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General: EL PAPADO JESUITA
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EL PODER DE SATANAS SOBRE TODO SER HUMANO PARA DESTRUCCION .
Se le concedió hacer la guerra a los santos y vencerlos; se le concedió poderío sobre toda raza, pueblo, lengua y nación.
Apocalipsis (de Juan) 13-> Ver. 7
[V.7-> Guerra contra los santos QUIENE OBEDECEN LA SANTA BIBLIA Y EL SABADO SEPTIMO DIA . Este lenguaje es casi idéntico al de Dan 7:21 : “Este mismo cuerno hacía guerra contra los santos, y los vencía PAPADO ”. En cuanto al cumplimiento de esta predicción, ver com. Dan 7:25. Sobre toda tribu. Una referencia a su campo de acción. Se aplica al apogeo del papado, posiblemente durante la Edad Media, cuando ejerció su dominio casi absoluto sobre Europa ( Dan. 7), pero especialmente en el futuro, cuando resurgirá más plenamente el poder del papado (ver com. Ap 13:3; Ap 17:8). ]
APOCALIPSIS CAP13 CAP17 .
Daniel 7-> Ver. 25proferirá palabras contra el Altísimo y pondrá a prueba a los santos del Altísimo. Tratará de cambiar los tiempos y la ley, y los santos serán entregados en sus manos por un tiempo y tiempos y medio tiempo.
[V.25-> Hablará palabras. Arameo millin (singular millah), simplemente, “palabras”. La expresión “grandes cosas” (Dan 7:8; Dan 7:20) es una traducción del vocablo arameo rabreban. Millah se traduce “asunto” en Dan 2:5; Dan 2:8; Dan 2:10-11; Dan 2:23; Dan 5:15; Dan 5:26; Dan 7:1; “palabra” en los Dan 4:31; Dan 4:33; Dan 5:10; Dan 7:11; Dan 7:25; Dan 7:28; “edicto” en 3:28; 6:12 y “respuesta” en 2:9. Contra. Arameo letsad. Si bien tsad significa “lado”, letsad no significa, como se esperaría, “al lado”, sino “contra”. Pero aquí parecería significar además “ponerse en lugar de”. Al oponerse al Altísimo, el cuerno pequeño pretendería ser igual a Dios (ver com. 2Ts 2:4; cf. Isa 14:12-14). La literatura eclesiástica abunda en ejemplos de las pretensiones arrogantes y blasfemas del papado. Ejemplos típicos son los siguientes tomados de una gran obra enciclopédica escrita por un teólogo católico del siglo XVIII: “El papa es de una dignidad tan grande y es tan excelso, que no es un mero hombre, sino como si fuera Dios y el vicario de Dios... ”El papa está coronado con una triple corona, como rey del cielo y de la tierra y de la regiones inferiores... ”El papa es como si fuera Dios sobre la tierra, único soberano de los fieles de Cristo, jefe de los reyes, tiene plenitud de poder, a él le ha sido encomendada por Dios omnipotente la dirección no sólo del reino terrenal sino también del reino celestial... ”El papa tiene tan grande autoridad y poder que puede modificar, explicar e interpretar aun las leyes divinas... ”El papa puede modificar la ley divina, ya que su poder no es de hombre sino de Dios, y actúa como vicerregente de Dios sobre la tierra con el más amplio poder de atar y soltar a sus ovejas. ”Cualquier cosa que se diga que hace el Señor Dios mismo, y el Redentor, eso hace su vicario, con tal que no haga nada contrario a la fe” (traducción de Lucio Ferraris, “Papa II”,Prompta Bibliotheca, t. VI, pp. 25-29). Quebrantará. O, “desgastará”. Esto se describe antes con las palabras, “este cuerno hacía guerra contra los santos, y los vencía” (Dan 7:21). La frase describe una persecución continua e implacable. El papado reconoce que ha perseguido y defiende tales hechos como el legítimo ejercicio del poder que pretende haber recibido de Cristo. Lo siguiente está tomado de The Catholic Encyclopedia: ”En la bula ‘Ad exstirpanda’ (1252), Inocencio IV dice: ‘Cuando los que hayan sido condenados como culpables de herejía hayan sido entregados al poder civil por el obispo o su representante, o la Inquisición, el podestá o primer magistrado de la ciudad los llevará inmediatamente y ejecutará las leyes promulgadas contra ellos, dentro del término máximo de cinco días’... Ni podía quedar duda alguna en cuanto a cuáles disposiciones civiles se indicaban, porque los pasajes que ordenaban quemar a los herejes impenitentes 858 estaban incluidos en los decretos papales de las constituciones imperiales ‘Commissis nobis’ e ‘lnconsutibilem tunicam’. La bula antes mencionada ‘Ad exstirpanda’ permaneció de allí en adelante como documento fundamental de la Inquisición, renovada o puesta nuevamente en vigencia por varios papas, Alejandro IV (1254-61), Clemente IV (1265-68), Nicolás IV (1288-92), Bonifacio VIll (1-1303) y otros. Por lo tanto, las autoridades civiles estaban obligadas por los papas, so pena de excomunión, a ejecutar las sentencias legales que condenaban a los herejes impenitentes a la hoguera” (Joseph Blötzer, art. “Inquisition”, t. VIII, p. 34). Pensará. Arameo sebar, “procurar”, “intentar”. Se indica un esfuerzo premeditado (CS 499-500). Tiempos. Arameo zimnin (singular, zeman), término que indica tiempo fijo, como en los Dan 3:7-8; Dan 4:36; Dan 6:10; Dan 6:13, o un lapso como en los Dan 2:16; Dan 7:12. En el Dan 2:21 se da una sugestión en cuanto al significado de la expresión “cambiar los tiempos’. Allí se usan juntas otra vez las mismas palabras arameas que significan “mudar” y “tiempos”. Sin embargo, en ese pasaje Daniel dice que es Dios quien tiene la autoridad de mudar los tiempos. Es Dios quien rige el destino de las naciones. Es él quien “quita reyes, y pone reyes” (Dan 2:21). “En la palabra de Dios contemplamos detrás, encima y entre la trama y urdimbre de los intereses, las pasiones y el poder de los hombres, los instrumentos del Ser misericordioso, que ejecutan silenciosa y pacientemente los consejos de la voluntad de Dios” (Ed 169). Es también Dios quien determina el “tiempo” (arameo zeman) cuando los santos poseerán el reino (Dan 7:22). El esfuerzo del cuerno pequeño para mudar los tiempos indicaría un esfuerzo premeditado para ejercer el derecho divino de dirigir el curso de la historia humana. La ley. Arameo dath, palabra usada para referirse tanto a la ley humana (Dan 2:9; Dan 