Ensayo en el discernimiento del Evangelio de Mateo
Cap. 4: del v1 al v4
Así, pues, cuando nos decidamos obedecer a Jesús en la forma en que él decidió obedecer la encomienda a la que el Padre lo envió, sabremos que no deberemos dejar que los hombres se quieran aprovechar de nuestras necesidades materiales, físicas, afectivas o espirituales para hacernos caer en tentaciones que inconscientemente le quiten la honra, gloria y alabanza a Dios en la creencia de estar en su voluntad, ya que si clamamos a Dios en el Nombre de Jesús para que sea purificado nuestro ser, seremos gratos a sus ojos a través de la oración y a la obediencia a su palabra para guardar y enseñar a cumplir con fidelidad su mandato, tratando de separar lo material de lo espiritual.
Cap. 4: del v5 al v7
No permitamos tampoco que los hombres nos quieran poner a prueba en las cosas de Dios porque éstas tienen un tiempo, un orden y un propósito incomprensible para todos aquellos que se basan en sus conocimientos culturales, científicos, tecnológicos o religiosos, lo que los ha ido alejando del Reino de Dios por no buscar la esencia espiritual de la Palabra de Jesús.
Cap. 4: del v8 al v11
Tampoco debemos dejarnos convencer por nadie a obtener riquezas y honores en este mundo de acuerdo a tradiciones religiosas o a ambiciones humanas, ya que si adoramos y servimos al Señor, nuestro Dios, y guardamos y enseñamos a cumplir la Palabra de Jesús y todos nuestros proyectos los ponemos en sus manos, él derramará bendiciones sobre nosotros para que seamos prosperados hasta que sobreabunde para la honra, gloria y alabanza de Dios.
Cap. 4: del v12 al v17
Cuando Jesús escuchó que Juan había sido encarcelado, supo que su ministerio debería de iniciarse para que la Luz que de él emanaba empezara a iluminar la mente del hombre, así nosotros, cuando nos separemos de esas cadenas de opresión religiosa disfrazadas de libertad, pidamos que la Luz de Jesús ilumine nuestra mente y corazón para entrar en el conocimiento espiritual de su enseñanza y decirle a nuestros hermanos, como Juan les dijo a los judíos: cambien su vida y su corazón porque el Reino de los Cielos se ha acercado.
Cap. 4: del v18 al v25
Jesús, como a Pedro y a Andrés, nos está llamando para que lo sigamos y aprendamos de él, para que el Poder del Espíritu Santo sea manifestado en todos aquellos que sigan su enseñanza espiritual guardando y enseñando a cumplir su Palabra como la voluntad de Dios, dejando atrás tradiciones religiosas para comprenderla mejor, y colocando las cosas espirituales de Dios sobre las cosas materiales de hombre, y recibir de Jesús a través de la reflexión y meditación de su Palabra, la sanación de nuestras dolencias y enfermedades causadas por falta de fe o por la fe cristiana mal encauzada.