“CON MARIA TODO SIN ELLA NADA”

María es corredentora con Cristo porque toda su vida fue un compartir en la misión redentora de su Hijo, la que llego a su clímax al pie de la cruz en el calvario. Verdaderamente en el calvario, la Madre de Jesús se convirtió , a través de sus sufrimientos con el Redentor,en la Madre de todos los pueblos. Además de corredentora María es mediadora porque le dió a Jesús su naturaleza humana. Al aceptar la invitacion de ser su madre, se convirtió en la “portadora de Dios” y por lo tanto nos medía a Jesucristo, autor de todas las gracias. Por tanto la Anunciación (Lucas Capitulo 1, Versiculos del 26 al 38) es un evento de mediación por parte de Nuestra Señora, al encontrarse a si misma ” en medio”, esto es, entre Dios y nosotros. Ella aceptó libremente la Voluntad de Dios y está consiste en que Jesús (Hijo Unigénito de Dios) se hisiera carne y habitará entre nosotros para luego salvarnos y redimirnos de todo pecado y se cumpliese lo que dice la Santa Biblia en San Juan Capitulo 3 Versiculo 16: “Pues Dios amó tanto al mundo, que dió a su Hijo Único para que todo aquel que cree en él no muera (muerte espiritual que es el infierno) sino que tenga Vida Eterna”.

María tambien es Abogada nuestra ya que está llamada a ayudar. Jesús y el Espiritu Santo son Abogados ante el Padre en el plan de la salvación humana, Jesús nos redime y el Espiritu Santo nos santifica. Decimos que María es Abogada, porque siempre intercede por nosotros orando ante su Hijo Jesucristo en favor nuestro.

Las Sagradas Escrituras manifiestan el rol de la Madre de Jesús en el plan de Salvación, como la Abogada de las necesidades de la familia humana. María se convierte en Abogada del Pueblo de Dios cuando en la Anunciación aceptó participar por nosotros en el plan de Dios para la salvación del genero humano (Lucas Capitulo 1 Versiculos del 26 al 38). Nuestra Señora también manifestó su abogacía en las Bodas de Caná (Juan Capitulo 2, Versiculos del 1 al 11), en donde intercedió por una necesidad especifica de la gente durante las Bodas, y como Abogada consiguió obtener de su Hijo lo que era necesario (Juan Capitulo 2, Versiculos del 2 al 10).

El Papa Juan Pablo II refieriéndose a este pasaje de la Escritura, dice que María es la ”vocera de la voluntad de su Hijo”, y que “Ella sabe que puede decirle a su Hijo las necesidades de la humanidad, y de hecho tiene el derecho de hacerlo así (Cf. Redemptoris Mater, n. 2 1).

En Pentecontés, María intercede en oración como nuestra Abogada para la venida del Espiritu Santo, nuestro Abogado Divino (Hechos de los Apostoles, Capitulo 1, Versiculo 14).