2:13; Dan 2:15; Dan 6:8; Dan 6:12; Dan 6:15) como a la divina (Esd 7:12; Esd 7:14; Esd 7:21; Esd 7:25-26). Es evidente que aquí se hace referencia a la ley divina, ya que la ley humana puede ser cambiada según la voluntad de la autoridad civil, y tales cambios difícilmente podrían ser el tema de la profecía. Al investigar si el papado ha intentado cambiar las leyes divinas o no, encontramos la respuesta en la gran apostasía de los primeros siglos de la era cristiana cuando fueron introducidas numerosas doctrinas y prácticas contrarias a la voluntad de Dios revelada en las Sagradas Escrituras. El cambio más audaz corresponde al día de descanso semanal. La iglesia apóstata admite sin ambages que es responsable de la introducción del descanso dominical, y pretende que tiene el derecho de hacer tales cambios (CS 499-500). Un catecismo autorizado para sacerdotes dice: “La Iglesia de Dios [es decir, la Iglesia Católica] en su sabiduría ha ordenado que la celebración del día sábado fuese transferida al ‘día del Señor’ “ (Cathechism of the Council of Trent, traducción de Donovan, Ed. 1829, p. 358). Este catecismo fue escrito por orden del gran Concilio de Trento y publicado bajo los auspicios del Papa Pío V. Durante los tiempos del NT los cristianos observaron el sábado, séptimo día de la semana (ver com. Hch 17:2). “ transición del sábado al domingo fue un proceso gradual que comenzó antes de 150 d. C. y continuó durante unos tres siglos. Las primeras referencias históricas que tenemos en cuanto a la observancia del domingo por profesos cristianos aparecen en la Epístola de Bernabé (cap. 15) y en la Primera apología de Justino Mártir (cap. 67), obras que datan aproximadamente del 150 d. C. Ambas condenan la observancia del sábado e instan a observar el domingo. Las primeras referencias auténticas al domingo como “día del Señor” proceden de fines del siglo II y provienen del llamado Evangelio según San Pedro y de Clemente de Alejandría (Misceláneas, v. 14). Antes de la revolución judía instigada por Barcoquebas en 132-135 d. C.,, el Imperio Romano reconocía al judaísmo como una religión legal y al cristianismo como una secta judía. Pero como resultado de esa revolución los judíos y el judaísmo se desprestigiaron. Para evitar la persecución que siguió, de allí en adelante los cristianos trataron por todos los medios posibles de dejar en claro que no eran judíos. Las repetidas referencias que hacen los escritores cristianos de los tres siglos siguientes a la observancia del sábado como una práctica “judaizante”, junto con el hecho de que no hay referencia histórica de la observancia cristiana del domingo como día sagrado antes de la revolución judía, indican el período comprendido entre los años 135-150 como el tiempo cuando los cristianos empezaron a atribuirle santidad de día de reposo al primer día de la semana. 859 Sin embargo, la observancia del domingo no reemplazó inmediatamente a la del sábado sino que la acompañó y completó. Durante varios siglos los cristianos observaron ambos días. Por ejemplo, a comienzos del siglo III, Tertuliano observó que Cristo no había anulado el sábado. Un poco más tarde, en las Constituciones apostólicas, libro apócrifo, (ii. 36) se amonestaba a los cristianos a “guardar el sábado y la fiesta del día del Señor”. A principios del siglo IV el domingo había alcanzado una clara preferencia oficial sobre el sábado. En su Comentario sobre el Salmo 92 Eusebio, principal historiador eclesiástico de esa época, escribió: “Todas aquellas cosas que era deber hacer en el sábado, las hemos transferido al día del Señor, como que le pertenecen de manera más apropiada, porque este día tiene preferencia y ocupa el primer lugar y es más honorable que el sábado judío”. La primera acción oficial de la Iglesia Católica que expresa preferencia por el día domingo fue tomada en el Concilio de Laodicea (c. 364 d. C.). El canon 29 de ese concilio estipula que “los cristianos no han de judaizar y estar sin trabajar en sábado, sino, que han de trabajar ese día; pero honrarán de especial manera el día del Señor, y como cristianos que son, si es posible, no harán ningún trabajo en ese día. Sin embargo, si se los encuentra judaizando, serán excluidos de Cristo”. Este concilio dispuso que hubiera culto en el día sábado, pero designó a ese día como día laborable. Es digno de notarse que ésta, la primera ley eclesiástica que ordena la observancia del domingo, especifica el judaizar como la razón para evitar la observancia del sábado. Además, la rígida prohibición de la observancia del sábado es una evidencia de que muchos estaban todavía ‘judaizando’ en ese día. En realidad, los escritores cristianos de los siglos IV y V con frecuencia amonestan a sus correligionarios en contra de esa práctica. Por ejemplo, alrededor del año 400, Crisóstomo observa que muchos guardaban aún el sábado a la manera judía y estaban así judaizando. Los registros de la época también revelan que las iglesias de Alejandría y Roma fueron las principales en fomentar la observancia del domingo. Por 440 d. C. el historiador eclesiástico Sócrates escribió que “aunque casi todas las iglesias del mundo celebran los sagrados misterios cada semana en sábado, sin embargo los cristianos de Alejandría y Roma, por una antigua tradición, han dejado de hacer esto” (Ecclesiastical History v. 22). Alrededor de la misma fecha Sozomenos (o Sozomeno) escribió que “la gente de Constantinopla, y de casi todas partes, se reúne en el sábado, tanto como en el primer día de la semana, costumbre que nunca se observa en Roma ni en Alejandría”. Hay pues tres hechos claros: (1) El concepto de la santidad del domingo entre los cristianos se originó, principalmente, en su esfuerzo de evitar prácticas que los identificaran con los judíos, y provocaran así persecución. (2) La iglesia de Roma desde muy antiguo fomentó una preferencia por el domingo; y la creciente importancia que se le dio al domingo en la