Mide 1,31 metros de largo, 0’79 metros de ancho y 0’79 metros de alto. Es el objeto más buscado del mundo. Todo alrededor de este objeto son misterios, teorías, leyendas, enigmas y veneración. Poco se sabe realmente de ella, pero aquello que conocemos ha provocado durante siglos su búsqueda, y otorgar a su contenido y significado miles de cualidades. Es el Arca de la Alianza.
Que el Arca de la Alianza existió realmente parece claro, pero su verdadero magnetismo no reside en el arca en sí, sino en su contenido, en aquello que era capaz de hacer. ¿Qué había realmente en su interior? ¿Qué transportaba? ¿Estamos ante un dispositivo tecnológico? Si fuera así, ¿Quién o quienes lo crearon? ¿Cuál era su poder? ¿Cuál era su finalidad?
El Arca de Alianza, también conocida como el Arca del Pacto, Arca del Convenio, Arca de Yahvé o Arca del Testimonio, era la pieza más importante del Tabernáculo. Según relata la Biblia, el Tabernáculo fue el santuario móvil construido por los israelitas bajo las instrucciones dadas por Dios a Moisés en el Monte Sinaí. También es conocido como el “Santuario Terrenal” (Éxodo 25:9).
Son muchos quienes desconocen, o mejor dicho, quienes poseen escasos conocimientos de lo que realmente es el Tabernáculo, el lugar sagrado donde reposaba el Arca de la Alianza. Estos episodios que voy a dedicar a este tema, no dejarán, como siempre, indiferente a nadie. Vamos a adentrarnos en uno de los temas más misteriosos, controvertidos, impactantes y desconocidos que existen. Es tal la dimensión de este tema, su estudio y análisis, que me he visto obligado a estructurarlo en episodios. Sin más dilación, empecemos a desvelar uno de los secretos más increíbles de la Biblia, tomen asiento, abran sus mentes, no den nada por hecho y despójense de tabúes y prejuicios.
Mi opinión, y lo que siempre intento transmitir al lector (aquellos que me siguen desde hace tiempo lo saben), es que lo verdadero no es siempre lo más verosímil y que no se debe confundir la verdad con la opinión de la mayoría.
La principal función del Tabernáculo, era servir de morada, de campamento, donde Dios pudiera morar para estar junto a su pueblo. Para su construcción, Jehová dio instrucciones concretas a Moisés. Yahvé dijo: “Di a los hijos de Israel, que de forma voluntaria tomen para mí ofrendas. Oro, plata, cobre, azul púrpura, carmesí, lino fino, tejidos de pelos de cabra, pieles de carnero teñidas de rojo, pieles de tejones, madera de acacia, aceite de oliva para el alumbrado, especias, incienso y piedras”.
Esta era la materia prima necesaria para construir el lugar sagrado de Dios. Ahora había que saber cómo utilizarla, y fue Dios, quien especificó cómo debía utilizarse, de forma concisa y detallada, siguiendo sus instrucciones al pie de la letra, sin variar ninguna orden dada.
Se harían tablones con la madera de acacia. La longitud de cada tabla sería de 4,45 metros de alto x 67 cm de ancho. 20 tablas al lado sur del Tabernáculo que debían caber en 40 basas de plata (dos basas debajo de cada tabla). El mismo número de tablas y basas para el lado norte. En los lados Este y Oeste, ocho tablas con sus 16 basas correspondientes. Cada lado será atravesado por barras de madera de acacia. Todas las tablas debían bañarse en oro, incluidas las anillas por dónde se introducían las barras de madera, las cuales también debían ser bañadas en oro.
Esta era la estructura y composición que debía tener el Tabernáculo. Para la construcción del atrio, también fueron dadas instrucciones específicas.
