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por Admin el Dom Nov 28, 2010 9:02 pm
Los planos secretos de Washington D.C, inspirado en Pierre de Chtillon El código secreto de la ciudad de WashingtonSi el Código da Vinci desveló al gran público las enormes implicaciones de la simbología y la geometría sagrada, los descubrimientos del profesor de la universidad de Québec, Pierre de Chatillôn, en su libro “Trastornos climáticos: los ciclos revelados” van a provocar más de un desmayo entre los norteamericanos y foráneos. Las figuras claves: el primer presidente, George Washington, y el urbanista de la ciudad que lleva su nombre Pierre de Chatillôn. El elemento que lo hace posible: la tecnología “google map” que permite obtener fotografías inusuales de nuestro planeta. Hoy sabemos que de los 23 firmantes de la Declaración de independencia de Filadelfia, en 1776, 21 eran francmasones. Esta hermandad espiritual era sólo una de las diferentes sectas y religiones provenientes de la Europa anglosajona llegadas a Estados Unidos con la esperanza de establecer la “nueva Jerusalén”. Es decir, imbuidos del espíritu mesiánico de los movimientos religiosos perseguidos por la Iglesia católica: por ello dejaron sus símbolos inscritos en la nueva tierra, comenzando por el archiconocido símbolo del dólar. Desde los comienzos de la República estadounidense, se formaron dos grupos, uno que defendía la libertad individual y otro, más cercano a la monarquía inglesa, que descreía de esa libertad y valoraba más la seguridad, el autoritarismo y el poder de las élites. Una pugna que se ha mantenido hasta la actualidad. De acuerdo a ese análisis, se pueden explicar los numerosos magnicidios ocurridos en los Estados Unidos,comenzando por el de Abraham Lincoln, el de McKinley o los de los hermanos Kennedy (Robert y John). Esa pugna soterrada explicaría, también, la enorme importancia que la simbología oculta juega en la historia de los Estados Unidos; los códigos en clave estarían traspasando información entre esos dos diferentes grupos. Como primer presidente de los Estados Unidos, George Washington representa en la mente de los norteamericanos el ideal de libertad que su país representó a lo largo de los años. La evidencia de que el billete de dólar ha albergado desde hace siglos los símbolos de la secta iluminati (la pirámide con “El ojo que todo lo ve” y el búho, dios babilónico Moloch, emblema de los iluminati de Baviera) ha hecho volver los ojos a los muchos símbolos que alberga la ciudad donde se asienta el Poder de los Estados Unidos y por ende, del mundo. De acuerdo a las investigaciones de Pierre Chatillôn, renombrado poeta y profesor de la universidad francófona de Canadá, George Washington habría querido dejar inscrito en los planos de la propia ciudad, la advertencia de los acontecimientos que estaban por venir, incluido el cambio climático. Todo ello, en manos del arquitecto francés Pierre Charles L’Enfant, quien expresó, tras ver el lugar dondese edificaría la ciudad: “Un pedestal a la espera de un monumento”. Tan claro lo vio Chtillon en su día, que no necesitó planos para ejecutar su diseño de la capital de la república, una especie de “Brasilia” del siglo XIX, pues hubo una planificación urbanística clara desde el principio, que se ha mantenido en el tiempo con pocas variaciones. Las sorprendentes indagaciones de Chtillon sobre los planos de L’Enfant que les explicamos a continuación se basan en la situación de varios edificios emblemáticos de la capital de los Estados Unidos en lo que se conoce como “National Mall” (“Bulevard Nacional) y en la distancia entre unos y otros. El Capitolio (donde trabaja el Parlamento), la Casa Blanca (donde reside el presidente), el Memorial Jefferson y el perímetro que rodea estos tres edificios conforman un triángulo isósceles. Entre la fuente de la entrada a la Casa Blanca y el memorial Jefferson hay, exactamente, 1776 metros. El mismo año de la fundación de los Estados Unidos y también, de la secta Iluminati. Por encima, se sitúa una gran explanada circular y el Capitolio. Los lados de este triángulo miden exactamente 2310 metros de largo, con lo que la relación entre la base y los lados es de 0’76. Exactamente, la misma proporción existente en la pirámide grabada en el billete de un dólar. Las avenidas y veredas que atraviesan el gran tramo central del paseo, lo dividen en 13 tramos, exactamente los mismos escalones que tiene la pirámide del billete de dólar. El número 1776, que son los metros que mide la base de estetríángulo urbanístico y que aparece en la base de la pirámide del billete en números romanos, es el parámetro sobre el que asientan las sorprendentes revelaciones de Chtillon. La primera de ellas, que el monumento erigido en honor a Washington se encuentra a 133 metros de esta línea de referencia. Trasladando esta cifra a décametros, obtendríamos 13’3 que, sumado a 1776, nos daría 1789, el año en que Washington tomó posesión de su cargo como presidente. En esa misma línea recta cuya cúspide es el Capitolio, se encuentran también los monumentos a Abraham Lincoln y en honor de los caídos en la Segunda Guerra Mundial. Chtillon resalta en su libro la importancia del carácter“estrellado” de la configuración urbanística de Washington. “Igual que ciertas ciudades de Europa de orígenes muy antiguos, las calles de la vieja ciudad de Washington se cruzan, prácticamente todas, en ángulosde 48º o de 132º. Valores que van mucho más allá de lo simbólico y que han adquirido importancia a través de la historia, ya que constituyen la clave sobre la que reposa la teoría de la comprensión de los ciclos climáticos”, afirma Chtillon, que sostiene que la intención no conseguida de L’Enfant era plasmar la “sefirot” de la cábala judía en el plano de la ciudad. A través de él, Washington habría querido revelar a las generaciones venideras importantes datos sobre el devenir del clima, en este particular calendario inscrito en el urbanismo. Una fecha, la del descubrimiento de América (1492) sería también importante. 2840 metros por debajo de la línea de referencia (en decámetros, 284) se levantó la Casa Arlington, el comienzo de este “Boulevard Nacional”. Curiosamente, 1776-284=1492. En el otro extremo de este Complejo donde reposan las instituciones más importantes de los Estados Unidos, se encuentra la fuente del Capitolio, a 2310 metros de la línea de referencia, es decir, ¡en el 2007! Esta simbología, según Chtillon, se conserva en todas las edificaciones realizadas hasta finales del siglo XIX, cuando comienzan a aparecer monumentos que no mantienen estas proporciones, de donde se deduce que sus arquitectos habian perdido esta referencia y la simbología que expresa. Es en las calles y vías del interior de este pasillo central donde se concentran los monumentos de Washington DC, con diferentes suelos: pavimentados, de cemento, con césped, de distinto espesor, donde Chtillon encuentra los mensajes inscritos para las generaciones venideras que hoy somos presente. Éstas son las claves del código desvelado por Chtillon y cuyas profecías aclaramos más adelante. 1- El ancho del paseo central indica la tendencia climática general del período identificado. Cuanto más angosto es el recorrido, mas frío es el clima. Inversamente, un recorrido ancho como el del período que cubre el siglo 18 y el 19, indica un clima más caliente. 2- Las avenidas, veredas laterales y otras porciones pavimentadas del recorrido de origen, ponen de relieve las subidas y bajadas inesperadas de la temperatura. Los períodos de bajadas son también los más fértiles en terremotos. 3 –Las glorietas, como la que corresponde al Memorial Lincoln, representan islotes de temperatura más clemente y que se desdibuja del recorrido de los alrededores. Los empalmes angulares, por su parte, definen la tendencia del período que viene por intermedio de la dirección; el ángulo “>” indica la venida de un período mas frío, mientras que “<” Identifica la llegada de un período más benigno. 4- La casi totalidad de los cruces y avenidas se sitúan en períodos históricos cargados de eventos significativos como las guerras, deportaciones, olas de inmigraciones y otros dramas sucedidos en la Historia de la Humanidad. 