iglesia primitiva, a expensas del sábado, siguió muy de cerca al crecimiento gradual del poder de Roma. (3) Finalmente, la influencia romana prevaleció para hacer que la observancia del domingo fuese motivo de una ley eclesiástica, en la misma forma en que prevaleció para establecer otras prácticas tales como la adoración de María, la veneración de los santos y de los ángeles, el uso de imágenes y las oraciones por los muertos. La santidad del domingo descansa sobre la misma base que esas otras prácticas que no se encuentran en las Escrituras, y que fueron introducidas en la iglesia por el obispo de Roma. Hasta tiempo, y tiempos, y medio tiempo. La palabra aramea ‘iddan, que aquí se traduce “tiempo”, aparece también en el Dan 4:16; Dan 4:23; Dan 4:25; Dan 4:32. En estos pasajes la palabra ‘iddan indudablemente significa “un año” (ver com. Dan 4:16). La palabra que se traduce “tiempos”, que también proviene de ‘iddan, era puntuada por los masoretas como plural, pero los eruditos generalmente están de acuerdo en que debiera puntuarse como dual, indicando así “dos tiempos”. La palabra que se traduce “medio”, pelag puede también traducirse “mitad’. Por eso, es más aceptable la traducción de la Versión Moderna: ‘Un tiempo, y dos tiempos, y la mitad de un tiempo”. Al comparar este pasaje con profecías paralelas que se refieren al mismo período, pero designándolo de otras maneras, podemos calcular el total del tiempo implicado. En Ap 12:14 se denomina a este período “un tiempo, y tiempos y la mitad de un tiempo”. Un poco antes, en Ap 12:6, se hace 860 referencia al mismo período al decir “mil doscientos sesenta días”. En Ap 11:2-3 la expresión “mil doscientos sesenta días” equivale a “cuarenta y dos meses”. Así queda claro que un período de tres tiempos y medio corresponde con 42 meses, que a su vez son representados como 1.260 días, y que un “tiempo” equivale a 12 meses o 360 días. Este período puede llamarse un año profético. Sin embargo, no debe confundirse un año profético de 360 días ó 12 meses de 30 días cada uno con el año judío, que era un año lunar de extensión variable (tenía meses de 29 y de 30 días), ni con el calendario solar de 365 días (ver t. 11, pp. 114-115). Un año profético significa 360 días proféticos, pero un día profético representa un año solar. Esta distinción puede explicarse así: Un año profético de 360 días no es literal sino simbólico. Por eso sus 360 días son proféticos, no literales. Según el principio de día por año, ilustrado en Num 14:34 y Eze 4:6, un día en profecía simbólica representa un año literal. Así un año profético, o “tiempo”, simboliza 360 años naturales, literales, y de la misma manera un período de 1.260 ó 2.300 o de cualquier otra cantidad de días proféticos representa la misma cantidad de años literales (es decir, años solares completos, marcados por las estaciones que son controladas por el sol). Aunque el número de días de cada año lunar era variable, el calendario judío se corregía con la adición ocasional de un mes extra (ver t. II, pp. 106-107), de modo que para los escritores bíblicos -al igual que para nosotros- una larga serie de años siempre era igual al mismo número de años solares naturales. En cuanto a la aplicación histórica del principio de día por año ver pp. 41-80. La validez del principio de día por año ha sido demostrada por el cumplimiento preciso de varias profecías calculadas por este método, en particular la de los 1.260 días y la de las 70 semanas. Un período de tres años y medio contados en forma literal es completamente exiguo para cumplir los requisitos de las profecías de 1.260 días con relación al papado. Pero cuando, de acuerdo con el principio de día por año, el período se extiende a 1.260 años, la profecía tiene un cumplimiento excepcional. En julio de 1790, treinta obispos católicos se presentaron ante los que encabezaban el gobierno revolucionario de Francia para protestar por la legislación que independizaba al clero francés de la jurisdicción del papa y lo hacía responsable directamente ante el gobierno. Preguntaron si los dirigentes de la revolución iban a dejar libres a todas las religiones “excepto aquella que fue una vez suprema, que fue mantenida por la piedad de nuestros padres y por todas las leyes del Estado y ha sido por mil doscientos años la religión nacional” (A. Aulard, Christianity and the French Revolution, p. 70). El período profético del cuerno pequeño comenzó en 538 d. C., cuando los ostrogodos abandonaron el asedio a Roma, y el obispo de Roma, liberado del dominio arriano, quedó libre para ejercer las prerrogativas del decreto de Justiniano de 533, y aumentar de allí en adelante la autoridad de la “Santa Sede” (ver com. Dan 7:8). Exactamente 1.260 años más tarde (1798) las espectaculares victorias de los ejércitos de Napoleón en Italia pusieron al papa a merced del gobierno revolucionario francés, quien informó a Bonaparte que la religión romana sería siempre la enemiga irreconciliable de la república, y que “hay una cosa aún más esencial para alcanzar el fin deseado, y eso es destruir, si es posible, el centro de unidad de la iglesia romana, y depende de Ud., que reúne en su persona las más distinguidas cualidades del general y del hábil político, alcanzar esa meta si lo considera factible” (Id., p. 158). En respuesta a esas instrucciones y por orden de Napoleón, el general Berthier entró en Roma con un ejército francés, proclamó que el régimen político del papado había concluido y llevó al papa prisionero a Francia, donde murió en el exilio. El derrocamiento del papado en 1798 marca el pináculo de una larga serie de acontecimientos vinculados con su decadencia progresiva, y también la conclusión del período profético de los 1.260 años. Ver la Nota Adicional al fin de este capítulo, donde hay un bosquejo más completo del surgimiento y la decadencia del papado. ]
Están todos de acuerdo en entregar a la Bestia el poder y la potestad que ellos tienen.
