Ahora dibujemos un triángulo equilátero en posición normal y dividámoslo también en tres partes iguales.
La parte de abajo quedará más grande y corresponde a nuestro cuerpo en el Mundo Material.
La parte de en medio un poco más chica corresponde a nuestra mente en el Mundo del Alma
Y en la parte superior queda nuestro espíritu liberado en el Mundo Espiritual.
Al darnos cuenta de lo anterior y al tratar de dejar de estar colocados en la condición del ser humano tradicional, para colocarnos en la condición del Ser Humano Espiritual, nos ubicamos sin lugar a dudas en un problema personal de grandes dimensiones, ya que tenemos que estar dispuestos a dejar atrás toda nuestra actual forma de ver y vivir las cosas de acuerdo a nuestros abundantes o escasos conocimientos humanos en todo lo que concierne a nuestra vida personal en lo familiar, social, material, científica, religiosa o espiritual, y estar conscientes que, de seguir en ese camino, estaremos negándonos la oportunidad de cambiar radicalmente nuestras vidas para beneficio propio y el de los demás
Si nuestro deseo es verdaderamente el de dejar de pertenecer al linaje anterior, deberemos de ubicar la personalidad correcta de nuestro ser, que es el espíritu, en el lugar que le corresponde como punta de lanza hacia arriba, ( no hacia abajo como en el ejemplo anterior ), para que así, nuestro ser trinito tenga el orden, el propósito, el sentido y la dirección correcta según el Nuevo Testamento, para obtener a través de nuestro espíritu, todo lo que nuestra mente en el alma necesita saber, para que todo lo que tenemos actualmente, y lo que obtengamos de aquí en adelante sea en el orden correcto para disfrutar plenamente y como Dios, Dios de la abundancia nos lo manda, es decir:
Espíritu.
Alma.
Cuerpo.
Si este es nuestro verdadero deseo, entonces esforcémonos poco a poco por cambiar nuestra actual forma de actuar de acuerdo a nuestro libre albedrío que nos ata y nos sujeta a ser como nosotros queremos ser y no como Dios quiere que seamos, y colocar en ese lugar a nuestro espíritu como punta de lanza hacia arriba, ya que nuestro espíritu es la única parte de nuestro ser que recibe directamente de Dios, a través de nuestro Señor Jesucristo, la enseñanza precisa para recuperar el acceso al Reino de Dios en la abundancias en este mundo, y a la vida eterna en el mundo venidero.
Al colocar el triángulo normal sobre el triángulo invertido nos daremos cuenta de que se ha formado una estrella. "La Estrella de David."