5- Desde 1961, estamos atravesando el corazón del más largo empalme angular de todo el Centro Comercial Nacional. Periodo actualLa punta de la pirámide en el plano que comentábamos al principio termina en la fuente del Capitolio, y es ella la que nos depara las informaciones para estos días, según Chtillon. A partir de 1969, el código defendido por el estudioso canadiense marcaría un brusco aumento de los terremotos de magnitud superior a 7, siendo los terremotos marcados por líneas especialmente señaladas. Algunos importantes eventos, como el de septiembre del 2001, vienen marcados por un pedestal vacío. El verdadero cambio climático comenzó realmente en mayo del 2003, que en el plano corresponde con el paso de vía con césped a la calzada de cemento. Todo ello, nos sitúa, en el plano urbanístico, llegando a la fuente del Capitolio. Si bien existen ejemplos de terremotos de menor potencia que han ocasionado daños importantes, los movimientos sísmicos de magnitud mayor a 7 son generalmente causa de daños importantes y se vuelven devastadores, si se producen cerca de una ciudad. Del 2000 al 2003, la cantidad de terremotos mayores de magnitud 7, fueron el triple que lo que registrado durante el siglo precedente, pasando de un promedio de menos de 1 por año a más de 3 anuales. En julio del 2004 hemos cruzado el tramo de escalones que permiten alcanzar el último palier, sobre el que reposa la fuente del Capitolio: los cálculos a partir de aquí se refieren a la altura de cada uno de los componentes de la fuente, incluido el chorro de agua, que se relacionan con la actividad sísmica. Desde ese momento, las cosas han tomado una nueva velocidad. Confirmando esta predicción, desde 2004 a 2006 hubo 15 veces más terremotos de magnitud 7 o superior que en ningún otro momento del último siglo , y más del triple que en el periodo 2000-2003. Actualmente, la correspondencia urbanística-almanaque nos sitúa cerca de la fuente, que comporta, de acuerdo a este estudio, el periodo de mayor actividad sísmica. La fuente del Capitolio es una mole imponente de más de tres metros de alto sobre doce de ancho encima de la cual convergen a la vez, la línea del tiempo y toda la geometría de la ciudad de Washington. Su plato superior representa una “elevación”, y está sostenido por un pilar central rodeado de 8 columnas que simbolizan el sol rodeado de 8 planetas. Hay que destacar que la obra oculta de Washington no termina en“su” ciudad. Por mediación de este presidente, que bien podría ser considerado el “Salomón moderno”, el perímetro del puerto de la ciudad de Nueva York lleva inscritos los símbolos de los planetas de nuestro sistema solar. Incluidos Urano, Neptuno y Plutón, ¡que eran desconocidos en la época! Eventos geoclimáticosDe acuerdo a las predicciones de Chtillon, “esta serie de eventos geoclimáticos, sin precedente en la memoria popular, ocurrirá desde enero del 2007 a junio del 2009”. La muralla de piedra que rodea el estanque de agua inferior se extiende -de acuerdo a estas proporciones que parten de la distancia de la base de ese triángulo: 1776, no lo olvidemos- desde marzo del 2007 a junio 2008. Este estanque de agua de un metro de alto indica un inesperado aumento de terremotos que duplicaría la cantidad actual y lo llevaría a 22 terremotos de magnitud 7 grados o más. Chtillon afirma que “el plato [de la fuente] que ocupa el mes de octubre del 2007 hasta el mes de febrero 2008 es el indicador de perturbaciones de mucha importancia. Estas perturbaciones se duplicarán durante el paso al segundo plato, en el mes de diciembre del 2007, siendo seguidas de dos períodos de severos terremotos, en octubre del 2008 y en junio del 2009. La nomenclatura de los eventos comienza por un período de terremotos más importante hacia fines de enero 2007 y se volverá norma en octubre 2007. Las potencias comprometidas darán lugar a un importante aumento de los fenómenos luminosos a partir de marzo/abril del 2007”. Entre noviembre del 2007 y enero del 2008 llegará, siempre según este código descubierto por Chtillon, el periodo llamado en la historia “El destructor”, una temporada de descargas eléctricas importantes que se acumularán en la alta atmósfera y atravesarán las diferentes capas aislantes para golpear la superficie terrícola sin tormenta de por medio, como se produjo en Tunguska, Rusia, en 1908. Los cultivos sufrirán los efectos de una ola de frío y de mal clima entre los años 2007, 2008 y 2009. Diciembre del 2007 es el mes situado en la cumbre de la fuente, desde donde se eyecta el agua. Con todos estos sucesos, se terminará un periodo de la historia con eventos geoclimáticos severos. El CapitolioChtillon realiza un concienzudo análisis del Capitolio, reconstruido en 1826, después de su destrucción por los ingleses. Y lo hace así porque en su diseño están inscritos acontecimientos sobresalientes por venir. El modelo de estas construcciones procede de la Antigua Roma y las veredas que lo rodean también son visibles en templos tan antiguos como el de la isla de Malta. “La habitación principal es un gran óvalo situado delante del Capitolio y la segunda es la porción situada detrás del Capitolio. Un diseño tal simboliza la reunión de los hombres frente a la adversidad de las crisis geoclimáticas y el paso a la nueva sociedad que retomaría vida a continuación, en la cámara posterior. El punto de contacto entre los dos círculos representaba el cruce, un pasaje obligado que todos, sin excepción, debían utilizar”. Con las variaciones efectuadas durante las reconstrucciones de 1829 y 1906, Chtillon ve los diferentes accesos a estas salas como símbolo de las dificultades que la Humanidad habrá de atravesar tras estos fuertes desastres motivados por el clima y los cambios políticos relacionados con el “Nuevo Orden Mundial”, el proyecto Iluminati de dominación de la Humanidad. “En el Capitolio de 1806, el cruce se situaba en el extremo de un pasaje que llevaba a un templo, mientras que en el de 1829 el cruce era el único camino por el que se podía acceder; la puerta de acceso a la nueva sociedad”, continúa Chtillon. En 1906, la fachada oeste del Capitolio fue modificada y el pasaje al cruce de estas dos cámaras que permitía el acceso a los escalones del templo, fue trastocado. A partir de ahí, “el acceso al templo se hará de tres maneras. El camino que pasa por el cruce que hoy en día es la fuente, está visiblemente reservado a una amplia parte de la población. Después de haber pasado a través de la crisis geoclimática, aquellos que hubieran franqueado el pasaje deberán a continuación enfrentarse a dos palier, verdadero muro a sobrepasar antes de acceder al templo y de esta manera proseguir su desarrollo. Las vías alternativas son dos enormes escaleras con descansos, que fueron construidas rodeando el cruce y adelantándola en el tiempo. Estas dos vías constituyen dos caminos alternativos reservados al uso de dos clases o grupos de individuos, marcando a la sociedad una escalada de eventos a un ritmo similar, aunque muy diferente al de los eventos climáticos. El camino del tiempo prosigue pues con una diferencia”. Esa diferencia es la agenda de la guerra que para Chtillon comenzó con la invasión del Líbano por parte de Israel el pasado verano. La agenda de la guerraChtillon asegura que estas dos vías alternativas de acceder al templo del Capitolio liberarán sus propias cascadas de eventos, que se desarrollarán a un ritmo similar al de la otra vía. “Cuatro olas sucesivas de eventos, entrecortadas por descansos y eventos geoclimáticos culminantes, aportarán un gran peligro. La desolación que continuará la conjunción de eventos, aportará la oportunidad necesaria para la aceptación de una agenda globalista-dominadora que impondrá sul ey a través del planeta”. Según Chtillon, “la Humanidad se encontrará en junio del 2010 frente a un altar donde se reunirán las diferentes vías [nueva correspondencia con la arquitectura] para presentarnos al líder del Nuevo Mundo, quien nos hará trepar el acceso estrecho del templo que esperaremos en agosto 2012. Una etapa hacia el ‘Nuevo Mundo’ en el interior del plan de globalización mundial “Nuevo Orden Mundial”. Esta agenda prosigue hasta que el centro de la cúpula del Capitolio sea franqueada, caracterizada por el año 2017. “Esta etapa debería representar, de una o de otra manera, la oficialización mundial de la nueva legislación mundial, en la cual una porción de la colectividad Mundial se promulgará el derecho de imponer su visión al resto del mundo”, sentencia Chtillon. Fuente: http://www.rafapal.com/?page_id=649A partir de la salida del Capitolio, el trabajo de Pierre CharlesL’Enfant urbanístico-geoclimático habla de una centena de años de condiciones benignas, antes de volver a encerrarse de nuevo y determinarse en el 2178 sobre una representación de las tablas de la ley de Dios.
