Campanas llenas de recuerdos
Estamos en días en que la parte sentimental de la gente, en una mirada introvertida, se fija en el recuerdo de aquellas personas a las que ha querido y que no están ya en este mundo. Son días de adecentar sepulturas y nichos, llevar flores, de acordarse, de lágrimas y también de oraciones.
Las oraciones son algo muy personal, pero los elementos que nos llevan al recuerdo de nuestros difuntos pueden ser propios o ajenos. Y en estos últimos las campanas tienen un protagonismo extraordinario. Sabemos ya que la música produce sentimientos de alegría, de tristeza o de recuerdo.
El monorritmo repetitivo del toque fúnebre encoge el alma y nos hace pensar en un más allá, en un transcendente y en el que nos acordemos de aquellos familiares y amigos que han fallecido.
BAUTISTA