El poder masónico de modificar el Entorno
De acuerdo a la visión masónica de la realidad, por encima de la realidad profana u ordinaria, existe una realidad superior, que es la realidad que se abre por medio de la iniciación primeramente, luego por medio de la exaltación a grado de maestro masón finalmente, pero por desgracia no todos los masones tienen acceso a esta realidad. Uno de los aspectos fundamentales en la tarea del masón es alcanzar esa realidad que se abre por medio de la iniciación masónica, una realidad que le permita experimentar un nivel de ser mas real y así de una manera integral, dejar atrás en mundo de los profanos, que está lleno de falsedades y de ilusiones vanas . En términos masónicos, la capacidad perceptual necesaria para poder percibir esa realidad superior, se logra sólo con la formación de una concentrabilidad independiente del condicionamiento propio del medio social circundante, este condicionamiento tiende a esclavizarnos a ideas dogmaticas, y tiende a permanecer fijo en su sitio durante toda la vida del profano moderno. Sin ese impulso que se da por la iniciación el hombre permanece anclado a su vieja, aburrida y generalmente caótica realidad ordinaria. Del otro lado de la línea, la realidad aparte invita al masón a la libertad. Le ofrece mundos nuevos y llenos de misterio, en los que su propio ser puede experimentarse de modos insospechados. Se plantean dos caminos necesarios para lograr sea efectiva la práctica masónica para penetrar la Realidad superior: La Lucidez consciente y profundizar dentro de sí para contactar con Dios. El control de mantener lucidez en el mundo profano El arte de estar Alerta se efectúa en la realidad ordinaria. El estar lucidos diríamos que es un arte para practicarse en el lado de todos los días el cotidiano, consistente en llevar a cabo un manejo consciente a cada momento y sumamente cuidadoso de la realidad de todos los días, cuyo fin es el acceso a la realidad superior. El masón debe ser un practicante consumado del estado de alerta, que hace del mundo de los profanos su campo de batalla, convirtiendo cada acto, cada interacción con sus semejantes en cosa que le haga estar presente. El estado de lucidez es efectivamente el control estratégico de la propia conducta. Su campo privilegiado debe ser aquél en el que la interacción con otros seres humanos (masones o no) tenga lugar. Es por ello que el masón , lejos de alejarse del entorno social profano ordinario, vive en él sin que le afecte; el masón comienza a tener un poder por encima de todo porque está en el centro mismo de la acción y lo utiliza para modificar la realidad circundante a la vez que para templar su alma e inmortalizarla, engrandecer su energía y llevarse a sí mismo más allá de los límites profanos de su nivel de ser personal.
Fraternalmente Vicente Alcoseri
https://groups.google.com/group/secreto-masonico