6. El seis: la héxada (dodecágono y dymaxion)

El hexágono es el símbolo de la contención, de lo que atrapa. Contiene el mensaje de la tríada: estructura-función-orden como lo apunta el matemático M. Schneider. El doble hexágono crea un dodecágono. Un nudo hexagonal es más fuerte que cualquier otro. El empaquetamiento hexagonal incorpora más círculos en la misma área que el empaquetamiento en cuadrados. Mientras las simetrías pentagonales únicamente se encuentran en las estructuras vivas, el hexágono se manifiesta naturalmente tanto en las formas vivas como en las no vivas. Los alvéolos pulmonares tienen forma de red hexagonal y la estructura molecular de la celulosa de la madera tiene la misma forma. Los cristales de cuarzo son de simetría hexagonal y poseen la característica de ser piezoeléctricos o de tener un comportamiento electromecánico, es decir, traducen la presión en electricidad y la electricidad en pulsos mecánicos.

El Dodecágono (6x2) está asociado a la simbología solar, mientras que el número trece al símbolo lunar: existen 13 meses lunares en un año. El cuboctaedro o “dymaxion”, llamado así por B. Fuller, es una gráfica omnidireccional de fuerzas en balance donde se exponen doce líneas, irradiando desde el centro como un vector de equilibrio: doce líneas más un centro = trece.

El doce simboliza los héroes solares como Apolo, Heracles, Osiris, Ra, Gilgamesh, Odisea, Jesús, Mohammed, Arturo, que siempre involucran el doce. Stonehenge y las catedrales góticas están estructuradas en el patrón de doce. Los teepes de los nativos norteamericanos también. Las sociedades se han dividido en 12 sectores: la antigua Irlanda con su centro en Tara estaba dividida en doce sectores, diseñados para representar un microcosmos del Zodiaco. Apolo, el dios solar griego, fue coronado con doce poderes. Odisea zarpó con doce naves, los judíos creen en las doce tribus de Israel, los Reyes Védicos estaban rodeados de doce nobles, el concejo real del Dalai Lama tiene doce grandes Namshans. El rey Arturo y su mesa redonda con doce caballeros simbolizan el Sol y sus doce constelaciones. La ciencia moderna sabe que hay doce escalones químicos, como las doce notas de la escala musical cromática, en cada giro espiral de la hélice del ADN.

Hay doce piedras escogidas por Joshua, doce caras de las deidades solares antiguas, doce grados de ser. Doce fases de transformación son los doce caminos para entrar al Ser Superior y son doce los meridianos de acupuntura en el sistema chino así como son doce los pares craneales en el cerebro.

7. El siete: la héptada

La héptada simboliza el principio de la virginidad ya que no es tocado por otros números menores que siete. Al siete se le consideraba en la antigüedad como infértil ya que no produce ningún otro numero (por multiplicación) dentro de los diez primeros números. Es el número de equilibrio en la Década, es el puente de unión entre los primeros seis y los últimos tres. 1x2x3x4x5x6x7=5040 es igual que 7x8x9x10=5040. Y si quitamos el 7 en ambas multiplicaciones el resultado es el mismo. 1x2x3x4x5x6=720 y 8x9x10=720.

Es el número mítico del nacimiento de la virginidad en la diosa griega Palas Atenea, la Virgen María para los cristianos, o la diosa Isis para los egipcios. El origen del nombre “A-tenea” quiere decir a-thanos donde “thanos” es la muerte y a-thanos es la no muerte o lo eterno. Las letras del título Parthenon (virgen) sumadas nos dan 515. Este número no es múltiplo de siete, pero 51.4128 (cerca de 51.5) grados es lo que mide el ángulo entre dos vértices de este polígono. Si divides 360 grados entre cada uno de los números del 1 al 10 encontrarás que todos, salvo el siete, son números enteros. Sólo el polígono de siete lados presenta decimales infinitos. La héptada no puede ser capturada o manifestada aritmética o geométricamente, por eso mantiene su “virginidad”.