¿Qué perderé yo por Ti, mi señor Crucificado, si siendo de tu ganado, tanto, Señor, me perdí cuidando de mi cuidado?
¿Qué perderé yo por Ti, si, tras haberme ganado, con tu corazón por mi a tal punto desgarrado, tanto, Señor, me perdí cuidando de mi cuidado?
¿Qué perderé yo por Ti, que al cuidar de mi cuidado, tanto, Señor, me afligí, que acabé desamorado?
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Dame, Señor, el perder cuidarme de mi cuidado. Y ayúdame a renacer, oveja de tu ganado, para así volver a ser, de tu amor enamorado, mi Señor crucificado.
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