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General: La extraña historia de un Ángel Prisionero
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De: Alcoseri (Mensaje original) |
Enviado: 24/01/2011 02:35 |
La extraña historia de un Ángel PrisioneroUn día, Yeshua Mosan, como otros tantos masones de su época se opusorotundamente a confiar su vida a la simple suerte, y a laseventualidades del destino, su vida así ya no sería a capricho delmero accidente, y salió en búsqueda de los medios que la harían al finser dueño absoluto de su destino.Yo Soy, se dijo a si mismo Yeshua Mosan un hombre libre: como tal,pero todos los días es la suerte y no mi voluntad las que rigen mivida. Soy una porción de Luz del Universo, pero soy como una simplehoja de un árbol que es arrastrada a capricho del viento.Simplificando todo esto, iré en busca del domino de mí y miscircunstancias, aprenderé acerca del secreto del “cómo y el porqué”.Por lo tanto en mi camino de búsqueda adoptaré el camino recomendadopor los Grandes Iniciados, el cual nos exhorta a confiar en Dios TodoPoderoso, en lugar de vivir en lo mundano y lo profano, que está llenode confusiones, donde la comida y otras cosas llegan aparentemente através de la sociedad, me cobijaré al aparo directo del Gran Poderque rige las cosas. El Masón ahora liberado ya no dependería delsocorro de hombres y mujeres caritativos, y si se dijo a sí mismo: noaceptaré la ayuda indirecta de la sociedad.Así diciendo esto se encaminó al desierto, entregándose al aparo delas fuerzas invisibles, con la misma resolución con que había acepadoantes el sostén de las fuerzas visibles cuando era maestro carpinteroen una escuela de Nazaret.Se introdujo al desierto con la certeza viva de que Jehová cuidaríaenteramente de él, del mismo modo que los pájaros y las bestias sonprovistas en sus respectivos reinos. Otro día por la mañana, el corocelestial de las aves lo despertó, y el Hijo de Rey David yacía, alprincipio quieto, miraba las nubes pasar, mientras esperaba laaparición milagros del Maná celestial. A pesar de su gran confianzaen las fuerzas invisibles – y su enorme seguridad – pronto se diocuenta de que los sermones en las Sinagogas no coincidían con larealidad, mucho menos en un árido desierto de Judea.Tendido cerca de un manantial, pasó el día entro simplementeobservando la naturaleza, miraba los pececillos, hacia sus habitualesoraciones. De tiempo en tiempo alguien se acercaba al manantial y leofrecían agua, pero él se negaba. Caravanas pasaban frente a él y ledeseaban “Paz” sorprendidos de ver a un joven tan bello y con grancarisma, en pleno desierto. Grupos de peregrinos lo invitaban a formarparte de su grupo, se detenían y comían pan y vino; esto servía sólopara acrecentar su apetito por las más humildes de las comidas, puesya habían pasado varias horas desde su salida de casa.No es más que una dura prueba y pronto estaré bien, pensó Yeshua deNazaret mientras oraba en silencio, entregándose a la contemplacióninterna de la forma en que su padre Yussef le había enseñado.Caminó hacia el Rio Jordán por la noche.Siete horas después del amanecer del octavo día, mientras Yeshua elCarpintero estaba bebiendo agua, y mirando fijamente los rayos delSol reflejados en el Rio Jordán, vio algo que flotaba entre lascañas. Era un paquete envuelto en hojas y atado con fibras de palma.Yeshua, que era hijo de Adán, se introdujo en el Rio y se hizo delextraño paquete.Pesaba alrededor de 50 siclos (aprox. 600 gr o 1/2 libra). Tan prontocomo desató el paquete, le llegó un delicioso aroma. Es Maná queenvía Jehová pensó Yeshua ¡Mi creencia está bien fundada! ExclamóYeshua Mosan – Y ahora, como verificación: si una cantidad similar deManá, llega a mi sobre las aguas a diario, es que la Providencia envíaesto para mi sustento.Luego del día decimo, igual a la misma hora, un paquete con deliciosoManá, llegó flotando hacia las manos de Yeshua el Carpintero. Tendréque usar mi inteligencia para buscar el origen de esto – se dijo.Decidió, ir en busca del origen del paquete, pues sería undescubrimiento de primera magnitud. Veré al mismo Ángel del Manáseguramente, y lo incitaré a que envié Maná a todo el mundo asíterminarán las hambrunas- pensó. Obviamente, mi tarea serárastrear el curso del paquete de Maná, rio arriba, hasta llegar a suorigen. Entonces podría entender no sólo su origen, sino además losmedios por los cuales esto opera.Durante cuatro días, Yeshua bin Yussef siguió el curso del rio,mientras pensaba que incluso el Ángel del Maná le enseñaría el modo demultiplicar comidas. Cada día, con la misma regularidad, paropaulatinamente más temprano, el paquete de exquisito Maná aparecía, yél lo comía.En cierto momento, Yeshua el hijo de María, vio una extrañaconstrucción a la orilla del Rio Jordán, era un Templo. Aquí justose origina – pensó – el alimento del Paraíso.Mientras caminaba, Yeshua el Hijo de Iahveh, vio frente a él a un altoy desaliñado monje esenio, con los enredados cabellos y un mantocaracterístico de los esenios.La Paz de Dios dijo Yeshua.Alosa – Adonaí, gritó el Ermitaño - ¿Qué buscas tú aquí?Estoy llevando