_________________ Pedro P. Dollar:. Por Cuba, con Dios y la Masoneria
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Pero hay más. Mire otra vez en el Capitolio de Estados Unidos.En el lado Oriental extremo del Capitolio, puede ver dos callejones sin salida que son de forma irregular. De hecho, cuando dibuja una línea negra gruesa con cuidado alrededor de estos callejones sin salida, y continúa la línea negra alrededor del Capitolio, consigue la apariencia de un búho con cuernos, con los callejones sin salida representados por sus orejas.
Esto no es accidental tampoco. Esto es otra manera de representar a Satanás. La francmasonería diseñó la disposición de Washington D.C. colocaron el búho allí y también lo colocaron escondido en el dólar norteamericano.
El sur de punto del Pentagrama representa el espíritu de Satanás que alcanza en la mente del Macho cabrío, el búho representa el mismo significado. Es decir, tanto el poder Ejecutivo como las Ramas Legislativas del Gobierno son controladas por Satanás.
En la conmemoración del 190th del aniversario del nacimiento de George Washington, 48 banderas norteamericanas que representaban los por entonces 48 estados de la Unión, rodearon el monumento, que fue levantado el 22 de febrero de 1922. La configuración actual de las astas de bandera son más duraderas y son de aluminio fabricadas 1959, siguiendo la inclusión de los Estadosde Alaska y Hawái en la Unión como el Estado 49 y el Estado número 50.
El Monumento de Washington yace en una línea recta, precisamente 90º al oeste del Capitolio.
El Monumento de Washington es el monumento más importante Presidencial ocultista, porque es un conjunto de un obelisco dentro de un círculo. ¿usted probablemente dirá, que qué es un obelisco? Un obelisco es un pilar de piedra, de cuatro lados y alto que se estrecha hacia una cima piramidal. El obelisco es crucial importancia para los ocultistas porque creen que el espíritu del antiguo sol egipcio Dios, Ra (Marduk, en Sumeria), residia en la cima del obelisco. ¡Así, que el obelisco representa la presencia del Dios Sol, un dios pagano que en la Biblia llaman Satanas!
Los tres obeliscos mayores en el mundo están situados dos en Estados Unidos, y el otro está situado en la Plaza de San Pedro, en Roma.
Uno de los obeliscos fue traído a América en 1881 de Alejandría, Egipto, y fue colocado en el Parque Central en la Ciudad de Nueva York.
El tercer obelisco mas grande del mundo, es el del Monumento de Washington, que se construyó para conmemorar a nuestro Primer Presidente, George Washington, que fue un Masón. A la luz de los símbolos que acabamos de estudiar, yo creo que el Monumento de Washington fue construido por Masones, según tradición Masónica, como un símbolo que este país fue controlado por la Francmasonería desde tiempos muy tempranos.
Y el Monumento de Washington tiene la firma de la Francmasonería que estampó por todas partes:
1)Está construido de 36.000 bloques separados de granito.El número 36 son derivados de multiplicar 3x12 y es un número muy importante para los ocultistas y los masones.
2)Su coronamiento pesa exactamente 3.300 libras.El monumento contiene 188 piedras especialmente
donadas al Monumento, la mayor parte fué donada por individuos, por las sociedades, y por las naciones a través del mundo. Pero, diversas sociedades Masónicas a través del mundo contribuyeron donando 35 de estas piedras Conmemorativas.Estos 35 bloques fueron entremezclados con las otras piedras Conmemorativas, pero el último de varios de ellos fue colocado en el nivel 330 del pie.
3)El coste total del Monumento de Washington fue informado para ser actuación $1,300,000, otra vez
el número Masónico más importante, el número 13.
4)El Monumento tiene 8 ventanas, y juntas ellas suman en total 39 pies cuadrados de tamaño. El número39 es muy sagrado porque está formado de la multiplicación de 3x13.Y 39 dividido por dos es 19,5 que es otro número masónico muy significativo. Y, también recuerda la importancia del Número 8 en la Numerología Ocultista, para ello llevan el significado de "Nuevos Principios". Combinado con el significado de Número 13, como "Rebelión Extrema", consigue que el mensaje total de esto sea: "Nueva Orden o Nuevo Principio del Mundo" es decir que es llevado a cabo en forma de una "Rebelión Extrema." Esto también puede estar conectado con el código de barras universal y su simbologia oculta.
Hay varios números Masónicos más complicados que se ocultaron dentro de la construcción del Monumento de Washington, pero entienda que:
Este monumento, fué construido para honrar al primer Presidente Masón, y fue diseñado para que tanto la Casa Blanca como el Capitolio encaren hacia el para que los líderes de ambas ramas del Gobierno tengan que mirar directamente el espíritu de Lucifer que pensaban que residiría en el monumento.Esto es, básicamente, ocultismo típico.
Una nota interesante final: Informamos antes en este artículo que el obelisco de Monumento de Washington fue colocado directamente en una línea recta, precisamente de 90º al oeste del Capitolio.
