Ensayo en el discernimiento del Evangelio de Mateo.
Cap. 10: del v1 al v16
La humanidad entera está siendo llamada a ser discípulos de Jesús para recibir poder para sanar y perdonar pecados en su Nombre, siendo enviados en busca de las ovejas perdidas en su familia, en su calle, colonia, barrio y ciudad, proclamando, mientras lo va haciendo, que el Reino de los Cielos se ha acercado y que Dios a través de Jesús está derramando bendiciones para sanar enfermos de cuerpo y alma; para dar vida nueva a todos los que lo reciban; para limpiar toda clase de llagas y heridas en sus mentes que han envenenado sus vidas desterrando toda la maldad acumulada en ellas.
Demos sin esperar ninguna remuneración económica de nadie, puesto que lo que nosotros demos lo hemos recibido por gracia de Dios. Cuando comencemos a cumplir con esta encomienda, no necesitaremos nada de lo que estamos acostumbrados, porque todo lo que necesitemos el Señor nos lo procurará de alguna manera.
Empecemos con aquellos de los que tenemos buenas referencias e invoquemos la paz del Señor para ellos, si la merecen se quedará en ellos, y si no, regresará a nosotros. Quien no nos quiera escuchar no insistamos demasiado en ello y retirémonos de allí despojándonos de cualquier contaminación que hayamos recibido, ya que recordemos que el mundo está lleno de falsos cristos y falsos creyentes que han hecho sus propias doctrinas y querrán cautivarnos con sus creencias, por eso Jesús nos advierte: Sean astutos como serpientes y sencillos como palomas.
Cap. 10: del v17 al v23
Quienes quieran ser fieles discípulos de Jesús, serán perseguidos e insultados por las autoridades religiosas que han hecho de la autoridad que Jesús otorga a través de guardar y enseñar a cumplir con fidelidad su Palabra, una autoridad basada en enseñanzas y mandatos de hombre para sus muy particulares intereses materiales, económicos o de identidad, por eso, cuando los fieles discípulos de Jesús sean confrontados con esas autoridades, el Espíritu de Dios que se encuentra en la enseñanza que Jesús nos comparte, será el que hable por ellos, y aunque reciba amenazas de muerte por causa de ello, si se mantiene firme en la fe de Dios a través de Jesucristo, se salvará.
Así que todo cristiano dispuesto a ser verdadero discípulo de Jesús, no se dejará vencer por las adversidades, porque antes de que eso pudiera suceder Jesús estará en ellos al invocar su Santo Nombre.
Cap. 10: del v24 al v27
No debemos dejarnos vencer por la tentación de creer saber más que Jesús en las cosas de Dios, bastante es que queramos aprender a discernir su enseñanza para tratar de llegar a ser como él. Si algunos critican su doctrina por su ignorancia de ella, ¡qué no dirán de nosotros! Pero, todas las cosas que se han hecho para pretender cambiar u ocultar su enseñanza se está llegando el tiempo en que todo deberá saberse, en que todo será revelado a través de la reflexión y meditación seria y profunda de su Palabra contenida en el Nuevo Testamento, por eso, todo lo que nos sea revelado, repitámoslo sin temor, y de lo que Jesús nos responda en la oración, demos testimonio fuerte y claro de ello.
Cap. 10: del v28 al v33
No debemos tener miedo de nada porque reconocemos y declaramos ante los hombres que Jesús es nuestro Señor y Salvador personal y suficiente y el único camino a la verdad y a la vida verdadera, ya que creemos en él y en lo que nos enseña, enseñanza que debemos guardar y enseñar a cumplir fielmente sin desviarnos ni desviar a nadie ni a la derecha ni a la izquierda, porque recordemos que su enseñanza es el vino nuevo de la gracia del perdón de Dios para el hombre, y que deberá estar en vasijas nuevas para que lo contengan y se conserve el vino y las vasijas, porque si no es así, las vasijas se romperán y se desparramará el vino.
Si reconocemos a Jesús como nos lo dice el Nuevo Testamento, él nos reconocerá delante del Padre que está en los Cielos, y si no reconocemos su enseñanza y la acomodamos al libre albedrío humano para intereses que nada tienen que ver con las cosas espirituales de Dios, el también nos negará delante de su Padre que está en los Cielos.
Cap. 10: del v34 al v39
La fidelidad en la Palabra de Jesús, será causa de fuerte descontento aún entre los integrantes de una familia, pero sólo aquel que acepte la voluntad del Padre y reciba en su corazón la Buena Nueva, estará cambiando el corazón de piedra o material, por un corazón espiritual dispuesto a guardarla, lo que le dará lo necesario para soportar, y sobre todo resistir, todo lo que pueda venir a causa de la Palabra de Dios dada a Jesús, resistencia que lo fortalecerá para guardarla y enseñarla a cumplir en obediencia fiel a la voluntad de Dios que lo conducirá a su Reino en este mundo y a la vida eterna en el mundo venidero.
Cap. 10: del v40 al v42
Quienes reciben a los verdaderos discípulos de Jesús, es decir: aquellos que les llevan su Palabra en su esencia espiritual, a él reciben, y quienes lo reciben a él, reciben a Dios para conocer su voluntad, así, pues, ¿Qué recompensa le espera al que se ha permitido recibirlos y ha creído en su Palabra para conocer la voluntad de Dios? Recibirá la recompensa que le corresponde a un hijo obediente de Dios, y aquel que los recibió sólo para escuchar lo que tenían que decir, tampoco quedará sin recompensa pues será como si les hubiera dado un vaso de agua fresca.