Breve el camino, noche larga dulces consuelos mi Alma guarda, sentires de minuétos en dulce danza me llevan en una nube hasta tu garganta.
Silba el trigo su simiente bajo cielo celeste, que hasta mi orilla traes cítara y arcilla ardiente.
Duerme el Abedul mientras repasa esa poesía de amor que me traspasa mientras que me cubres con velo de tul.
Círculos mágicos ante mi se alzan quiero que me beses amante etérico con besos de mazapán...
Rosario de Cuenca Esteban
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