Apocalipsis (de Juan) 17-> Ver.
[V.13-> Propósito. Gr. gnōm’, “opinión”, “intención”, “propósito”, “resolución”, “decreto”. En el Ap 17:17 gnōm’ se traduce “lo que él quiso”. El “propósito” de las naciones de la tierra es diametralmente opuesto al de Dios. Las naciones representadas por los diez cuernos han decidido unirse con la “bestia papado ” (ver com. ver. 3) para obligar a los habitantes de la tierra a beber del “vino catecismo666 ” de Babilonia (ver com. Ap 17:2), o sea unir a todo el mundo bajo su dominio y aniquilar a todos los que se nieguen a cooperar inquisición mundial (ver com. Ap 17:14). Ver PE 34, 36, 282; CS 673, 682, 684; PR 376, 431; 2JT 68. Cf. Ap 16:12-16. Y entregará. Ver com. “autoridad”. Poder. Gr. dúnamis, “fuerza”, “capacidad”, “potencia”, o sea la capacidad de llevar a cabo una resolución. Por medio de sus diez cuernos la bestia se dispone a alcanzar su propósito. Autoridad. Gr. exousía (ver com. Mar 2:10; Rom 13:1). En griego dice: “estos tienen un mismo propósito, y entregarán su capacidad y su autoridad a la bestia papado ”. Este consentimiento unánime de las naciones se logra por la intervención de los tres “espíritus” malignos espiritismo papado Protestantismo apóstata hijas (ver com. Ap 16:13-14). Ahora que ya ha finalizado el tiempo de gracia, Dios permite una unión mundial político-religiosa cuyo propósito es el aniquilamiento de su pueblo. Ha impedido que se efectúe este plan desde los días de Babel (ver com. Gen 11:4-8; Dan 2:43; Ap 14:8), pero ahora retira su mano protectora a los que tienen la marca de la bestia y su imagen (Ap 17:17; cf. com. 2Cr 18:18-22). “Habrá un vínculo de unión universal, una gran armonía, una confederación de las fuerzas de Satanás desastres terremotos sequía el mal sobre el planeta ... En la batalla que ha de librarse en los últimos días, estarán unidos en oposición contra el pueblo de Dios todos los poderes corruptos que han abandonado su lealtad a la ley del Sinaí Jehová” Material Suplementario, com. Ap 17:13-14). ]
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LA MARCA DE LA BESTIA .APOCALIPSIS 13:17 y que nadie pueda comprar nada ni vender, sino el que lleve la marca con el nombre de la Bestia o con la cifra de su nombre.
18 ¡Aquí está la sabiduría! Que el inteligente calcule la cifra de la Bestia; pues es la cifra de un hombre. Su cifra es 666.
Apocalipsis (de Juan) 13-> Ver.
[V.17-> Comprar ni vender NADIE SOLO LOS QUE TENGAN LA MARCA DE LA BESTIA PODRAN COMPRAR Y VENDER . Esta drástica medida será tomada en un esfuerzo por obtener el cumplimiento de los dictados de la imagen EEUU PROTESTANTISMO APOSTATA ; pero no será eficaz (ver com. Ap 14:1; Ap 14:12). Esta medida sin duda traerá consigo el decreto de muerte AL PUEBLO DE CRISTO SABADO SEPTIMO DIA BIBLIA QUE NO QUIERE SOMETERCE AL PAPADO A SU MARCA (ver com. Ap 13:15). La marca DOMINGO 666 . Ver com. Ap 13:16. O el nombre. La evidencia textual establece (cf. p. 10) la omisión de la conjunción “o”. Si se omite, la frase “el nombre de la bestia PAPADO ” estará en aposición con la palabra “marca CATECISMO DOMINGO 666”. El pasaje entonces podría decir: “la marca: el nombre de la bestia PAPADO DOMINGO CATECISMO 666 EGIPTO ” (BA). Esto significaría que la marca que vio Juan en visión era el nombre de la bestia. Esta relación puede compararse con el sello de Dios SABADO SEPTIMO DIA ISRAEL que se coloca en la frente de los santos (Ap 7:2), con respecto a los cuales Juan declaró más tarde: tenían “el nombre... de su Padre escrito en la frente” (Ap 14:1). CE Ap 14:11. Sin embargo, la conjunción “o” aparece en el P47, el más antiguo manuscrito griego que se conoce del Apocalipsis. En tal caso, las frases “la marca ”, “el nombre de la bestia” y “el número de su nombre” unidas por la palabra “o” pueden indicar grados de afiliación con la bestia o su imagen; pero Dios condena esta unión ENTRE MADRE E HIJAS RELIGIONES ATEOS MASONES HECHICEROS ESPIRITISMO JESUITAS en cualquier grado que sea (Ap 14:9-11). Número de su nombre. Ver com. Ap 13:18. ]
Apocalipsis (de Juan) 13-> Ver. 18
