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General: Solo ensayo en el discernimiento del Evang. de Mateo cap. 6
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De: Hermano Cristiano  (Mensaje original) Enviado: 08/04/2014 16:48

Ensayo en el discernimiento del Evangelio de Mateo.

Cap. 6: del v1 al v5

Si el hombre obedece estos mandatos por el amor que perdona, y no por la imposición que castiga y condena, sabrá que todo el bien que se haga a los demás no debe de hacerse para que los hombres lo vean, ya que el reconocimiento que recibirá proviene de Dios y no de los hombres ya que Dios conoce todos nuestros secretos.

Por eso, cuando demos limosna o un préstamo a quien lo necesite debemos considerarlo una ofrenda a Dios para recibir el premio que viene de Él, así mismo, no debemos ser escandaloso para orar para que los demás nos vean y piensen que estamos llenos de una fe que en realidad no existe, porque si así lo hacemos ya habremos recibido nuestro premio, es decir, el reconocimiento de parte de hombre y no de parte de Dios.

Cap. 6: del v6 al v8

tú, cuando ores, entra en tu recinto espiritual en el alma con la mente dispuesta a Dios, despréndete del amor a las cosas de este mundo para que entres al mundo espiritual de Dios, entonces platícale de tus cosas, necesidades, tristezas, alegrías y anhelos, y el Padre que realmente conoce tu corazón y tus necesidades, responderá de acuerdo a la sinceridad de tus pedimentos y no de acuerdo a la multitud de palabras para hacerlo, porque antes de que le pidas algo al Padre Él ya sabe lo que necesitas.

Cap. 6: del v9 al v15

Tratemos de captar la profundidad espiritual que guarda esta oración:

Padre Nuestro, Padre de los Cielos

Si Padre, porque el Cielo es tu trono.

Santificado sea tu Nombre.

Si Padre, porque sólo tú eres Santo, fiel y verdadero.

Venga tu Reino.

Te damos gracias por enviar a tu Hijo Jesucristo a compartirnos la gracia del perdón y tu misericordia sin límite.

Hágase tu voluntad en la tierra como en el Cielo

Así, al buscar primeramente tu Reino y tu Justicia a través de Jesús estaremos en tu voluntad y todo lo demás vendrá por añadidura.

Danos hoy el pan de éste día y perdona nuestras ofensas como nosotros perdonamos también a los que nos ofenden.

Te lo pedimos Padre, para recibir el Pan de Vida que Jesús es y recibir la provisión a todas y cada una de nuestras necesidades hasta que sobre abunde.

Nos arrepentimos y te pedimos perdón por todas las ofensas, desaires y nuestra falta de fidelidad en ti Padre, y también por nuestra ingratitud y las ofensas a las que hemos expuesto a nuestros semejantes. Y así mismo, con la misma intensidad, con la misma disposición y con la misma sinceridad con que clamamos tu perdón, así mismo soltamos perdón a nuestros semejantes por todo en lo que hemos sido ofendidos de palabra, obra u omisión.

No nos dejes caer en la prueba.

Consérvanos fuertes y vigorosos para resistirnos a todas las tentaciones que el malo nos pone para probar nuestra fidelidad en ti, Dios Nuestro, y podamos superarlas para rendirte honor, gloria y alabanza.

Líbranos de las acechanzas del malo que nos quieren sujetar a él, porque ahora somos hijos de tu Gracia que nos conduce al perdón para ya no ser esclavos de la Ley, lo que nos mantendría encadenados a la condenación.

Queda bien claro que si ustedes perdonan las ofensas de los hombres, también el Padre celestial los perdonará. En cambio, si no perdonan las ofensas de los hombres, tampoco el Padre los perdonará a ustedes.

Repetimos: Nos arrepentimos y te pedimos perdón por todas las ofensas, desaires y nuestra falta de fidelidad en ti Padre, y también por nuestra ingratitud y las ofensas a las que hemos expuesto a nuestros semejantes. Y así mismo, con la misma intensidad, con la misma disposición y con la misma sinceridad con que clamamos tu perdón, así mismo soltamos perdón a nuestros semejantes por todo en lo que hemos sido ofendidos de palabra, obra u omisión.

Cap. 6: del v16 al v23

Debemos darle la importancia debida a lo dicho en estos versículos, ya que no debemos buscar que los hombres nos identifiquen por nuestras buenas obras, acciones o actitudes, sino más bien, debemos de identificarnos con Dios a través de seguir las enseñanzas de Jesús con fidelidad para que el Padre que ve y conoce nuestros secretos sea el que nos otorgue el premio.

Volvamos la vista a las cosas espirituales de Dios y alejémosla de las cosas de este mundo para no acomodar la enseñanza de Jesús al libre albedrío de nuestra condición humana, porque si así lo hacemos, estaremos nublando nuestra mente para no reconocer lo espiritual, y nos encontraremos nuevamente en las tinieblas que estamos tratando de disipar. Así que es mejor limpiar nuestros ojos espirituales para permitir que la Luz de Jesús ilumine nuestras mentes y todo nuestro ser aproveche esa luz que también iluminará a todos los de nuestra casa que los librará de toda bruma que les pudiera impedir encontrar el camino al Reino de Dios, y en consecuencia, a la vida verdadera.

Cap. 6: del v24 al v34

A pesar de la importancia que tiene todo lo material en nuestras vidas, deberemos de darle el primer lugar a las cosas de Dios para que él se ocupe de las nuestras; por lo que deberemos poner nuestra confianza en Dios y no en el dinero, con la certeza y la convicción de que serán suplidas todas nuestras necesidades en este mundo, ya que todos los que creemos en Dios y en su Palabra dada a Jesucristo Nuestro Señor, deberemos aumentar nuestra fe a través de guardar y enseñar lo que él nos dice discerniéndola con la ayuda del Espíritu Santo para no desviarnos hacia ningún lado que nos lleve a torcer los rectos caminos de Dios porque de esta manera estaremos buscando primeramente el Reino de Dios y su Justicia, y todo lo demás vendrá por añadidura.



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