adelante mi retiro del mundo, explicó el hijo de Adán,y esto me ha traído aquí – hasta este extraño Templo.Tal vez puedas ayudarme le dijo al Ermitaño.Como parece no sabes nada de este Templo, respondió el Ermitaño, teinformaré sobre él – un ser celestial está allí dentro, peroPrisionero y en exilio, pero bien atendido, pero prisionero al fin.Le es imposible escapar, pues hay formidables e increíbles barreras,este Templo es invisible al ojo profano.Tengo que entrar al Templo dijo Yeshua. ¿Podrías decirme cómo hacerlo?Estoy a punto de iniciar una peregrinación, pero te daré una pistarecita el Nombre de Dios y medita frente a las puertas del Templo –dijo el ermitaño.Yeshua se sentó durante tres días practicando sus recitacionesconstantes y esperando la aparición del Maná diario. Entonces, unanoche, mientras miraba la parte alta del Templo , tuvo una extrañavisión.Allí, resplandeciente, con una celestial belleza, se apareció unángel, sintió que era el mismo príncipe de los ángeles. El ángel miróun instante el cielo y señalo la Estrella Polar, y después dejó caeral rio un paquete de Maná celestial. Aquí, estaba el origen divino dela gracia del Maná.¡El Origen del Alimento del Paraíso! Exclamó Yeshua. Ahora estaba enlos umbrales de la verdad.Tan pronto estos pensamientos cruzaron su mente, se encontrótransportado por los cielos a lo que parecía ser un reino etéreo llenode luz, vio un templo entró en él; allí se encontró con una criaturamitad hombre mitad reptil.Yo, dijo esta aparición, Soy el Viejo Dragón el jefe de todas lasHuestes y te he transportado aquí en respuesta a tus constantessúplicas y por haber usado el Nombre de Dios que te fue brindado porel mismo Gran Maestre de los Esenios.¡Oh, Todopoderoso Jehová, Jefe de los ejércitos celestiales! MusitóYeshua el carpintero. Soy un buscador de la verdad, y la respuestasólo puedo hallarla dentro el Templo Invisible a los profanos, a laspuertas del cual me encontraba cuando me trajiste aquí. PermítemeAdonaí, te pido, el poder de entrar en el Templo y contactar con elÁngel Prisionero.El Viejo Dragón le dijo: Así será, pero antes contempla desde aquítodos los Reinos de la Tierra todo podría ser tuyo, si te quedas aquíconmigo reinando, también te concederé el secreto de convertir laspiedras en alimento si lo quieres. Yeshua de Nazaret dijo: prefieroliberar al Ángel Prisionero.El Dragón le dijo a Yeshua mira: Antes debes estar prevenido de queun iniciado recibe una respuesta a sus preguntas de acuerdo con sucapacidad de entenderlas.La verdad es la verdad, dijo Yeshua, yo la tendré, no importa cuálsea, concédeme la libertad esa será mi gracia.Pronto Yeshua de Nazaret tomó de nuevo la forma corpórea, y fueacompañado por ángeles encargados por su Jefe de usar su especialhabilidad para ayudar a este sincero ser humano en su búsqueda. En lasmanos de Yeshua apareció un llave para abrir las puertas del Templo.Yeshua el Carpintero Especulativo abrió la puertas del Temploinvisible, y desde el entrada, un sacerdote lo llevó inmediatamentehacia el Ángel del Maná, que era el mismo Portador de la Gran Luz, eraaun más bello de lo que él había visto a lo lejos.Te estoy agradecido Yeshua hijo mío, por liberarme de las cadenas delmundo físico de este Templo, dijo el Ángel antes prisionero, al abrirlas puertas no solamente me liberas a mi sino a miles de millones dealmas atrapadas. Y juntos podremos ahora volver con mi Padre, peroantes quiero recompensarte por tus sufrimientos. – Habla, nombra turecompensa, y te será dada.Incomparable Gran Luz de los cielos, dijo Yeshua el MaestreCarpintero del Templo, hay una cosa que busco y es la verdad. Por serel deber de todos los que la tienen, darla a aquellos que puedenbeneficiarse con ella, te comino. Príncipe de los Cielos, a darme laverdad que es mi necesidad.Habla, y tal verdad, hasta donde sea posible ser entendida, ayudará atoda la humanidad y no sólo a mí. Pues el ser humano esta esclavizadoa su diario sustento, y por ello le es difícil dedicarse más tiempo alas cosas celestiales – dijo YeshuaDime Ángel el Secreto ¿Por qué y cómo, el divino alimento del Paraíso,el magnífico Maná que tu tirabas cada día para mí, es dado de estamanera tan extraña?Yeshua hijo de María la Virgen, exclamó el Ángel, el Maná, como tú lollamas, que tiraba cada día, es en realidad el residuo de mi retrete,los cuales arrojaba fuera del Templo.El alimento que yo comía seguirá cayendo del cielo eternamente, ygracias a ti Yeshua todo el mundo lo comerá directamente, el alimentoes inagotable, pero hay un punto a aclarar, cada hombre y mujer loaprovecharán según sus capacidades de digestión.He aprendido dijo Yeshua el Cristo, hay que comer del alimento divino,pero cada quien lo entenderá condicionado a su capacidad deentenderlo.Así concluyó Yeshua en cuarenta días su estadía en el Desierto, suMadre luego de este episodio decía que Yeshua había experimentado uncambio radical-Desde ese momento ese Alimento celestial se convirtió en el cuerpo yen la sangre de Yeshua el CristoAlcoserihttp://groups.google.com/group/secreto-masonico |
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