5. Pienza
La historia de este pueblecito de la Val d’Orcia es bien curiosa: fue moldeado a partir de la voluntad de Enea Silvio Piccolomini (quien posteriormente se convertiría en el Papa Pio II) de crear la “ciudad ideal”.
No sé si es la ciudad perfecta, pero bien guapa si que le quedó, tanto que podemos decir alto y claro que se trata de otro de los pueblos más bonitos de Toscana.
Cuando estés allí date una vuelta sin rumbo por el centro y olvídate del mapa, pasarás por palacios asombrosos, por la Catedral, la Plaza Central y el Palacio Piccolomini.
Consejo: no te vayas sin haber probado uno de los productos estrella de la zona… el cacio de Pienza, un queso de cabra muy sabroso.