Oh mi Jesús, dame fuerza para soportar los sufrimientos y para que mi
boca no se tuerza cuando bebo el cáliz de la amargura.
Ayúdame tú mismo para que mi sacrificio te sea agradable: que no lo
profane mi amor propia.
Que te alabe, oh Señor, todo lo que hay dentro de mí: la miseria y la
fuerza..Amen