Salmo 18:2; 95:1/ 1 Pedro 2:6; 1 Corintios 10:4: “Jehová, roca mía y castillo mío”, “Jehová...la roca de nuestra salvación” (Sal. 18:2; 95:1). “De Cristo se dice: “Pongo en Sión la principal piedra del ángulo, escogida, preciosa.” “La roca era Cristo.” (1 Ped. 2:6; 1 Cor. 10:4).
Los Trinitarios sostienen que la ROCA es el Jehová-Cristo. Sostienen que Jehová, la Roca del Antiguo Testamento, es el Cristo del Nuevo Testamento.
Es cierto que David dice de Jehová: “ROCA MÍA”. Pero notemos que David también dice de Jehová: “Tú eres mi refugio” (Salmo 62:7; 32:7). Pero jamás encontraremos que a Cristo se le llame el “REFUGIO” de David, o de cualquier hombre. Podemos concluir, por ende, que Cristo no es el mismo Jehová del Antiguo Testamento. En el Salmo 103:17 se dice que a Jehová hay que TEMER, cosa que nunca se dice para Cristo en el Nuevo Testamento. No hay texto alguno en el Nuevo Testamento en que se nos mande temer a Cristo, sino sólo a Dios (Hebreos 12:28). Y para Pablo, Dios era solo EL PADRE ( 1 Corintios 8:6). En el Salmo 89:18 Jehová es el ESCUDO del creyente, una característica que nunca se dice de Cristo. En Exodo 20:7 se nos manda a no JURAR EN VANO EN EL NOMBRE DE JEHOVÁ. Esto jamás es ordenado para el nombre de Jesucristo en el Nuevo Testamento.
En el Antiguo Testamento tenemos figuras que simbolizan a Cristo. Cristo era el Cordero pascual, no Jehová. Cristo era prefigurado por la serpiente ardiente colgando en el poste en el desierto, para la salvación de los judíos (Números 21:8), era el maná que descendió del cielo y del cual comieron los hebreos en el desierto (Juan 6:31). Luego Jesús dirá que él es el maná que bajó del cielo (v.33,35). Nunca se dice que el maná era Jehová, sino Cristo. Y no encontraremos en el A.T que Jehová fue el maná de Su pueblo. Recordemos que Jesús dijo ser el maná que comieron los hebreos, pero la realidad es que aquel maná no era Cristo mismo, sino que lo prefiguraba o lo simbolizaba. El verdadero pan de vida se hizo presente en la encarnación, cuando Cristo nace de María. De igual modo, el Cordero pascual no era Cristo en forma de cordero, sino que era un símbolo de él. Igual ocurre con la roca que bebieron los hebreos. La roca no era Cristo, literalmente hablando, o Cristo en forma de roca. La roca simbolizaba a Cristo, quien vendría más adelante al mundo para edificar su iglesia, la cual se fundaría sobre él (la Roca sólida e inconmovible)--- El fundamento seguro y firme. El hecho que ciertos símbolos de Cristo coincidan con los de Jehová, nos los hacen iguales, o la misma persona.
En 1 Pedro 2:5,6,8 veremos que Cristo es la piedra principal entre muchas piedras, las cuales representan a todos los creyentes. Sí, los creyentes cristianos son también piedras como lo es Cristo, aunque la piedra que representa a Cristo es la principal de todas. Asimismo, la piedra principal descansa sobre la única Roca principal, que representa a Jehová, el Padre Eterno (Salmo 18:31)(1 Corintios 11:3).
En Isaías 28:16 encontramos una profecía sumamente interesante. Ella dice: “Por tanto, JEHOVÁ el Señor dice así: He aquí YO HE PUESTO en Sión por FUNDAMENTO UNA PIEDRA, piedra probada, angular, preciosa, de cimiento estable; el que creyere no se apresure.” Por cierto que este texto se relaciona con el texto de 1 Pedro 2:6 que ya tratamos arriba. Es decir, aquella piedra fundamental, preciosa, estable y probada, es Cristo. Y, ¿Quién la puso en Sión? ¿Jesús mismo? ¡NO!, sino ¡Jehová! Por tanto Jehová, la Roca de los patriarcas y profetas, no era el mismo Cristo, sino Dios el Padre.
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