:: Gracias, amig@s, por vuestras sinceras palabras. ahora tengo un ángel más en el cielo, y aunque no pueda ver más a mi esposo, sé que él siempre estará cuidándome y dándome las fuerzas necesarias para poder seguir mi vida sin él aqui en la tierra hasta que decida llevarme a mi a su encuentro.
“A menudo el sepulcro encierra, sin saberlo, dos corazones en un mismo ataúd”
Yo soy aquella María del linaje de David: ¡Oíd, hermano, oíd la gran desventura mía!
A mí me dijo Gabriel que el Señor era conmigo, y me dejó sin abrigo más amarga que la hiel. Díjome que era bendita entre todas las nacidas, y soy de las doloridas la más triste y afligida.
Decid, hombres que corréis por la vía mundanal, decidme si visto habéis
igual dolor que mi mal.
Y vosotras que tenéis padres, hijos y maridos, ayudadme con mis gemidos, si es que mejor no podéis.
Llore conmigo la gente, alegres y atribulados, por lavar los pecados mataron a un Inocente. ¡Mataron a mi Señor, mi redentor verdadero! ¡Cuitada!, ¿cómo no muero con tan extremo dolor?
Señora, santa María, déjame llorar contigo, pues muere Dios y mi amigo, y muerta esta mi alegría.
La fiesta de N. S. de los Dolores se celebra el 15 de septiembre.
Este fue el día que el Señor decidío llevarse a mi marido con Él y su Madre... estoy muy triste pero se que que ya está en el lugar y en la compañia con la que todos esperamos tener el día de nuestro final en la tierra.
Gracias a todos por vuestras oraciones, él desde allá velará por mi , mi familia y todos vosotros que sois mis amig@s
Yo soy aquella María del linaje de David: ¡Oíd, hermano, oíd la gran desventura mía!
A mí me dijo Gabriel que el Señor era conmigo, y me dejó sin abrigo más amarga que la hiel. Díjome que era bendita entre todas las nacidas, y soy de las doloridas la más triste y afligida.
Decid, hombres que corréis por la vía mundanal, decidme si visto habéis
igual dolor que mi mal.
Y vosotras que tenéis padres, hijos y maridos, ayudadme con mis gemidos, si es que mejor no podéis.
Llore conmigo la gente, alegres y atribulados, por lavar los pecados mataron a un Inocente. ¡Mataron a mi Señor, mi redentor verdadero! ¡Cuitada!, ¿cómo no muero con tan extremo dolor?
Señora, santa María, déjame llorar contigo, pues muere Dios y mi amigo, y muerta esta mi alegría.