El Señor es mi pastor
El salmo 22, uno de los más bellos de todo el salterio comienza con una afirmación atrevida: "El Señor es mi pastor, nada me falta". Este creyente que se sabe guiado y acompañado por la mano firme y protectora del pastor, proclama con tranquila audacia su ausencia de ambiciones. Tiene todo lo que necesita: conducción, seguridad, alimento, defensa, escolta, techo donde habitar... Difícilmente anidarán en su corazón la agresividad, la envidia, la rivalidad, todas esas actitudes que amenazan siempre el convivir con los otros fraternalmente.
CUADERNOS DE ORACIÓN 110
Querida Rojita comparto contigo el gusto por este Salmo, tenerlo siempre presente sabiendo que si nosotros estamos con, y para Jesús "El nunca nos faltará."
Gracias..............madre166
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