Jamás escupas al cielo, existen cuestiones inexplicables que podrán atormentar tus logros,tu vida y sobre todo tu sentido.
A veces me pregunto, por qué siempre se trata de mí o de alguna mujer... Podría echarle mil rosas a cuanta mujer increíble se me aparezca contándome vivencias de extraordinaria importancia, incluso, podría decir que somos la mejor arma del mundo, por increíbles y poderosas de mirada.
Podría dejar de respirar para darle aliento a bellezas enterradas, las que jamás debieron fallecer en olvido. Pero dar vida con tan sólo un aliento, no basta. La muerte siempre existirá en nuestros pensamientos más excecrables. Intolerante es tratar de creer que la verdad de la vida está ante nuestros ojos, y que nuestras acciones son las que determinarán visibles milagros.
Más que intolerantes, injustos. Dejemos caer todo el peso de la ley inmortal en los vientres de todas las mujeres que sucumbieron ante hombres de grandes mañas y suspiros, alientos de conquista y locura.
Dejemos caer ley en hombros de hombres, que sucumbieron a las pecaminosas formas de contacto de ellas, intentemos caer ante los ojos del infierno disfrazado entre castillos milagrosos.
La belleza terrenal de nuestros cuerpos siempre nos conducirá a tragedias astrales. Sólo observa las piedras, tan quietas como nosotros, tan asustadas como nosotras.
|