El odio muchas veces es el pan de cada día que nos ayuda
a no hundirnos en la decadencia.
Sólo si haces que todos te odien estarás preparado para la vida
y esperarás nada de los demás.
No te odio por cómo eres sino por cómo me tratas.
El odio no es más que una forma de expresar temor.
Te aviso de que cada vez que tropieces
mi odio estará detrás de ti recordándote
que nunca debiste jugar conmigo.