El siguiente rito, puede realizarse únicamente por un Sacerdote,
acompañado por el/los fieles que deseen la bendición.
A continuación la fórmula que debe emplearse:
Sacerdote: Nuestro auxilio es el nombre del Señor.
Fieles: ¿Quién hizo el cielo y la tierra.
Sacerdote: En el nombre de Dios Padre Todopoderoso, creador del cielo
y de la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos, te ordeno, espíritu maligno,
que abandones esta medalla. Que desaparezcan y se alejen de esta, toda la
fuerza del adversario, todo el poder del diablo, todos los ataques e ilusiones
de satanás. Que todos aquellos que la utilicen con gran devoción, sean
bendecidos con la salud del alma y del cuerpo. En el nombre del Padre
Todopoderoso, de su Hijo, nuestro Señor Jesucristo, y del Espíritu Santo
Paráclito, y por el amor del mismo Señor Jesucristo, que vendrá en el último
día para juzgar a los vivos y a los muertos.
Fieles: Amén.
Sacerdote: Señor, escucha mi oración
Fieles: Y llegue a tí mi clamor
Sacerdote: Oremos. Dios Todopoderoso, fuente inagotable de todo bien,
humildemente pido que, por intercesión de San Benito, infundas Tus
bendiciones sobre esta sagrada medalla. Que aquellos que la utilicen con
entera y sincera devoción y se esfuercen en llevar a cabo las buenas obras,
sean bendecidas por Ti con la salud del alma y del cuerpo, la gracia de una
santa muerte, y la remisión de la pena temporal causada por sus pecados.
Y que también, con la ayuda de tu amor misericordioso, resista las tentaciones
del maligno y se esfuerzan por ejercer la verdadera caridad y la justicia para
con todos, por lo que un día pueda aparecer sin pecado y santo ante tu gloriosa
presencia. Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Fieles: Amén.
Luego de finalizar este rito, la medalla de San Benito debe ser rociada con
agua bendita