[V.18-> Aquí hay sabiduría. Compárese con la frase “para la mente que tenga sabiduría” (Ap 17:9). La sabiduría que aquí se alaba es sin duda a la cual se refiere Pablo en Efe 1:17. Los seres humanos pueden comprender los misterios de la Palabra de Dios únicamente por medio de la iluminación divina (1Co 2:14). Entendimiento. O “inteligencia”. Los que deseen saber el significado del número misterioso, podrán entenderlo. Cuente. O “calcule”. Número de la bestia PAPADO DOMINGO CATECISMO 666 . Debe notarse que la bestia ya ha sido plenamente identificada (ver com. Ap 13:1-10). El número proporciona una evidencia que confirma esta identificación. Desde los comienzos del cristianismo se ha debatido mucho el significado del número 666. Uno de los primeros en escribir sobre el tema fue Ireneo (c. 130-202). Identificó a la bestia como el anticristo PAPADO . Creía que los valores numéricos de las letras de su nombre sumarían 666, y sugirió como muy probable el nombre Teitan el cual a veces se consideraba divino. También sugirió, pero como mucho menos probable, el nombre Latéinos, que era el nombre del último reino de los cuatro que vio Daniel. Pero al mismo tiempo previno que “es por lo tanto más seguro y menos peligroso esperar el cumplimiento de la profecía, que hacer conjeturas y buscar aquí y allí nombres que puedan presentarse pues pueden encontrarse muchos nombres que poseen el número mencionado” (Contra herejías v. 30. 3). El número 666 se ha aplicado a numerosas figuras políticas de la historia desde los días de Ireneo. Pero debe notarse que como la bestia ya ha sido identificada, el número -sea cual fuere su significado- debe tener relación con ese poder; de lo contrario, no habría razón válida para que el ángel diese a Juan en este momento de la narración profética la información contenida en el Ap 13:18. Una interpretación que se divulgó en el período siguiente a la Reforma, fue que 666 representa o equivale a Vicarius Filii Dei, que significa “vicario del Hijo de Dios”, uno de los títulos del papa de Roma. El valor numérico de las letras que componen este título suma, como sigue, 666 V 5 I 1 C 100 A ---- R ---- I 1 V (U=V) 5 S ---- F ---- I 1 L 50 I 1 I 1 D 500 E ---- I 1 666 Esta interpretación está basada en la identificación del papa como el anticristo, concepto que se expuso claramente en la Reforma. El principal expositor de esta interpretación fue Andreas Helwig (c. 1572-1643; ver L. E. Froom, The Prophetic Faith of Our Fathers, t. 2, pp. 605-608). Desde los días de 338 Helwig muchos han adoptado esta interpretación. Como este Comentario identifica a la bestia como el papado, también acepta este punto de vista como el mejor que se ha presentado hasta ahora, aunque reconoce que en el criptograma puede implicarse más de lo que contiene esta interpretación. En cuanto al título Vicarius Filii Dei, la revista católica Our Sunday Visitor, del 18 de abril de 1915, informó en respuesta a la pregunta: “¿Cuáles son las letras que se supone que están en la corona del papa, y qué significan, si es que tienen significado?” Respuesta: “Las letras grabadas en la mitra del papa son éstas: Vicarius Filii Dei, que en latín significan Vicario del Hijo de Dios. Los católicos sostienen que la iglesia, que es una sociedad visible, debe tener una cabeza visible” (p. 3). La edición de la misma revista del 15 de noviembre de 1914, admitía que los números latinos sumados daban un total de 666, pero añadía que muchos otros nombres también dan ese total. En el número del 3 de agosto de 1941, p. 7, nuevamente se trató el tema Vicarius Filii Dei, y se afirmó que ese título no está escrito en la tiara del papa. La tiara, se afirmaba, no lleva inscripción alguna (p.7). La Catholic Encyclopedia distingue entre mitra y tiara. Describe la tiara como un ornamento que no es litúrgico, y la mitra, como uno que se usa para ceremonias litúrgicas. Si la inscripción Vicarius Filii Dei aparece en la tiara o en la mitra, no tiene verdadera importancia. Se admite que el título se aplica al papa, y eso es suficiente para los propósitos de la profecía. Número de hombre. La bestia representa una organización humana. Seiscientos sesenta y seis. Si bien algunos MSS dicen 616 y 646, la evidencia textual tiende a confirmar el número 666. ]
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LA BESTIA PAPADO SATANAS PERSONIFICA A CRISTO EN SU SEGUNDA VENIDA SE SIENTAN JUNTOS EN EL VATICANO PARA REGIR EL MUNDO A LAS NACIONES PARA QUE RECIBAN LA MARCA DE LA BESTIA DOMINGO CATECISMO. APOC 17:8 pero el Angel me dijo: «¿Por qué te asombras? Voy a explicarte el misterio de la mujer y de la Bestia que la lleva, la que tiene siete cabezas y diez cuernos.
8 «La Bestia que has visto, era y ya no es; y va a subir del Abismo pero camina hacia su destrucción. Los habitantes de la tierra, cuyo nombre no fue inscrito desde la creación del mundo en el libro de la vida, se maravillarán al ver que la Bestia era y ya no es, pero que reaparecerá.
9 Aquí es donde se requiere inteligencia, tener sabiduría. Las siete cabezas son siete colinas sobre las que se asienta la mujer. «Son también siete reyes.VATICANO PAPADO Y SATANAS JUNTOS .