Así, los habitantes del Capitolio podrían ver el obelisco diariamente. Sin embargo, note que el de Washington, D.C., ese obelisco, no está en una línea recta 90º Sur hacia la Casa Blanca. ¿Por qué? ¡Porque fue colocado para que esté en una línea recta 90º de la Casa de la Comprensión, ¡¡la sede de la Francmasonería!! En la mente del ocultista, el poder Administrativo, político y verdadero reside en esta sede de la Francmasonería, no en la Casa Blanca. ¡De ahí que Presidente Andrew Johnson se considerara ser el subordinado a Albert Pike, el líder de la Francmasonería norteamericana!
Claramente, el poder de liderazgo está diseñado para conducir este país hacia el Nuevo Orden Mundial dirigiendo el resto del mundo, las mentiras en la Francmasonería, no reside en la Casa Blanca ni el Congreso.
Estos símbolos, construidos en la disposición física del Centro del Gobierno en Washington, D.C., representan la extensión de ese poder. ¡Piense en los muchos años que estos símbolos han quedado ocultados de la mayoría de los conocimientos de las personas; piense en los millones de turistas que han pisado estas calles una y otra vez, sin tener ninguna idea en cuanto a la existencia de estos símbolos ocultos, sin conocer ni mencionar nadie su significado! ¡Y, si usted jamás ha conducido un coche en Washington D.C. usted ahora comprenderá por qué estas calles parecen estar ordenadas de esta forma tan rara! Conducir en Washington D.C. puede ser una pesadilla. Ahora sabe por qué.
Y, ahora el fin de la agenda oculta está aparentemente a la vista de todos. La Tercera Guerra mundial, imaginada por el mason Albert Pikeen en el año 1870 entre Israel y sus vecinos árabes, es algo que está a la vuelta de la esquina. Durante esta guerra tiene que venir el Anticristo.
La Estatua de la libertad
La Estatua de la Libertad es otro símbolo de la fraternidad que destaca con la antorcha iluminada, la Estatua de la Libertad es realmente es la Estatua de Libertades, las libertades que dieron a las personas norteamericanas la fraternidad masónica. Fue dada por masones franceses, un reflejo exacto de una isla en el río Sena en París.
Los iniciados en los los ritos de Mithra fueron llamados leones y fueron marcados en sus frentes con la cruz egipcia. El primer grado de iniciado se representaba con una corona dorada colocada en la cabeza, representando su ser espiritual, y esta corona, simboliza los rayos del sol, y estos rayos del sol pueden ser encontrados en la Estatua de la Libertad en el puerto de NY.
Todos estos rituales volvieron después de miles de años practicados en Babilonia y las historias de Nimrod, de la Reina Semiramis, y de Tammuz, y su versión del Jesús Mithra, fue dicha por el hijo del Dios Sol, Ra, que murió y se sacrificó para guardar humanidad y darles vida eterna.
Un símbolo clásico de Mithra fue un león con una serpiente rizada alrededor de su cuerpo, mientras tiene las llaves al cielo.
Los individuos que controlan este mundo no son lo que parecen. Son espíritus malvados embarcados en esclavizar a otros seres espirituales mejores que ellos.... ¡Nosotros!.Jesús trataba de enseñarnos la verdad acerca de la espiritualidad pero ellos le apresaron y lo mandaron asesinar. ¡Respeto a todos aquellos que murieron defendiendo nuestra libertad pero son tiempos de despertarse y darse cuenta de quién es el enemigo VERDADERO y este enemigo está entre NOSOTROS!
La bandera norteamericana es un símbolo de la Fraternidad Masónica y la Fraternidad como concepto general y oculto está ligada al Satanismo. La Bandera tiene 50 pentagramas o estrellas y en ella aparecen también trece rayas. Pero otra vez, como he mencionado en otro artículo, el número 13 no es malo. Ellos nos han programado para pensar que es malo porque ellos no desean que nos acerquemos cerca del verdadero conocimiento que está detrás de todo ello y veamos su significado oculto y su simbología que nos han ocultado durante miles de años. |
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La capital de EE.UU. es el escenario clave de El símbolo perdido. La nueva novela de Dan Brown ha abierto un intenso debate sobre la naturaleza y el propósito oculto de algunos de los edificios y lugares más emblemáticos de Washington D.C.
Uno de nuestros escritores más internacionales, Javier Sierra, lleva tres años recorriéndolos y reflexiona sobre ellos en estas páginas. En ellas desvela la intención última de quienes diseñaron la moderna capital del mundo.
FUENTE: masalladelaciencia.es
¿Dónde está Arlington House? La mujer del uniforme gris que recibía a los despistados a la entrada del Cementerio Nacional de Arlington, en Washington D.C., me miró como si fuera un extraterrestre. –¿Arlington House? –repitió incrédula–. ¿Seguro que no quiere ver la tumba de Kennedy, señor? Hay un tour a punto de salir para allá… Negué con la cabeza. Acababa de llegar a la capital federal aquella hermosa mañana de abril de 2006; era la primera vez y quería que mi impresión de la ciudad comenzara a forjarse en ese preciso lugar. Manías, supongo. Por suerte, no fue necesario insistirle mucho más. La funcionaria me tendió un mapa, rodeó con un círculo rojo las tumbas que “debía visitar” –insistió en la de JFK, la de los astronautas del Challenger y dos o tres más– y me advirtió que en Arlington House, una casona colonial situada en el corazón del camposanto que estuvo habitada durante tres décadas por familiares de George Washington, no había ninguna tumba. –¿Está segura de eso? –repliqué. La mujer me miró como si todos los extranjeros fuéramos unos pobres locos y se dirigió al siguiente visitante de la cola.
Yo estaba seguro de que mis informaciones eran correctas y que frente a esa mansión iba a encontrar un mausoleo único. En realidad, el monumento funerario dedicado a Pierre Charles L’Enfant, el ingeniero francés al que George Washington y Thomas Jefferson encargaron el diseño de la capital de los Estados Unidos, levantado sobre unos pantanos por los que nadie –excepto aquel trío– apostaba gran cosa en 1791. Siguiendo el mapa llegué enseguida a “las vistas más gloriosas del mundo”. El marqués de Lafayette describió así el panorama que se divisaba desde la entrada a esa mansión. Y allí mismo, en medio de un parterre en flor, encontré lo que buscaba: una losa de mármol con un plano de la ciudad esculpido sobre ella que, a grandes rasgos, podía compararse con la ciudad real que emergía colina abajo. Si no eran “las vistas más gloriosas” al menos merecían figurar entre ellas. El Capitolio –cuya cúpula imita la de San Pedro del Vaticano–, la Casa Blanca y el obelisco más grande sobre la faz de la Tierra –una réplica de los que señorearon Heliópolis hace 4.000 años, pero de 170 m de altura– se extendían en el horizonte. Y allí, como un marcador en piedra que indicaba hacia dónde mirar, estaba la tumba. El hombre enterrado a mis pies fue descrito por el Premio Pulitzer Jules Jusserand como alguien “con la mente de un poeta, el alma de un profeta, ca- paz de percibir los tiempos futuros tan claramente como si fueran el presente; un varón que hace un siglo vislumbró lo que hoy vemos”. De hecho, a individuo tan singular le debemos una de las ciudades más cargadas de símbolos esotéricos, mágicos, astrológicos y alquímicos del mundo. Una urbe cuyo diseño original está inscrito en esa lápida, y cuyo trazado de calles y avenidas rectilíneas –alterado y adaptado en los últimos 200 años– nace sobre una serie de rombos que recuerdan sin ambages al Árbol sefirótico de la Vida. Washington D.C. fue, además, orientada Este-Oeste como los templos del mundo antiguo, y quizá no por casualidad hoy es la capital de la civilización como en el pasado lo fueron Roma, Madrid, Londres o Alejandría. Pero ¿se sabe por qué L’Enfant incluyó esos símbolos en su trazado? ¿Siguió, como parece, un “plan” oculto dictado por el propio George Washington? ¿Y qué perseguían él y los “magos” de los que se rodeó al recurrir a símbolos hebreos, egipcios y masones para levantar su ciudad? Meses antes de que estos asuntos comenzaran a preocupar a la opinión pública gracias al lanzamiento de la nueva novela de Dan Brown, y tras varias visitas consecutivas a la capital, fui haciéndome con algunas respuestas.
