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Por los ojos amor entra y derrama en el alma un ardor que la enflaquece; el ansia de gozar, fuego parece; templada obstinación su fuerza trama.
De un hijo que amor tiene, el cual se llama deseo, la esperanza nace y crece; mas contra el hijo y nieta el hado ofrece un bastardo temor que los desama.
El fin que amor pretende es ser amado; temor, que a ningún bien del padre alcanza, viene contra los dos acompañado
de enojos, de sospechas, de mudanza, desdén, ingratitud, celos, cuidado, armado de mortal desconfianza.
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