Ya conocemos bastante los ácidos grasos esenciales Omega 3 y 6, este tipo de lípidos saludables que se encuentran, principalmente, en los pescados de agua fría y en las semillas de lino, o en caso del omega 6 en los huevos, el pollo y aceites vegetales.
Sin embargo, también existe otro miembro perteneciente a la familia de los Omegas, se trata del omega-9. Este tipo de grasa monoinsaturada no es, técnicamente, considerada un ácido graso esencial porque nuestro cuerpo sí puede producirlo –a comparación con los otros dos que sí o sí deben ser incorporados a través de los alimentos. Claro que, de cualquier modo, la cantidad que produce por lo general puede no ser suficiente.
Por este motivo, también es importante buscar el consumo de alimentos que contengan omega-9 para mantener un óptimo estado de salud. Una de las fuentes principales de este lípido es el aceite de oliva, porque es rico en ácido oleico, aunque también podemos encontrarlo en el de Canola, en el maní y en las semillas de girasol.
Otras fuentes: los aguacates, la mantequilla de maní, frutos secos como las nueces y otras semillas contienen también omega-9.
Este tipo de grasas monoinsaturadas desempañan un papel importante porque ayudan a establecer los nivelar de colesterol en sangre, refuerzan el sistema inmunológico y reducen la inflamación.
Otro dato sobre el Omega-9: si nuestro cuerpo no recibe la cantidad suficiente de los otros dos ácidos grasos antes mencionados, el 3 y el 6, puede utilizar, a modo de sustituto, el 9. De cualquier modo, siempre hay que buscar equilibrar la ingesta de todos ellos.