La urbe astrológica
Vaya por delante la primera: Washington es la última gran ciudad moderna que ha sido diseñada siguiendo directrices cósmicas. Parece una afirmación arriesgada, pero las evidencias para sostenerla están incluso al alcance de los “no iniciados”. Sus edificios públicos exhiben 23 zodiacos completos y algo más de un millar de símbolos astrológicos dispersos que forman configuraciones de lo más diversas, en las que no pocos expertos han encontrado un sutil “código estelar”. Plantar zodiacos a la vista de los ciudadanos es, en realidad, una antigua costumbre. Mucho antes que los arquitectos del Capitolio o de la biblioteca del Congreso, los antiguos constructores de catedrales los añadieron a sus vidrieras y pórticos y, aunque se pueden encontrar también en Londres o Nueva York –por ejemplo, el que abraza la famosa estatua dorada de Prometeo en el Rockefeller Center–, en ningún lugar son tan abundantes y generosos como en Washington. ¿Por qué? Cuando empecé a recorrer la capital estadounidense en la primavera de 2005, tenía ya la respuesta a ese interrogante: quienes la levantaron se esforzaron por imitar a los gremios de canteros medievales. Y el único clan que hoy se declara heredero de esos artesanos es el de los masones. Ya nadie duda –y menos después de la publicación de El símbolo perdido– que Washington fue erigida por los miembros de esa fraternidad. De hecho, antes de mudarse a su nueva ciudad su capital estuvo en Filadelfia, que literalmente significa “ciudad del amor a la hermandad”. Un nombre que ya subrayaba quiénes eran los verdaderos señores de la nación. Ahora bien, ¿por qué ese ostentoso interés en los zodiacos y no en otros símbolos propios, como el compás y la escuadra, por ejemplo?
La cuestión ha intrigado durante años a David Ovason, un astrólogo experto en simbolismo e Historia que ha escrito sobre Nostradamus o los eclipses en el mundo antiguo y que se quedó pasmado al descubrir lo que llamó “los zodiacos secretos” –más bien debió decir “inadvertidos”– de la capital de Occidente. “¿Es posible que esos zodiacos se hayan colocado donde están para recordar a los que dirigen los Estados Unidos que el Mundo Espiritual, simbolizado por la luz de las estrellas, nos rodea por todas partes y no se puede prescindir de él impunemente?”, se preguntaba en su monumental trabajo La arquitectura sagrada de Washington. A lo largo de las 600 páginas de su obra, Ovason concluye que esos zodiacos obedecen a la creencia de que una urbe orientada astrológicamente es un potente talismán para armonizarse con el Cosmos y dominar el mundo. Uno de los ejemplos más elocuentes se encuentra en los siete zodiacos que ilustran los muros y los suelos de la biblioteca del Congreso, que es tenida por el edificio público más bello de América. Su presencia allí se debe exclusivamente al interés del militar y masón Thomas Lincoln Casey, ayudante del astrónomo más célebre de su tiempo, Simon Newcomb, y, entre otros, responsable también de la erección del colosal obelisco de la ciudad. Ovason afirma que esta biblioteca, levantada justo detrás del Capitolio, es la piedra angular de un plan esotérico para infundir “vida espiritual” a la metrópolis y que por eso se eligió para colocar su primera piedra la fecha del 28 de agosto de 1890, momento en el que el Sol y Saturno estaban en conjunción armónica con el signo de Virgo. “Si hubieran esperado hasta el día siguiente”, dice Ovason, “la carta astral [del edificio] habría apuntado al desastre desde el punto de vista astrológico”. Sorprende comprobar la importancia que Ovason concede a las fechas de colocación de las primeras piedras –o piedras angulares– de los principales edificios de Washington. Y aún más que sea una de ellas el eje sobre el que se levanta el argumento de El símbolo perdido de Brown. “En esencia –explica Ovason–, la ceremonia de la piedra angular estaba pensada no solo para obtener la aprobación de los seres espirituales, sino también para asegurar que estos aceptaran satisfechos que se trajera al mundo un edificio en el momento correcto”. Y añade: “Esta es una de las razones por las que los diseñadores de los rituales de la piedra angular tenían como práctica común examinar el momento de la ceremonia a la luz de la astrología”. Tras documentarse sobre las fechas de colocación de esas piedras, Ovason descubrió algo admirable: todas sus solemnes ceremonias de fundación se organizaron en relación con la constelación de Virgo. Por ejemplo, el día de la colocación de la primera piedra de los Archivos Nacionales, el 9 de septiembre de 1931, cuatro planetas transitaban por ese signo. Quizá por ello en la decoración de ese edificio abundan símbolos asociados a Virgo, como las gavillas de trigo. Otro caso elocuente es el del Departamento de Comercio. Su piedra angular se colocó el 10 de julio de 1929, con la Luna y Marte en Virgo. Los ejemplos son tan abundantes que solo una explicación “mágica” los justifica por completo: los masones que velaron durante doscientos años por la planificación de la ciudad estaban imitando la ancestral costumbre de egipcios y romanos de invocar la protección cósmica de la diosa madre. De Virgo. Y Ovason lo justifica afirmando que todo esto “tiene que ver con el hecho de que Washington D.C. se diseñó para crecer con las estrellas, reflejando un poder estelar muy potente y específico”. Incluso El símbolo perdido abunda en algo que refuerza esta tesis: Jefferson y George Washington eligieron el emplazamiento de su futura capital haciendo verdaderos esfuerzos por asemejarla a la antigua Roma. Sin ir más lejos, Roma era el nom- bre primitivo de la colina sobre la que se construyó el Capitolio y Tíber es el nombre del río que atravie- sa ambas ciudades; en el caso americano, un canal del Potomac. Pero aún más significativo resulta que Virgo sea una figura asimilada en el Occidente cristiano a la Virgen María y que los terrenos sobre los que se asienta la ciudad fueran tomados de dos territorios de nombre evocador: Virginia y Maryland –literalmente, Tierra de María.
