Es el Jueves Santo, día en que, como todos sabemos, Jesús instituye la
Eucaristía y el sacerdocio. Es el día del Amor Fraterno.
Hacer notar algo que todos sabemos, pero que quizá no hemos
reflexionado lo suficiente: y es que estamos rememorando las últimas
horas de su vida histórica entre nosotros.
Es en este momento en el que Jesús realiza y nos deja el gran signo de
su presencia permante entre nosotros y para nosotros, para que lo lleve
mos al mundo y para que celebrándolo,sirva de sostén a la vida,a toda
vida.
La Eucaristía, esto que su Iglesia está permanentemente realizando,
signo de unidad, nos debe llevar a eso, a la unidad y a la entrega.
Nos deja este don - su presencia servidora - al final de sus días
caracterizados, fundamentalmente, por el abajamiento total y la
cercanía de su vivir al hombre, a todo hombre, con un mensaje muy
concreto: sirvan a los demás.
Él es el modelo a seguir.
Es por ahí, por lo del servicio, por donde creo que Jesús nos quiere
implicados, comprometidos.
Ya se que ésto es muy fácil y hasta bonito decirlo.
El problema viene a la hora de llevarlo a la práctica,de hacerlo vida,
de testimoniarlo, porque como también sabemos, la Eucaristía ni
empieza ni termina en las cuatro paredes de la iglesia, del edificio
donde nos reunimos. Sabemos que empieza, se concreta y se hace
vida allí donde hay un cristiano luchando por la vida, la justicia, la
verdad,el compartir,el compromiso total con el mundo y todo lo que
ello implica.
El listón está altísimo. Hemos de ser conscientes de ello.
Pero no por eso hemos de desistir o desanimarnos.
Lo importante es el testimonio cotidiano en el esfuerzo, en el trabajo,
en la perseverancia en apostar por todo lo que sea la vida.
Nos reunimos los cristianos en la iglesia, haciendo Iglesia, para tomar
fuerza y ánimo de mismo Señor.
Para compartirle, haciéndole nuestro y nosotros de Él; para estrechar
lazos de hermandad que luego han de desplegarse en la historia de
cada día, tanto personal como social.
Creo que el Jueves Santo nos debe llevar mansamente a preguntarnos
de dónde venimos , a dónde vamos y dónde estamos: donde hunde
sus raíces nuestra identidad que nos permite llamarnos cristianos:
seguidores de Cristo.
¡Feliz día Del Amor Fraterno!