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General: EL NUEVO ORDEN MUNDIAL LOS JESUITAS PAPADO COP 26 LAUDATO SI CAMBIO CLIMATICO.
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Respuesta  Mensaje 1 de 1 en el tema 
De: Damarit Espinoza  (Mensaje original) Enviado: 16/11/2021 01:28

    MUY PRONTO EL PECADO EN TODO EL MUNDO.    Luego oí otra voz que decía desde el cielo: «Salid de ella, pueblo mío, no sea que os hagáis cómplices de sus pecados y os alcancen sus plagas.
    5 Porque sus pecados se han amontonado hasta el cielo y Dios se ha acordado de sus iniquidades.Apocalipsis 18:4    
    Entonces el SEÑOR hizo llover sobre Sodoma y Gomorra azufre y fuego, de parte del SEÑOR desde los cielos;GENESIS 19:24.

    Génesis 19-> Ver. 24
    [V.24-> Azufre y fuego. El castigo anunciado por los ángeles sobrevino súbita e inesperadamente (ver Luc 17:28; Luc 17:29). Aunque sólo se 348 menciona aquí a Sodoma y a Gomorra, es claro que también fueron destruidas las otras ciudades de la llanura, Adma y Zeboim (Deu 29:23; Ose 11:8; Jud 1:7). Tan sólo fue preservada la pequeña localidad de Bela, o Zoar, y eso sólo por poco tiempo (Gen 19:30; PP 164). Las palabras "azufre y fuego" es un modismo común en hebreo para decir "azufre ardiente". Los milagros, mediante los cuales de tiempo en tiempo Dios ha intervenido en el proceso ordinario de la naturaleza, generalmente han consistido en el empleo desusado de las fuerzas y los elementos naturales existentes. Aun hoy día la región meridional del mar Muerto es rica en asfalto (ver com. de Gen 14:3; Gen 14:10). Todavía se escapan gases inflamables de las hendiduras de las rocas de la zona. El asfalto que ha subido a la superficie de la parte sur del mar Muerto le dio el nombre de lago Asfaltites en los tiempos clásicos. Las masas de asfalto que flotan en la superficie con frecuencia tienen un tamaño suficiente como para sostener a varias personas. Asfalto, azufre y otros materiales combustibles han sido extraídos y exportados de esta región durante años. Los árabes circunvecinos usan el asfalto para proteger sus huertos contra las plagas y para propósitos medicinales. No importa cuál haya sido el medio empleado para incendiar las ciudades, fuera de toda duda el holocausto fue milagroso pues la destrucción llegó en el preciso tiempo señalado por Dios. Durante siglos, el paisaje chamuscado de esta región ha permanecido como un mudo testimonio de la gran catástrofe que convirtió su fértil llanura en un escenario de completa desolación. Moisés se refirió a ella como un ejemplo de aquello en lo que se convertiría la tierra de Israel como resultado de la desobediencia (Deu 29:21-24). Los escritores clásicos describen elocuentemente la región sur del mar Muerto como un territorio quemado de terreno escabroso, rocas calcinadas y suelo ceniciento. Mencionan también la ubicación de las ruinas de antiguas ciudades (Diodoro ii. 48. 7-9; Estrabón Geografía xvi. 2. 42-44; Josefo Guerras iv. 8. 4; Tácito Historias v. 6. 7). En los tiempos bíblicos, lo que ahora es el brazo meridional del mar Muerto era tierra seca. En años más recientes el nivel del mar, que no tiene desagüe, ha subido y ha cubierto la mayor parte de la región. Árboles muertos todavía sobresalen en esta zona del mar como una selva fantasmal. Algunos eruditos han tratado de identificar las ciudades condenadas con ruinas descubiertas en Teleilat el-Gasul, en la orilla norte del mar Muerto. Sin embargo, un cúmulo de evidencias señala la extremidad meridional del mar como la ubicación de la gran catástrofe. Ese terrible acontecimiento se ha perpetuado en las tradiciones de la región hasta el día de hoy. Por ejemplo, se refleja en el nombre arábigo del mar Muerto, Bahar Lut, "lago de Lot", y de la cadena montañosa que bordea la orilla sudoccidental del lago, Jebel Usdum, "monte de Sodoma".]Desde las ventanas veía una terrible conflagración. Grandes bolas de fuego caían sobre las casas, y de ellas salían dardos encendidos que volaban en todas direcciones. Era imposible apagar los incendios que se producían, y muchos lugares estaban siendo destruidos. El terror de la gente era indescriptible. Desperté después de cierto tiempo y descubrí que estaba en mi hogar.—El Evangelismo, 25-26 (1906). EUD92 25.1

    Una escena muy impresionante pasó ante mí en visiones nocturnas. Vi una inmensa bola de fuego que caía en medio de un grupo de hermosas casas que fueron destruidas instantáneamente. Oí a alguien decir: “Sabíamos que los juicios de Dios visitarían la tierra, mas no pensábamos que vendrían tan pronto”. Otros dijeron en tono de reproche: “Vosotros que sabíais estas cosas, ¿por qué no dijisteis nada? ¡Nosotros no lo sabíamos!—Joyas de los Testimonios 3:296 (1909). 

    Otras ciudades impías

    A medida que nos acerquemos al fin de la historia de esta tierra, se repetirán en otras partes las escenas de la calamidad de San Francisco [...]. Estas cosas me hacen sentir que estamos en tiempos muy solemnes porque sé que el día del juicio es inminente. Los juicios que ya han descendido son una advertencia, pero no el fin del castigo que vendrá sobre las ciudades impías [...]. EUD 99.4

    Se cita Habacuc 2:1-20Sofonías 1:1-3:20Zacarías 1:1-4:14Malaquías 1:1-4. Estas escenas pronto serán presenciadas tal como se las describe claramente. Presento estas maravillosas declaraciones de las Escrituras para consideración de todos. Las profecías registradas en el Antiguo Testamento son la palabra del Señor para los últimos días, y se cumplirán tan seguramente como hemos visto la desolación de San Francisco.—Carta 154, 26 de mayo de 1906. EUD 100.1

    Se me pide que declare el mensaje de que las ciudades llenas de transgresión y pecaminosas en extremo, serán destruidas por terremotos, incendios e inundaciones.—El Evangelismo, 24 (27 de abril de 1906). EUD 100.2

    Todas las advertencias de Cristo respecto a los eventos que ocurrirán cerca del fin de la historia de esta tierra, se están cumpliendo ahora en nuestras grandes ciudades. Dios está permitiendo que estas cosas sean manifiestas para que el que corra pueda leer. La ciudad de San Francisco es una muestra de lo que todo el mundo está llegando a ser. El soborno perverso, la malversación de fondos, las transacciones fraudulentas entre hombres que tienen autoridad para liberar a los culpables y condenar a los inocentes: toda esta iniquidad está llenando otras grandes ciudades de la tierra y haciendo que el mundo sea como fue en los días anteriores al Diluvio.—Carta 230, 1907. 




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