En busca de la pirámide perdida
Sería un grave error juzgar a los padres de los Estados Unidos como supersticiosos o crédulos a la luz de estos datos. Eran personas de ideas religiosas, pero de una cultura vastísima marcada por las mitologías antiguas. Eso explica que no solo Roma estuviera en los ensueños del arquitecto Pierre Charles l’Enfant y sus sucesores. También lo estuvo Egipto. Y la búsqueda de esos ecos faraónicos –omnipresente, por otra parte, en la novela de Dan Brown– me ha tenido más que entretenido durante mis visitas a Washington. Cuando Franklin D. Roosevelt diseñó en 1935 el billete de un dólar y lo llenó de simbología masónica, decidió incluir en su reverso el llamado “Gran Sello” de la nación: una medalla en la que se muestra un águila coronada de estrellas y el lema “E pluribus unum”, así como una pirámide truncada coronada por un piramidión en el que se adivina el símbolo del “ojo que todo lo ve” egipcio. Durante algún tiempo se discutió si Franklin se había inspirado en algún edificio de la ciudad para dibujar su pirámide. Por eso no me extrañó que calara en Brown la idea de que Washington albergara una de esas “escaleras al cielo”. Ni tampoco que terminara convirtiendo la buscada pirámide masónica de en uno de los ejes de su obra. Yo mismo la busqué por toda la ciudad, encontrando solo una candidata plausible: la cubierta geométrica de la Casa del Templo, el cuartel general que los masones del Rito Escocés tienen en la calle 16. “Una pieza maestra cuya ornamentación simbólica rivaliza con la de la Capilla Rosslyn de Escocia”, escribe Brown sobre el lugar. Por eso me faltó tiempo para dirigirme hacia allá. Me encontré con un recinto impresionante: una réplica más o menos imaginaria del desaparecido Templo de Halicarnaso, una de las siete maravillas del mundo antiguo, que señorea uno de los mejores barrios residenciales de la capital. Presidida por dos esfinges de piedra de diecisiete toneladas que representan la Sabiduría y el Poder, la finca de los masones impresiona. Su piedra angular se colocó el 18 de octubre de 1915 –25 años antes del diseño del dólar actual– y entonces el Gran Maestre ya consagró el edificio a Virgo esparciendo trigo por el suelo en nombre de la Justicia, el Derecho y la Verdad. Sin embargo, lo que no explicó a los invitados a la ceremonia fue por qué el techo de la sala principal de su templo era piramidal, por qué tenía trece escalones –como el monumento dibujado en el “Gran Sello”–, ni por qué terminaba en una plata- forma lisa, casi un altar de invocación, como este. No es gratuito que Brown sitúe en ese inmueble el inicio y el momento cumbre de su novela. De hecho, este autor, que se revela como un gran conocedor de los Antiguos Misterios y la Tradición esotérica, no es ajeno a la importancia que han tenido ese edificio y sus símbolos. Incluso las esfinges que flanquean el monumento fueron inscritas con jeroglíficos que aluden a la existencia de una pirámide, y parecen invitarnos a buscarla. “La pirámide está en su [ilegible]”, dice uno de sus relieves, como si los masones quisieran mantener el misterio. No menos curioso resulta que ese elemento arquitectónico aparezca también en el mandil de Maestro Masón del Grado 33 del propio George Washington. O en numerosas monedas conmemorativas de sus “hermanos” americanos del siglo XVIII. En casi todas ellas las pirámides tienen trece hileras, como trece fueron las colonias originales de la Unión, las calles principales de la capital concebida por L’Enfant o las barras de la bandera del país. A ese respecto, por cierto, resulta especialmente reveladora una reflexión de Ovason. Según cuenta, la ciudad de Washington es la encarnación en piedra de la bandera nacional. “Las trece líneas aproximadamente rectas de las avenidas que L’Enfant planificó para la ciudad simbolizan las barras de la bandera nacional, extendidas para recibir la influencia de las estrellas. Por eso, añade, la capital se conectó con tanta minuciosidad a posiciones zodiacales. A estrellas, en definitiva. Ovason explica también que lo que pretendió L’Enfant –y los padres de la nación americana con él– fue seguir un viejo y oscuro camino de magia ceremonial. Uno pensado para invitar a los dioses estelares a participar en la vida y en las decisiones que se tomarían en Washington. “Estaban invitando a algún arquetipo o ser espiritual a dirigir el destino de la ciudad”. Ahí es nada. Toda una urbe para invocar al Más Allá. Con razón me gusta tanto. Sorprende comprobar la importancia que Ovason concede a las fechas de colocación de las primeras piedras –o piedras angulares– de los principales edificios de Washington. Y aún más que sea una de ellas el eje sobre el que se levanta el argumento de El símbolo perdido de Brown. “En esencia –explica Ovason–, la ceremonia de la piedra angular estaba pensada no solo para obtener la aprobación de los seres espirituales, sino también para asegurar que estos aceptaran satisfechos que se trajera al mundo un edificio en el momento correcto”. Y añade: “Esta es una de las razones por las que los diseñadores de los rituales de la piedra angular tenían como práctica común examinar el momento de la ceremonia a la luz de la astrología”. Tras documentarse sobre las fechas de colocación de esas piedras, Ovason descubrió algo admirable: todas sus solemnes ceremonias de fundación se organizaron en relación con la constelación de Virgo. Por ejemplo, el día de la colocación de la primera piedra de los Archivos Nacionales, el 9 de septiembre de 1931, cuatro planetas transitaban por ese signo. Quizá por ello en la decoración de ese edificio abundan símbolos asociados a Virgo, como las gavillas de trigo. Otro caso elocuente es el del Departamento de Comercio. Su piedra angular se colocó el 10 de julio de 1929, con la Luna y Marte en Virgo. Los ejemplos son tan abundantes que solo una explicación “mágica” los justifica por completo: los masones que velaron durante doscientos años por la planificación de la ciudad estaban imitando la ancestral costumbre de egipcios y romanos de invocar la protección cósmica de la diosa madre. De Virgo. Y Ovason lo justifica afirmando que todo esto “tiene que ver con el hecho de que Washington D.C. se diseñó para crecer con las estrellas, reflejando un poder estelar muy potente y específico”. Incluso El símbolo perdido abunda en algo que re- fuerza esta tesis: Jefferson y George Washington eligieron el emplazamiento de su futura capital haciendo verdaderos esfuerzos por asemejarla a la antigua Roma. Sin ir más lejos, Roma era el nom- bre primitivo de la colina sobre la que se construyó el Capitolio y Tíber es el nombre del río que atravie- sa ambas ciudades; en el caso americano, un canal del Potomac. Pero aún más significativo resulta que Virgo sea una figura asimilada en el Occidente cristiano a la Virgen María y que los terrenos sobre los que se asienta la ciudad fueran tomados de dos territorios de nombre evocador: Virginia y Maryland –literalmente, Tierra de María.
Obelisco
Este monumento fue alzado para recordar al presidente Washington. Una antigua norma prohíbe construir en la ciudad edificios más altos que este, y en su cénit se conserva un piramidión dorado con una pequeña inscripción, clave en la novela de Brown.
Casa del templo
Ubicada en la calle 16, es la sede del Consejo Supremo Madre de los masones de rito escocés en Estados Unidos y se levantó a imitación del Mausoleo de Halicarnaso. La novela de Brown arranca y culmina entre sus muros.
Capitolio
Bajo su impresionante cúpula se esconde un fresco en el que George Washington está en su apoteosis, esto es, literalmente convirtiéndose en Dios. En sus inicios, esa cúpula protegía una estatua del primer presidente representado como Zeus.
