Brenda era una joven mujer que fue invitada a escalar rocas.
Aunque esto le causaba mucho miedo, fue con su grupo a un tremendo risco de granito.
A pesar de su miedo, se colocó el equipo, tomó un extremo de la cuerda y comenzó a enfrentar
la roca.
En determinado momento, llegó a un borde, donde pudo tomar un respiro.
Mientras estaba ahí, la cuerda de seguridad golpeó contra un ojo de Brenda y le sacó su lente de
contacto.
Bueno, ahí estaba ella en el borde de la roca, con cientos de metros bajo ella y cientos de metros
sobre ella.
Por supuesto que buscó y buscó, esperando que hubiera caído en el borde, pero simplemente no
estaba el lente. Ahí estaba ella, lejos de casa, con su vista borrosa.
Estaba desesperada y comenzó a enfadarse, por lo que oró al Señor para q la ayudase a encontrar
su lente.
Cuando llegó a la cima, un amigo examinó su ojo y su ropa buscando el lente, pero no lo pudieron
encontrar.
Ella se sentó, desalentada, con el resto de la gente, esperando a que los demás llegaran a la cima.
Ella miró a través de las montañas, pensando en el verso de la Biblia acerca de que los ojos del
Señor observan alrededor de toda la Tierra y pensó:"Señor, Tú puedes ver estas montañas.
Tú conoces cada piedra y cada hoja, y Tú sabes exactamente dónde está mi lente de contacto.
Por favor ayúdame. "
Finalmente, bajaron.
Al pie de la montaña había un nuevo grupo de alpinistas comenzando a enfrentar el risco.
Uno de ellos gritó: "Oigan, jóvenes! ¿Alguien perdió un lente de contacto? ".
Bueno, esto hubiera sido suficientemente inquietante, pero. . .
¿Sabes cómo el alpinista vio el lente de contacto?
Una hormiga se movía lentamente a través de la roca, cargando el lente.
Brenda me dijo que su padre era caricaturista.
Cuando ella le platicó esta increíble historia de la hormiga, la oración y el lente de
contacto, él dibujó una caricatura de una hormiga cargando un lente de contacto,
diciendo: "Señor, no sé por qué Tú quieres que yo cargue esta cosa.
No puedo comérmela, y está extremadamente pesada.
Pero si eso es lo que Tú quieres que yo haga, yo la cargaré para Ti. "
Creo que probablemente nos haría bien a algunos de nosotros decir ocasionalmente:
"Señor, no sé por qué quieres que yo lleve esta carga. No veo nada bueno en ello y es
bastante pesada. Pero si Tú quieres que yo la cargue, lo haré para Tí"