Parashá No. 26: SHMINÍ/OCTAVA

 

20 DEL MES DÉCIMO TERCERO DE 5771/26 DEL MES DE MARZO DE 2011

Lectura de la Parashá/porción: Vaikráh/Y llamó/”Lev.” 9:1-11:47

Lectura de la Haftaráh/profetas: Shmúel Bét/2ª S. 6:1-7:17

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“Y que puedas discernir lo santo y lo profano, y entre lo puro y lo

impuro”. Vaikráh/“Lev.” 10:10

 

CÓMO DISCERNIR LA VOLUNTAD DE ELOHIM

Todos los que estamos con Elohím deseamos discernir la voluntad de Elohím para nuestras vidas, por lo menos en las cosas claves, como elegir una carrera, la persona con la cual nos casaremos, si tenemos que hacer algo o no, el lugar donde deberíamos vivir. Necesitamos Su guía en docenas de elecciones diarias que afectan toda nuestra vida, nuestro tiempo, nuestras finanzas y nuestras interrelaciones.

El aprender a discernir nos llevará a ser lo que Elohím espera de nosotros, segúnVaikráh/“Lev.” 11:45: nos sacó de Mitzráim/Egipto para ser santos como Él es santo.

Barúj ha Hashém/“Bendito sea Elohím” que muchas de estas cosas ya se encuentran en la Torá, en los mandamientos, y no necesitamos saber Su voluntad en cuanto a robar o no, en cuanto a pecar o no. Simplemente tenemos que obedecer y cumplir los mandamientos que Él ya nos ha dejado en Su Torá. Pero hay muchas decisiones, como si aceptar el empleo éste o aquél, o si esta persona o aquella es la destinada por Él para ser nuestro cónyuge o no. Hay muchas decisiones como éstas en que es preciso tener una idea precisa de cuál es Su Voluntad, para cumplirla, porque eso va a traer bendiciones a nuestras vidas.

Hay escritores que no hablan para nada de este tema, y otros que dicen que no es necesario saber Su Voluntad en las cosas pequeñas, sino que para eso tenemos nuestro libre albedrío y nuestro criterio personal.

Nosotros no estamos de acuerdo con este punto de vista. Al contrario, creemos que debemos preguntarle por cada detalle, cada punto de nuestras tareas diarias, excepto las automáticas, como si ir a nuestro trabajo o no, o si hacer lo que automáticamente TENEMOS que hacer. Cuanto más le preguntemos, mejor nos va a ir, porque sólo Él sabe lo que nos conviene hacer y lo que va a resultar en bendiciones para nuestra vida. Con la experiencia, ya nuestro discernimiento cambia, y ya entendemos que éste es el camino o la decisión correcta y no la otra, pero sólo después de haber transcurrido años de estar preguntando a Elohím por cada tema.

Veremos a continuación algunos principios sobre cómo discernir Su Voluntad para nuestra vida en el diario vivir.

Primero, debemos estar dispuestos a hacer Su Voluntad en todo lo que nos diga o muestre, no importa si nos gusta o no, si sentimos que estamos capacitados o no de llevarlo a cabo. La obediencia previa e incondicional es la primera condición para llevar una vida que esté de acuerdo con Su Voluntad.

Es cierto que al hacer Su Voluntad, podremos encontrarnos con grandes dificultades. Pero debemos entender que Él es omnisciente, y sabía con anterioridad los problemas que surgirían en nuestra vida como consecuencia de seguir Su Voluntad, por lo que es bueno lo que nos está ocurriendo, a la larga, porque ésa es la Voluntad de Él.

La regla debería ser, para nosotros, estar dispuestos a hacer Su Voluntad en todo, y manejar las cosas de acuerdo a este punto de vista y no del nuestro.

La segunda regla es conocerlo íntimamente a través de una relación de amistad con Él, de modo de poder escucharlo si es posible, o por lo menos, de ser guiados de una u otra forma por Su Rúaj ha Kódesh/Espŕitu Santo, y por Yeshúa dentro de nuestro rúaj/espíritu. Cuanto más lo conozcamos, y cuanto más nos relacionemos con Él, más seguros vamos a estar de que estamos tomando Su decisión en algún asunto, y no la nuestra, porque sabemos con quién estamos tratando.

