LAS MATEMATICAS DE JESUS.
Jesús no sabe matemáticas.
Si Jesús hubiera hecho un examen de matemáticas,
quizá le hubieran suspendido.
Lo demuestra la parábola de la oveja perdida.
Un pastor tenía cien ovejas.
Una de ellas se descarría, y él, inmediatamente,
va a buscarla dejando las otras noventa y nueve en
el redil.
Cuando la encuentra, carga a la pobre criatura sobre
sus hombros.
Para Jesús, uno equivale a noventa y nueve, ¡y quizá
incluso más!
¿Quién aceptaría esto?
Pero su misericordia se extiende de generación en
generación…
Cuando se trata de salvar una oveja descarriada,
Jesús no se deja desanimar por ningún riesgo, por
ningún esfuerzo.
¡Contemplemos sus acciones llenas de compasión
cuando se sienta junto al pozo de Jacob y dialoga
con la samaritana,o bien cuando quiere detenerse
en casa de Zaqueo!
¡Qué sencillez sin cálculo, qué amor por los pecadores!