La noche anterior, ponemos los garbanzos en un recipiente amplio y los cubrimos con abundante agua. Añadimos un puñado de sal y los dejamos a remojo durante toda la noche.
Al día siguiente, en una cazuela grande, echamos los garbanzos ya escurridos de su agua. Cubrimos todo con abundante agua nuevo -aproximadamente 3 veces la cantidad que ocupen los garbanzos-, añadimos un puñadito de sal y lo calentamos a fuego fuerte. Dejamos que se cocinen durante aproximadamente 1 hora y 15 minutos.
Una vez los garbanzos estén cocidos, vamos a preparar nuestro hummus casero. En un vaso batidor, ponemos los garbanzos junto con un diente de ajo entero pelado, 2 cucharadas de aceite, media cucharadita de comino en polvo, 1 cucharadita de pasta tahini y el zumo de medio limón. Salpimentamos y trituramos bien hasta obtener una pasta homogénea, fina y muy cremosa.
Hecho esto, podemos añadir, de forma opcional, una cucharadita de pimentón dulce y 2 o 3 cucharadas del caldo de la cocción de los garbanzos -si queremos que el hummus quede menos denso-. Integramos bien estos nuevos ingredientes y servimos inmediatamente.
Preparar esta receta en casa es la mejor opción si deseas un hummus casero de calidad, sin los conservantes y aromas artificiales del hummus ya preparado. La diferencia en el sabor se nota, y el esfuerzo merece la pena. ¡Pruébalo y sorprende a todos tus invitados!