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Quisiera recordar el origen etimológico de algunas de las palabras usadas por Roma, y quisiera señalar que ninguna de ellas se encuentra en la Biblia, palabras tales como “vaticano”, por ejemplo, que se deriva de la palabra “vaticino”, que también significa “adivinación”, y es evocación de las mayores prácticas paganas de adivinación que se llevaron a cabo en la Roma de antes de Cristo en el “cerro de los vaticinios”, que es el mismo sitio donde ahora se encuentra el más grande palacio religioso pagano (ellos mismos le llaman a donde vive “humildemente” el monarca: el “palacio del vaticano”), cuya religión: adulteró, distorsionó, omitió, agregó, cambió y negó las verdades Bíblicas cristianas más fundamentales, y así mismo, fusionó y bautizó las prácticas paganas con un poco de terminología cristiana. Curiosamente, buscando el origen etimológico de la palabra “vaticano” en la propia enciclopedia de aquel lugar durante el año 2001, se señala allí que “se desconoce el origen etimológico de esta palabra”. Claro está, es necesario desconocer su raíz etimológica para que Roma siga usando “cómodamente” esta y todas las otras cosas paganas que Roma fusionó buscando “agradar a los hombres” y “unificar su reinado”. Quizás posteriormente le inventen algún significado cómodo para ellos a esta palabra delatora. |
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Eulalia y Fe son representaciones de las sibilas de Cibeles. Sus cantos proféticos fueron asimilados por el cristianismo, están incluso presentes en la Sixtina del Vaticano. Que recibe este nombre por ser santuario de Cibeles. Vaticano = Vaticinio. Este vaticinio se obtenía de las sibilas. Cibeles desaparece y Eulalia y Fe perduran. Todo lo sagrado tiene su origen, nada se establece de manera aleatoria.
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