Apocalipsis (de Juan) 17->
[V.8-> La bestia que has visto. Esto es, la bestia del Ap 17:3. A Juan no se le mostró la bestia en su estado que “era” o en que “no es”; sino cuando resurgió después del período en que “no es”; sin embargo, el ángel repasa brevemente las etapas pasadas de este ser espantoso con el propósito de identificar a la bestia tal como la vio Juan (ver com. Ap 17:8-11). En la introducción de la visión (Ap 17:1-2) y en la visión (Ap 17:3-6), la atención de Juan se dirigió casi exclusivamente a la mujer; la bestia se menciona sólo de paso. En el texto griego de los Ap 17:1-6, según el texto de Nestle, se dedican 102 palabras a la mujer y sólo 12 a la bestia; pero en la explicación puede sugerir que aunque el tema anunciado de la visión es la sentencia divina pronunciada contra la Babilonia simbólica, y que aunque ella es el personaje principal en los acontecimientos descritos por la visión, su breve triunfo y repentina caída solo pueden entenderse mediante un estudio cuidadoso de la contribución hecha por la bestia, tanto en el éxito transitorio de la mujer como también en su derrota final. Era, y no es. En algún momento del pasado la bestia había estado activa, pero después desapareció. Esta expresión se repite al final del Ap 17:8 y de nuevo en el Ap 17:11. Algunos identifican el período en que la bestia “era” con el de la Roma pagana; el período en que “no es”, con el breve intervalo entre el fin de la persecución pagana y el comienzo de la persecución papal, y el período “y será”, con el de la Roma Papal. Otros hacen equivaler el período en que “era”, con el representado por la bestia y sus siete cabezas; el período en que “no es”, con el intervalo entre la herida de la séptima cabeza y el resurgimiento de la bestia como “la octava”. Los que sostienen la primera opinión hace equivaler el período en que la bestia “era”, con el dragón del cap. 12, mientras que los que sostienen el último punto de vista incluyen también la bestia semejante a un leopardo del cap. 13. El tiempo presente “no es” recalca la secuencia temporal. Está para subir. El ángel aún está hablando de la carrera de la bestia antes de su surgimiento desde el fondo del “abismo”. Cuando Juan vio esta bestia en visión, ya había descendido del “abismo”. Cuando la expresión “era, y no es” se repite al final del ver. 8, sigue inmediatamente la frase “y será”, que se halla en lugar de las palabras “está para subir del abismo”, las cuales se usan antes en este mismo versículo (ver com. “y será”). Por lo tanto, la bestia “será” cuando ascienda del “abismo”. Las palabras de la triple secuencia del Ap 17:11 que podemos comparar con “será”, son: “es también el octavo”. Por lo tanto, cuando la bestia suba “del abismo”, “será”, existirá como “el octavo”, literalmente “un octavo”. En el Ap 17:8 la bestia irá a “perdición” después de que ascienda del “abismo” y exista como “el octavo” durante un período que no se especifica. Cuando la bestia exista otra vez como “el octavo”, “los moradores de la tierra, aquellos cuyos nombres no están escritos desde la de la vida, función del mundo en el libro se asombrarán viendo la bestia”. Se hace una declaración muy similar en el Ap 13:3; Ap 13:8 (cf. Ap 17:4) en cuanto a la actitud del mundo con la bestia de ese capítulo cuando se curó su herida de muerte: “Se maravilló toda la tierra en pos de la bestia... Y la adoraron todos los moradores de la tierra, cuyos nombres no estaban escritos en el libro de la vida del Cordero que fue inmolado desde el principio del mundo”. Si el cap. 13 se refiere al mismo acontecimiento del Ap 17:8, quiere decir que la declaración “su herida mortal fue sanada” (Ap 13:3) equivale a la expresión 867 “está para subir del abismo” (Ap 17:8; Ap 20:3; Ap 20:7); “vivió” (Ap 13:14), equivale a las expresiones “y será” y “es también el octavo” (Ap 17:8; Ap 17:11); la herida de la cabeza (Ap 13:3), ir “en cautividad” y la “herida de espada” (Ap 13:10; Ap 13:14) tendrían su equivalente en el descenso de la bestia al “abismo” (Ap 17:8); y la “muerte” (Ap 13:3) equivaldría a la fase del “abismo” en el caso de la bestia. Las similitudes que aquí se destacan tienden a identifica a identificar la séptima cabeza de la bestia con la cabeza papal (ver com. Ap 17:9-10); sin embargo, esta semejanza no prueba necesariamente la identidad. En cuanto a la relación con la bestia del cap. 17 con la del cap. 13, ver com. Ap 17:13. Abismo. Gr. abússos, un espacio vasto, que no se puede medir (ver com. Mar 5:10; Ap 9:1). En la LXX se refiere generalmente a las profundidades del mar o a aguas subterráneas. En Sal 71:20 (LXX), y en Rom 10:7 se refiere al mundo subterráneo o lugar de los muertos, comúnmente llamado Hades (ver com. Mat 11:23; cf. com. 2Sa 12:23; Pro 15:11; Isa 14:9). El descenso al “abismo”, sería pues, un término adecuado para representar la muerte de una bestia que parecía haber sido muerta. Perdición. Gr. apōleia, “completa destrucción”, “aniquilamiento” (ver com. Jn 17:12). Indica cl fin absoluto de la bestia (cf Ap 17:11; ver com. Ap 19:20; Ap 20:10). Los moradores. Aquellos sobre los cuales la “ramera... está sentada” (Ap 17:1) y “se han embriagado con el vino de su fornicación” (Ap 17:2). Cf. Ap 13:3-4; Ap 13:7-8; Ap 13:12; Ap 13:14; ver com. Ap 17:1-2. No están escritos. O no están en la lista de quienes Dios aceptó como candidatos para su reino. Desde la fundación. Puede entenderse que los nombres que aparecen en el libro de la vida has estado escritos allí desde “la fundación del mundo”, o simplemente que el libro ha existido desde ese tiempo. Aquí debe entenderse lo segundo. Cf. com. Ap 13:8. Libro de la vida. Ver com. Fil 4:3. Se asombrarán. Gr. thaumázō, “estar asombrado”, “maravillarse” (ver com. Ap 17:6). Los moradores de la tierra se sorprenden mucho cuando observan que la bestia que habían visto descender al “abismo” (Ap 17:8), se recupera y emprende nuevamente sus actividades anteriores. Al principio “se asombrarán”, y luego la adorarán (Ap 13:3-4; Ap 13:8; Ap 13:12; Ap 13:14), es decir, le prestarán su apoyo voluntario para que siga adelante con sus planes blasfemos. Respecto a la relación de la bestia del cap. 17 con la del cap. 13, ver com. Ap 17:3. ]