Plaza de la libertad
Situada en el extremo oeste de la Avenida Pensilvania, al este de la Casa Blanca, en su pavimento se encuentra la reproducción de mayor tamaño del “Gran Sello” de los Estados Unidos, con su misteriosa pirámide de trece escalones. Es la única imagen oficial de este símbolo en toda la capital.
Memorial masónico
Cerca de la capital, en la ciudad de Alexandria, se levanta el George Washington Masonic Memorial, una impresionante torre de granito que imita al Faro de Alejandría y que contiene una impresionante biblioteca, museo y salas ceremoniales masónicas.
Uno de los elementos de Washington D.C. que más ha dado que hablar a los buscadores de misterios es el diseño geométrico de sus calles. Autores como Robert Cameron o Charles Westbrook han superpuesto el Árbol de la Vida de la Cábala sobre su plano y han encontrado interesantes concomitancias. Por ejemplo, la conexión entre el Capitolio y la primera sefirá (emanación divina), o la del obelisco con la sefirá de belleza. De estar en lo cierto, da la impresión de que la capital de Estados Unidos fue concebida como “templo” de una nueva religión. Una especie de “nueva Jerusalén” para un Nuevo Orden Mundial, que es justo en lo que se ha convertido finalmente.
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Juan 10Nueva Versión Internacional (NVI)
Jesús, el buen pastor
10 »Ciertamente les aseguro que el que no entra por la puerta al redil de las ovejas, sino que trepa y se mete por otro lado, es un ladrón y un bandido. 2 El que entra por la puerta es el pastor de las ovejas. 3 El portero le abre la puerta, y las ovejas oyen su voz. Llama por nombre a las ovejas y las saca del redil. 4 Cuando ya ha sacado a todas las que son suyas, va delante de ellas, y las ovejas lo siguen porque reconocen su voz. 5 Pero a un desconocido jamás lo siguen; más bien, huyen de él porque no reconocen voces extrañas».
6 Jesús les puso este ejemplo, pero ellos no captaron el sentido de sus palabras. 7 Por eso volvió a decirles: «Ciertamente les aseguro que yo soy la puerta de las ovejas. 8 Todos los que vinieron antes de mí eran unos ladrones y unos bandidos, pero las ovejas no les hicieron caso. 9 Yo soy la puerta; el que entre por esta puerta, que soy yo, será salvo. Se moverá con entera libertad, y hallará pastos. 10 El ladrón no viene más que a robar, matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia.
11 »Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas. 12 El asalariado no es el pastor, y a él no le pertenecen las ovejas. Cuando ve que el lobo se acerca, abandona las ovejas y huye; entonces el lobo ataca al rebaño y lo dispersa. 13 Y ese hombre huye porque, siendo asalariado, no le importan las ovejas.
14 »Yo soy el buen pastor; conozco a mis ovejas, y ellas me conocen a mí, 15 así como el Padre me conoce a mí y yo lo conozco a él, y doy mi vida por las ovejas. 16 Tengo otras ovejas que no son de este redil, y también a ellas debo traerlas. Así ellas escucharán mi voz, y habrá un solo rebaño y un solo pastor. 17 Por eso me ama el Padre: porque entrego mi vida para volver a recibirla. 18 Nadie me la arrebata, sino que yo la entrego por mi propia voluntad. Tengo autoridad para entregarla, y tengo también autoridad para volver a recibirla. Este es el mandamiento que recibí de mi Padre».
19 De nuevo las palabras de Jesús fueron motivo de disensión entre los judíos. 20 Muchos de ellos decían: «Está endemoniado y loco de remate. ¿Para qué hacerle caso?» 21 Pero otros opinaban: «Estas palabras no son de un endemoniado. ¿Puede acaso un demonio abrirles los ojos a los ciegos?»
Génesis 35:1 Dijo Dios a Jacob: Levántate y sube a Bet-el, y quédate allí; y haz allí un altar al Dios que te apareció cuando huías de tu hermano Esaú. 35:2 Entonces Jacob dijo a su familia y a todos los que con él estaban: Quitad los dioses ajenos que hay entre vosotros, y limpiaos, y mudad vuestros vestidos. 35:3 Y levantémonos, y subamos a Bet-el; y haré allí altar al Dios que me respondió en el día de mi angustia, y ha estado conmigo en el camino que he andado. 35:4 Así dieron a Jacob todos los dioses ajenos que había en poder de ellos, y los zarcillos que estaban en sus orejas; y Jacob los escondió debajo de una encina que estaba junto a Siquem. 35:5 Y salieron, y el terror de Dios estuvo sobre las ciudades que había en sus alrededores, y no persiguieron a los hijos de Jacob. 35:6 Y llegó Jacob a Luz, que está en tierra de Canaán (esta es Bet-el), él y todo el pueblo que con él estaba. 35:7 Y edificó allí un altar, y llamó al lugar El-bet-el, porque allí le había aparecido Dios, cuando huía de su hermano. 35:8 Entonces murió Débora, ama de Rebeca, y fue sepultada al pie de Bet-el, debajo de una encina, la cual fue llamada Alón-bacut. 35:9 Apareció otra vez Dios a Jacob, cuando había vuelto de Padan-aram, y le bendijo. 35:10 Y le dijo Dios: Tu nombre es Jacob; no se llamará más tu nombre Jacob, sino Israel será tu nombre; y llamó su nombre Israel. 35:11 También le dijo Dios: Yo soy el Dios omnipotente: crece y multiplícate; una nación y conjunto de naciones procederán de ti, y reyes saldrán de tus lomos. 35:12 La tierra que he dado a Abraham y a Isaac, la daré a ti, y a tu descendencia después de ti daré la tierra. 35:13 Y se fue de él Dios, del lugar en donde había hablado con él. 35:14 Y Jacob erigió una señal en el lugar donde había hablado con él, una señal de piedra, y derramó sobre ella libación, y echó sobre ella aceite. 35:15 Y llamó Jacob el nombre de aquel lugar donde Dios había hablado con él, Bet-el. 35:16 Después partieron de Bet-el; y había aún como media legua de tierra para llegar a Efrata, cuando dio a luz Raquel, y hubo trabajo en su parto. (RAQUEL SIGNIFICA OVEJA. "EL PASTOR", TIENE OBVIAMENTE UN MARCO SEXUAL) 35:17 Y aconteció, como había trabajo en su parto, que le dijo la partera: No temas, que también tendrás este hijo. 35:18 Y aconteció que al salírsele el alma (pues murió), llamó su nombre Benoni; mas su padre lo llamó Benjamín. 35:19 Así murió Raquel, y fue sepultada en el camino de Efrata, la cual es Belén. (EL PATRON SIRIO, TIENE ESTA CONNOTACION, OSEA LA ESTRELLA DE BETHLEHEN, OSEA UNA REFERENCIA A RAQUEL, LA ESPOSA AMADA DE JACOB, MADRE DE BENJAMIN. AQUI TIENE ORIGEN EL MITO DE LA LUNA LLENA Y EL LOBO)
Génesis 49:27: Benjamín es LOBO arrebatador; A la mañana comerá la presa, Y a la tarde repartirá los despojos.
