mismos e ir variando
nuestra imagen u opiniones para sentirnos apreciados, aceptados o
queridos por los demás.
¿Cuál es el precio de ser un camaleón social?
Nuestras relaciones pueden ser más superficiales e inestables.
Podemos creernos tanto nuestros personajes que puede ser que ya no
sepamos quienes somos realmente. En función de con quién estamos
nos podemos transformar y esto a la larga es muy agotador.
Estar fingiendo ser lo que uno no es. O estar intentando mantener una
imagen que en realidad no somos. El precio de ser un camaleón social es
que no vamos a poder disfrutar de las pequeñas cosas.
Ni tampoco de las grandes.
Porque vamos a intentar controlar todo a nuestro alrededor y a todos.
Y lo más duro de todo es que incluso a nivel social ser un camaleón está
bien visto. Entonces no vamos a poder dejar de hacerlo, porque cada vez
que intentamos ser auténticos nadie nos va a decir lo bien que lo hacemos.
O lo fantásticos que somos.
Adriana Reyes
|