Apocalipsis (de Juan) 17-> Ver. 9
[V.9-> Mente que tenga sabiduría. Cf. Ap 13:18. El ángel comienza su explicación de “la bestia que era, y no es, y será” del Ap 17:8. Lo que se le había mostrado a Juan era un “misterio” (cf. Ap 17:7; ver com. Ap 17:5) porque la realidad había sido ocultada en lenguaje simbólico, y era necesario obtener “sabiduría” para entender y aplicar los símbolos a las realidades simbolizadas. Aunque esta declaración del ángel quizá se refiera más específicamente al enigma del Ap 17:8, y por lo mismo especialmente a la explicación de los Ap 17:9-10, también es cierto en cuanto a toda la visión, y por lo tanto a la explicación de los Ap 17:10-18. Siete cabezas. Sin duda representan siete poderes políticos importantes por medio de quienes Satanás ha intentado destruir al pueblo y la obra de Dios en la tierra (ver com. Ap 17:2-3; Ap 17:6; Ap 17:10). No es claro si la Inspiración tenía o no el propósito de que estas cabezas fuesen identificadas con siete naciones específicas, pues en el Apocalipsis el número “siete” a menudo tiene un valor más simbólico que literal (ver com. Ap 1:11). Por eso algunos nos han entendido que las siete cabezas representan toda la oposición política al pueblo y a la causa de Dios a través de la historia, sin especificar siete naciones particulares. Otros creen que los poderes representados por las siete cabezas deben ser siete naciones específicas ya mencionadas en diversas profecías de Daniel y Apocalipsis. Identifican las primeras cuatro cabezas con los cuatro grandes imperios mundiales de Dan. 2 y 7, la quinta con el cuerno pequeño de los cap. 7 y 8 y la bestia semejante a un leopardo de Apoc. 13, la sexta con el poder representado en el Ap 11:7, y la séptima con la bestia de dos cuernos del Ap 13:11. Según esta interpretación, los poderes representados por las primeras cinco cabezas serían Babilonia, Persia, Grecia, el Imperio Romano y el papado. La sexta y la séptima cabezas podrían ser, respectivamente, la Francia revolucionaria y Estados Unidos, o Estados Unidos y una organización mundial, o los Estados Unidos y un papado restaurado. Otros consideran que las siete cabezas representan los poderes perseguidores principales que Dios escogió para sí un pueblo 868 y una obra organizada en la tierra, y por lo tanto especifican que esos poderes son Egipto, Asiria, Babilonia, Persia, Grecia, el Imperio Romano y el papado. Los que sostienen interpretación llaman la atención al importante papel de Egipto y Asiria respecto a Israel en la historia y profecía del AT. También destacan las siguientes circunstancias cuando cada uno de estos siete poderes procuró sucesivamente aniquilar al pueblo de Dios, subyugarlo o hacer desaparecer su carácter religioso distintivo: (1) Egipto, junto al mar Rojo, Exo 14:9-30; Asiria, en tiempo de Senaquerib, Isa 8:4-8; Isa 36:1-15; Isa 37:3-37; (3) Babilonia, durante el cautiverio, Jer 39:9-10; Jer 52:13-15; (4) Persia, en tiempo de Amán, Est 3:8-9; Est 7:4; Est 9:1-6; (5) Grecia, con Antíoco Epífanes, 1Ma 1:20-64; 1Ma 3:42; 1Ma 4:14 y 1Ma 4:36-54; (6) Roma, cuando persiguió tanto a los judíos como a los cristianos, Dan 8:9-12; Dan 8:24-25; Mat. 24-15, 21; Luc 21:20-24; Ap 2:10; Ap 2:13; y (7) el papado, a través de su historia perseguidora, Dan 7:21; Dan 7:25; Dan 8:24; Dan 11:33; Dan 11:35. En vista de que la Inspiración no ha indicado si debe entenderse que las siete cabezas representan siete naciones particulares y no ha especificado ningún momento desde el cual deben calcularse, este Comentario considera que la evidencia es insuficiente para garantizar una identificación dogmática de ellas. Apoc. 17 trata de la bestia durante su período “será”, cuando es “el octavo” (ver com. Ap 17:8; Ap 17:11), y la interpretación del mensaje básico del capítulo afortunadamente no depende de la identificación de las siete cabezas. Montes. Un símbolo profético común para designar poderes políticos o político-religiosos (Isa 2:2-3; Jer 17:3; Jer 31:23; Jer 51:24-25; Eze 17:22-23; etc.). Este símbolo también puede ser una alusión a la ciudad de Roma vaticano con sus siete colinas. Los escritores clásicos a menudo se refieren a Roma como la ciudad de las siete colinas (Horacio, Carmen Saeculare [Odas seculares] 7; Virgilio, Eneida vi, 782-784; Geórgicas ii. 534-535; Marcial, Epigramas iv. 64. 11, 13; Cicerón, Cartas a Ático vi. 5; Propercio, Elegías iii. 11; etc.). En los primeros siglos los cristianos se referían comúnmente a Roma como a “Babilonia” (ver com. 1Pe 5:13; Ap 14:8), quizá para evitar que se los considerara como personas subversivas cuando hablaban y escribían del proceder anticristiano de Roma y los castigos inminentes de Dios que caerían sobre ella. En vista de la relación histórica de la antigua Babilonia con el pueblo de Dios en los tiempos del AT, la denominación “Babilonia” era muy apropiada para aplicarla a Roma en sus relaciones con el cristianismo. Se sienta la mujer. El ángel presenta a la “mujer” sentada sobre las siete “cabezas”, mientras que en el Ap 17:3 se halla sentada sobre la “bestia” (ver el comentario respectivo); por lo tanto, evidentemente es lo mismo estar sentada sobre siete cabezas que estar sentada sobre la bestia. Se deduce, pues, que no hay una distinción básica entre la bestia y sus cabezas, y probablemente no se intenta señalar ninguna diferencia ]
Apocalipsis (de Juan) 17-> Ver.