35:20 Y levantó Jacob un pilar sobre su sepultura; esta es la señal de la sepultura de Raquel hasta hoy.
35:20 Y levantó Jacob un pilar sobre su sepultura; esta es la señal de la sepultura de Raquel hasta hoy. 35:21 Y salió Israel, y plantó su tienda más allá de Migdal-edar. (ALLI CLARAMENTE ESTA EL NEXO CON LA TORRE. INCLUSO EN EL MARCO A GENESIS 37, AL SUEÑO DE JOSE ESPECIFICAMENTE, JACOB ES EL SOL Y RAQUEL, LA LUNA, DANDOLE AL ESPACIO/TIEMPO CLARAMENTE UN MARCO SEXUAL. TORRE/MIGDAL/MAGDALA/BABILONIA/ PUERTA DE DIOS/ PORTAL ESPACIO/TIEMPO)
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LLAVE DE ORO Y DE PLATA AL IGUAL QUE LA MANZANA
SOL/ORO/JACOB/CRISTO Y PLATA/LUNA/RAQUEL/MAGDALENA
CANAN / CAN (LOBA ROMANA) / VATI-CAN-O
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SIRIO ES LA CONSTELACION DEL PERRO/ CAN MAYOR
EL MISMO DISEÑO DE ORION
99. Ezequiel 22:7: Al padre y a la madre despreciaron en ti; al EXTRANJERO trataron con violencia en medio de ti; al huérfano y a la viuda despojaron en ti.
HECHOS 12:12 (MARCOS/ MARTE / MARZO/ PASCUA)
NOTEN EL NEXO DE DAN, CON LA SERPIENTE (VENECIA) Y EL CABALLO (PLAZA SAN MARCOS)
7. Génesis 49:17 Será Dan SERPIENTE junto al camino, Víbora junto a la senda, Que muerde los talones del caballo, Y hace caer hacia atrás al jinete.
VENECIA=PLAZA SAN MARCOS
11. Proverbios 25:11 MANZANA de oro con figuras de plata Es la palabra dicha como conviene.
12. Cantares 2:5 Sustentadme con pasas, confortadme con MANZANAs; Porque estoy enferma de amor.
13. Cantares 7:8 Yo dije: Subiré a la palmera, Asiré sus ramas. Deja que tus pechos sean como racimos de vid, Y el olor de tu boca como de MANZANAs,
ALLI ESTA LA CONEXION VENUS / VENECIA CON EL 666
VENUS= PENTAGONO= VENECIA= NUMERO DE ORO= 1.618033
LAS MATEMATICAS SON EXACTAS.
GLORIA A DIOS TODOPODEROSO. QUE BELLAS SON LAS MATEMATICAS
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En la Biblia, la Nueva Jerusalén (también llamada el tabernáculo de Dios, ciudad sagrada, ... 185,20 metros del sistema métrico decimal actual) y 144 codos la altura de sus muros (la dimensión de uncodo en la antigüedad, se determinaba ...Y midió su muro, 144 codos, medida de hombre, la cual es de ángel." ... La Nueva Jerusalém será una ciudad celestial durante toda la Eternidad, en cuanto a ...28 oct. 2014 - La nueva jerusalem tenia 144,000 cubitos ,era un cubo y en la teoria de ... y 144 codosla altura de sus muros (la dimensión de un codo en la ... |
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REPRODUCCION DE LOS CONEJOS EN FUNCION A LA SERIE DE FIBONACCI, INCLUSO DEL RELOJ Y DE LA MISMA SANTA CENA (MISMA MANZANA)
Apocalipsis 21
1. Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más.
2. Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido.
3. Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios.
4. Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron.
5. Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas.
6. Y me dijo: Hecho está. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que tuviere sed, yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida. (911 O SALMO 119)
7. El que venciere heredará todas las cosas, y yo seré su Dios, y él será mi hijo.
8. Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda.
9. Vino entonces a mí uno de los siete ángeles que tenían las siete copas llenas de las siete plagas postreras, y habló conmigo, diciendo: Ven acá, yo te mostraré la desposada, la esposa del Cordero.
10. Y me llevó en el Espíritu a un monte grande y alto, y me mostró la gran ciudad santa de Jerusalén, que descendía del cielo, de Dios,
11. teniendo la gloria de Dios. Y su fulgor era semejante al de una piedra preciosísima, como piedra de jaspe, diáfana como el cristal.
12. Tenía un muro grande y alto con doce puertas; y en las puertas, doce ángeles, y nombres inscritos, que son los de las doce tribus de los hijos de Israel; (EL MISMO RELOJ, O SANTA CENA O LA MANZANA, LA TRASLACION EN EL TIEMPO)
13. al oriente tres puertas; al norte tres puertas; al sur tres puertas; al occidente tres puertas.
14. Y el muro de la ciudad tenía doce cimientos, y sobre ellos los doce nombres de los doce apóstoles del Cordero.
15. El que hablaba conmigo tenía una caña de medir, de oro, para medir la ciudad, sus puertas y su muro.
16. La ciudad se halla establecida en cuadro, y su longitud es igual a su anchura; y él midió la ciudad con la caña, doce mil estadios; la longitud, la altura y la anchura de ella son iguales. (CUBO=ESPACIO/TIEMPO)
17. Y midió su muro, ciento cuarenta y cuatro codos, de medida de hombre, la cual es de ángel. (EL NEXO DE LA MANZANA, EL PENTAGONO, LA NUEVA JERUSALEN, EL CASTILLO SAN ANGELO DEL VATICANO E INCLUSO EL MISMO PENTAGONO DE WASHINGTON D.C. ES OBVIO EL NEXO DEL RELOJ CON LA MANZANA)
18. El material de su muro era de jaspe; pero la ciudad era de oro puro, semejante al vidrio limpio;
19. y los cimientos del muro de la ciudad estaban adornados con toda piedra preciosa. El primer cimiento era jaspe; el segundo, zafiro; el tercero, ágata; el cuarto, esmeralda;
20. el quinto, ónice; el sexto, cornalina; el séptimo, crisólito; el octavo, berilo; el noveno, topacio; el décimo, crisopraso; el undécimo, jacinto; el duodécimo, amatista.
21. Las doce puertas eran doce perlas; cada una de las puertas era una perla. Y la calle de la ciudad era de oro puro, transparente como vidrio.
22. Y no vi en ella templo; porque el Señor Dios Todopoderoso es el templo de ella, y el Cordero.
23. La ciudad no tiene necesidad de sol ni de luna que brillen en ella; porque la gloria de Dios la ilumina, y el Cordero es su lumbrera. (PROVERBIOS 25:11, OSEA LA MISMA MANZANA, OSEA UNA REFERENCIA AL SOL/ORO/HOMBRE Y LUNA/PLATA/MUJER, OSEA EL MISMO SUEÑO DE JOSE DE GENESIS 37)
24. Y las naciones que hubieren sido salvas andarán a la luz de ella; y los reyes de la tierra traerán su gloria y honor a ella.
25. Sus puertas nunca serán cerradas de día, pues allí no habrá noche.
26. Y llevarán la gloria y la honra de las naciones a ella.
27. No entrará en ella ninguna cosa inmunda, o que hace abominación y mentira, sino solamente los que están inscritos en el libro de la vida del Cordero.
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