El escuchar Su Voz (la matanáh/regalo/”don”) de la profecía es una de las maneras más precisas y más preciosas de conocerlo íntimamente, ya que se puede llevar a cabo una conversación con Él, y no sólo un monólogo nuestro, como es el caso de la oración. Debemos pedir esta matanáh/regalo/”don”, si es que no la tenemos, y si tenemos la dicha y la buena fortuna de ser elegidos por Él para escuchar Su Voz en nuestros oídos espirituales, tendremos uno de los regalos más preciosos que podemos tener para conocerlo en gran manera.

La tercera regla, es estudiar y seguir los Mandamientos de la Torá, y no nuestros propios criterios, ni los mandamientos de hombres que nos puedan haber enseñado  que van en contra de la Torá.

Como dijimos más arriba, Él ya dejó una lista de 613 Mandamientos/TaRiAG para que los cumplamos, y no necesitamos “inventar” más, sino estudiarlos y poner nuestro mayor esfuerzo en cumplirlos, día tras día, semana tras semana. Tomemos el cuarto Mandamiento, por ejemplo. Dice en Shemót/Nombres/”Ex.” 20:10: “Zajór le ióm ha Shabát le kadoshó/Recuerda el día Shabát para santificarlo”.  Esto es bien preciso y bien claro. Sin embargo, sólo los judíos ortodoxos y los judíos mesiánicos lo cumplen a conciencia. “Shabát” no es “sábado”, ni menos que menos “día de reposo” para que se lea mentalmente “domingo”, ni ningún otro día de la semana, como se ha enseñado durante siglos. Comienza el viernes a la caída del sol y termina el sábado a la misma hora.

Si hacemos esto, y no los mandamientos de hombres como el arriba mencionado, estaremos discerniendo correctamente Su Voluntad, y no la nuestra y las bendiciones de Elohím no nos tardarán en llegar, para nosotros, nuestros hijos y nietos.

La cuarta regla, es discernir y evaluar los consejos de nuestras autoridades de la sinagoga mesiánica a la que concurrimos, o de judíos mesiánicos que tienen la matanáh/Don de profecía, o que son sabios, según nuestra experiencia. Nuestras autoridades mesiánicas están puestas  por Elohím (o deberían estarlo) para guiarnos y ayudarnos a hacer Su Voluntad. Máxime, si nos consta que ellos mismos consultan a Elohím antes de dar un consejo o una orden, y no actúan por su propia cuenta.

La quinta regla es dejarnos guiar por el Rúaj/Espŕitu viviendo dentro nuestro y pidiendo todos los días que sea Él quien nos guie y nos dirija hacia donde Elohím desea que vayamos y que hagamos, no nuestro propio ego.

Para esto también, Él nos ha dejado las siete especializaciones del Rúaj ha Kódesh/Espíritu Santo referidas en Is. 11:2: “Rúaj de sabiduría, de comprensión, de consejo y poder, de conocimiento y de temor a ADONÁI”. Estas siete especializaciones del Rúaj/Espíritu están representados en la menoráh/candelabro judía, y de allí viene todo aquello que necesitamos para hacer Su Voluntad y construir una vida como la que Él tenía designada para nosotros desde antes de la fundación del Universo.

Muy pocos practican esto, o quizás no saben esto que estamos escribiendo, pero es clave para nuestra vida espiritual.

Muchas veces, después de orar—si es que nos hemos acostumbrado a hacer esto—sentimos un tremendo shalóm/paz, como si un enorme peso hubiese salido de nosotros. Y el peso es real, mental, espiritual, y emocionalmente hablando. Muchas veces no sabemos Su Voluntad, pero el orar y el hacer lo que Él quería que hagamos nos saca la incertidumbre, que es otra causa de problemas.

Justamente, aquí está incluida la regla número seis. Si tenemos incertidumbre, no es sólo porque no es la voluntad de Elohím el que hagamos algo, sino que también puede ser por miedo, al salirnos de nuestra zona de seguridad. Cualquier soldado tiene miedo de salir a pelear en la guerra, aún cuando después se sepa que hizo algo heroico. Lo hizo ¡a pesar de su miedo! No porque no tenía miedo, sino porque venció su temor y siguió adelante con su deber como soldado. El valor no es falta de temor, sino el hacer nuestro deber a pesar de él.

De modo que tenemos que averiguar si la incertidumbre viene por temor, o viene porque no estamos haciendo Su Voluntad.

Esto es discernir Su Voluntad y debemos aprender y continuar aprendiendo a hacerlo toda nuestra vida en la tierra.

¡Jésed ve Shalóm lajém/ Que tengan la Misericordia (de Elohím) y (Su) Shalóm/Paz en esta semana les desea, el Rébe Julio Dam, su familia y sinagoga mesiánica renovada