[V.10-> Y son siete reyes. Estos “reyes”, las “cabezas” y los “montes”, parece que se identifican como una misma cosa. No es clara la distinción -si es que la hay- entre los “reyes” y los “montes”. Cinco de ellos han caído. No se dice claramente en qué momento puede decirse que cinco de las cabezas han “caído”, que una “es” y que otra “aún no ha venido”. Los expositores adventistas sostienen en términos generales una u otra de tres opiniones distintas en cuanto al tiempo aquí involucrado: (1) Según la interpretación de que las siete cabezas representan a todos los poderes -sea cual fuere su número- que se han opuesto al pueblo y a la obra de Dios en la tierra, esta declaración significaría simplemente que una mayoría de dichos poderes ya habían desaparecido del escenario de la historia. (2) Los que enumeran las primeras cinco cabezas como Babilonia, Persia, Grecia y Roma y el papado, consideran que estos cinco ya habían “caído” cuando la cabeza papal de la bestia recibió la herida de muerte en 1798 (ver com. Ap 13:3-4). (3) Los que enumeran las primeras cinco cabezas como Egipto, Asiria, Babilonia, Persia y Grecia, consideran que el momento indicado en el Ap 17:10 es el tiempo de Juan, cuando se dio la visión. Ver com. Ap 17:9. Uno es. Según el punto dos, Francia o Estados Unidos, después de 1798; y según el punto tres, el Imperio Romano en los días de Juan (ver com. “cinco de ellos han caído”). El otro. Según el punto uno, la minoría de los poderes políticos que aún están por desempeñar su parte; según el punto dos, Estados Unidos o alguna organización mundial como la Liga de las Naciones o las Naciones Unidas; según el punto tres, el papado (ver com. “cinco de ellos han caído”). Puede notarse que si los sucesos predichos en el cap. 17 son idénticos en parte con los del cap. 13 (ver com. Ap 17:3; Ap 17:8), es lógico que la cabeza papal sea la que se designa como “el otro”. Breve tiempo. Gr. olígos, que se usa 34 veces en el NT en el sentido de “poco”, “pequeño”, “diminuto”, para especificar cantidad, y ocho veces con el significado de “corto” para especificar tiempo (ver com. Ap 12:12). La oración puede traducirse: “es necesario que permanezca poco” o “es necesario que continúe brevemente”, quizá con el sentido de un “tiempo limitado” en contraste con un tiempo sin límites. En el Ap 12:12 olígos se refiere al “poco tiempo” que se le concedió a Satanás después de su derrota en la cruz (cf. DTG 706, 709; CS 557). El ángel quizá le está asegurando de nuevo a Juan que Satanás, y más específicamente que el poder (o poderes) representado por la séptima cabeza no podrá nunca alcanzar sus objetivos, o que su duración ha sido estrictamente limitada. Algunos entienden a olígos en un sentido literal, como indicando un corto lapso. ]
Apocalipsis (de Juan) 17-> Ver.
[V.11-> La bestia que era. Ver com. Ap 17:8. Es también el octavo. Esta es la bestia cuando resurge en el período “será”, inmediatamente después de su salida del “abismo” (ver com. Ap 17:8; Ap 17:10). Algunos consideran que el octavo poder es el papado solo; otros sugieren que representa a Satanás. Los que siguen este segundo punto de vista destacan que en el tiempo que aquí se indica, Satanás intentará personificar a Cristo (ver com. 2Ts 2:8). Es de entre los siete. O “sale de los siete”. La bestia -“el octavo”- que era, parece ser la misma bestia a la cual se le añadieron las siete cabezas (cf. Ap 13:11-12). La ausencia en el texto griego del artículo definido antes del ordinal “octavo”, sugiere que la bestia era la verdadera autoridad que respaldaba a las siete cabezas, y que por lo tanto es más que sólo otra cabeza o la octava de la serie: es su resumen y culminación, la misma bestia. En el texto griego la palabra que se usa para “octavo” es del género masculino y por lo tanto no puede referirse a una cabeza, cuyo nombre es del género femenino. Perdición. Ver com. Ap 17:8. ] CUANDO LAS NACIONES RELIGIONES MUNDIALES SE ALLAN UNIDO AL PAPADO A LA ADORACION AL PAPADO CON SU MARCA DOMINGO CATECISMO ,SATANAS RECOBRA SU PODER APARECIENDO DECIR SER CRISTO EN SU SEGUNDA VENIDA RECORRE EL MUNDO HACIENDO MILAGROS JUNTO AL PAPADO Y SATANAS DICE QUE TRANFIRIO EL SABADO AL DOMINGO DICE CREER EN EL CATECISMO Y LA BIBLIA .DONDE BENDICE A TODOS QUIENES SE UNEN AL PAPADO Y A EL SATANAS Y LE ADORAN .LUEGO QUE SATANAS BENDICE A LOS QUE ACEPTARON SU MARCA CATECISMO DOMINGO SERAN LOS QUE RECIBIRAN LAS PLAGAS Y LA MUERTE ETERNA JUNTO CON SATANAS .APOC 16CAP19:20 Pero la Bestia fue capturada, y con ella el falso profeta - el que había realizado al servicio de la Bestia las señales con que seducía a los que habían aceptado la marca de la Bestia y a los que adoraban su imagen - los dos fueron arrojados vivos al lago del fuego que arde con azufre.
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