PORQUE DONDE ESTA TU TESORO, ALLÍ ESTARÁ TAMBIÉN TU CORAZÓN
Por eso cuando hablamos de la devoción al Sagrado Corazón de Jesús, hablamos de encomendarnos, íntegramente, con nuestros sentimientos, nuestras palabras, nuestras acciones, nuestras alegría a TODO JESÚS
La verdadera devoción al corazón de Jesús se concreta en Conocer a Dios y conocernos a nosotros mismos, en mirar a Jesús, y acudir a El, que nos anima, nos enseña, nos guía.
En el libro del profeta Ezequiel dice Dios: LES DARÉ UN CORAZÓN NUEVO Y PONDRE DENTRO DE USTEDES UN NUEVO ESPÍRITU
Dios nos da un corazón de carne, como el de Cristo.
Nosotros no tenemos un corazón para amar a Dios y otro para amar a las personas aquí en la tierra.
Con el mismo corazón con el que quiero a mis padres, a mis amigos, con ese mismo corazón yo amo a Cristo, yo amo a María, yo amo a Dios.
El amor humano, cuando es verdadero, nos ayuda a conocer y a saborear el amor de Dios, el amor que Dios nos tiene y que como dice san Pablo: PERMANECE PARA SIEMPRE
Ama, y haz lo que quieras, dice San Agustín
Si callas,
callarás con amor.
Si gritas,
gritarás con amor.
Si corriges,
corregirás con amor.
Si perdonas,
perdonarás con amor.
Si está dentro de tí
la raíz del amor,
ninguna otra cosa
sino el bien
podrá salir de tal raíz.
Pidamos al Sagrado Corazón de Jesús que Él que es el amor, venga a habitar en nosotros y nos enseñe a amar.
Desde la cruz redentora, el Señor nos dio el perdón, y, para darnos su amor, todo a la vez, sin medida, abrió en su pecho una herida y nos dio su corazón. Santa cruz de Jesucristo, abierta como dos brazos: rumbo de Dios y regazo en la senda del dolor, brazos tendidos de amor sosteniendo nuestros pasos. Sólo al chocar en las piedras el río canta al Creador; del mismo modo el dolor, como piedra de mi río, saca del corazón mío el mejor canto de amor. Amén
Tomado de
"Unos momentos con Jesús y María".