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De: Tatisverde (Mensaje original) |
Enviado: 06/07/2023 03:13 |
Soy una expresión del amor de Dios.
Verdadera misión
Durante mi vida, tal vez tenga la oportunidad de explorar muchos caminos y desempeñar distintos papeles. Puedo tener diferentes carreras, ser guiado a cursar estudios o a viajar a tierras lejanas. Dondequiera que esté y en todo lo que haga, recuerdo que mi verdadera misión es ser una expresión del amor de Dios.
Soy un instrumento de paz en momentos de conflicto cuando veo a cada persona como una creación divina. Sirvo de canal para que el bien fluya y lo comparto con otros. Al cumplir mi misión, soy una fuente de consuelo para aquellos que pueden estar sufriendo. Diariamente, y de modos sencillos, soy una expresión del amor de Dios que ofrece una perspectiva positiva al mundo.
“Muy amado, no temas; la paz sea contigo; esfuérzate y cobra aliento.”—Daniel 10:19
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De: KARMELA |
Enviado: 06/07/2023 13:08 |
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La gracia me bendice y me inspira a bendecir a otros.
Gracia
La gracia es un fluir constante de bien en mi vida. Sé que he de esperar bendiciones, y cuando una bendición imprevista me hace sonreír, reconozco que es producto de la gracia divina.
El espíritu de Dios me ofrece todo bien y sólo aquello que es bueno, y confío en esta verdad. Sé que la guía y la gracia divinas siempre me acompañarán.
Consciente de la actividad y la presencia del Espíritu, permanezco optimista. Mi energía positiva resplandece como una palabra de confianza o una mano amiga. Mis pensamientos y oraciones silenciosas de fe llegan a muchas personas, cerca y lejos. La gracia me bendice y me inspira a bendecir a otros.
“Conforme a la gracia de Dios que me ha sido dada, yo, como perito arquitecto, puse el fundamento, y otro edifica encima.”—1 Corintios 3:10
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Irradio la luz de Dios como amor y comprensión.
Faro de luz
Al mirar el cielo nocturno, no puedo contar todas las estrellas, pero mientras más miro, más veo que cada estrella es un faro de luz.
Yo también soy un faro de luz, una luz que transmite comprensión divina al mundo. Tal vez nunca sepa cuándo mi luz inspira a otra persona en su camino. Sé que al dejar que la luz divina irradie de mí, doy vida al amor y la aceptación.
Puedo sentir gozo cuando reconozco que toda situación en mi vida tiene un propósito. Queda de mi parte dejar que mi luz interior brille, y así lo hago. Honro y expreso la luz divina que yace en mi alma.
“También te he dado por luz de las naciones, para que seas mi salvación hasta lo último de la tierra.”—Isaías 49:6
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Somos amados de Dios.
Conexión sagrada
El espíritu de Dios está en mí y en toda persona en el mundo. Ésta es una conexión sagrada que compartimos con Dios y los unos con los otros.
Considero a todos como mi familia ya que un vínculo sagrado me une a todo hombre, mujer y niño en el planeta. Trato a los otros con reverencia y deferencia, y me trato a mí del mismo modo.
Pensamientos bondadosos y actos de perdón, así como expresiones de amor, paz y buena voluntad, son bendiciones que podemos dar y recibir unos de otros. Toda persona que veo, mi familia y mis compañeros de trabajo, comparten conmigo un nombre al cual todos respondemos: amado de Dios.
“Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios.”—1 Pedro 4:10
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