El atrio cubriría todo el interior con cortinas de lino fino. En el lado sur, debían medir 44 metros, sostenidas por 20 columnas y 20 basas de bronce. Los capiteles y sus molduras debían ser de plata. La misma composición para el lado norte. El ancho Oeste tendría unas cortinas con una longitud de 22 metros de largo, sostenidas por 10 columnas y 10 basas. la misma composición para el lado Este. La entrada al atrio se hará en el lado Oeste. La cortina del lado derecho medirá 6,60 metros de largo, sostenida por tres columnas y tres basas. Lo mismo para la cortina del lado izquierdo. Para la puerta y entrada al atrio, la cortina debía medir 8,80 metros de largo, de hilo fino y decorada con bordados de azul púrpura y carmesí, sostenida por cuatro columnas con sus cuatro basas correspondientes. Todas las columnas estarán unidas por capiteles y corchetes de plata. La longitud del atrio debía ser de 44 metros de largo x 22 metros de ancho, con cortinas de 2,20 metros de alto. Todas las basas, estacas… tenían que ser de bronce obligatoriamente.
Llama mucho la atención la composición del atrio y del Tabernáculo que debían custodiar el Arca de la Alianza. Pero lo más llamativo, fueron las órdenes para la construcción y la forma de utilizar la fuente, la cual, debía estar fijada entre el altar de reunión y el Tabernáculo. Ésta, debía ser de bronce, y tendría agua con la que Aarón y sus hijos debían lavarse las manos y los pies, cada vez que Dios entrara en el lugar.
Y lo más impactante, es cuando Dios le dijo a Moisés: “Siempre se administrarán agua en manos y pies antes de subir al altar, para que no mueran”. ¿Por qué había que humedecerse las extremidades para no fallecer en el altar? La mesa, el candelero, ornamentos… todo debía ser de oro.
Para el candelabro y los utensilios del mismo, se debían utilizar exactamente 42,600 kilos de oro fino (ya contaré un poco más adelante por qué sé el peso del candelabro).
En el Éxodo no se especifica su función, pero sí se reseña en el Levítico, para que arda continuamente ante la presencia de Yahvé. Otro dato curioso, es que Dios dijo a Moisés: “Habla a Aarón y dile: Cuando pongas las lámparas en el candelabro, ponlas de modo que las siete alumbren hacia delante”. En Éxodo 33:19, Yahvé expresó claramente que su rostro no podía ser visto por nadie. Es más, afirmó que cualquier hombre que le viera, debía morir.
Así que, tenemos un candelabro, cuya función es iluminar una estancia, sala o aposento, que debe ser encendido obligatoriamente en su presencia, pero nadie puede ni debe verle. ¿Extraño no? Realmente, todo lo que rodea a la construcción del Tabernáculo es muy extraño, y muy alejado de lo racional y lo coherente o lógico. ¿Por qué es necesario iluminar y dar luz a aquello que está prohibido observar y ver? Lo que más me llama la atención es, que los creyentes, la mayoría de la gente, no se haga interrogantes sobre estas situaciones, y no interpreten aquello que leen y les siembre la duda. Simplemente lo dan como lógico, si Dios lo ordenó así, pues así sea, y ya está.
Mi pregunta sería: “Si la función del candelabro, parece evidente que no es la de iluminar, ¿cuál era su verdadera función?” Centrémonos en el candelabro por un instante. Yahvé, Dios, te ordena fabricar un candelabro de oro, empleando para ello obligatoriamente 42,600 kilos de oro fino. Te especifica y te da directrices de cómo debe ser este candelabro. El Tabernáculo es el lugar donde Dios se unirá con su pueblo, para estar entre ellos. Ahora bien, sólo pueden acceder a lo más profundo e íntimo del Tabernáculo, Moisés y su hermano Aarón. Más aún, que cuando Él esté presente en el Tabernáculo, nadie de su pueblo puede verle. Eso sí, el candelabro debe estar encendido. Si a vosotros lectores esto os parece una forma de proceder normal, para mí está llena de contradicciones, me parece ilógico e incomprensible.
En Éxodo 30,7-8, nos habla de que al Tabernáculo sólo se entraba por las mañanas y entre dos luceros al atardecer. Es decir, sólo se podía acceder cuando sí había luz natural, por lo que no era necesario encender el candelabro para iluminar nada.
En este punto, muchos podríais decir o argumentar, que se encendía como señal lumínica, anunciando que Yahvé se encontraba en el Tabernáculo en ese momento, así se advertía al resto del pueblo su presencia. Y como estaba prohibido verle el rostro si uno no quería morir en el intento, así se advertía también de ese peligro. Este argumento estaría muy alejado de la realidad. En la morada sólo podían entrar los sacerdotes, Moisés y Aarón. Y según los escritos, cuando Yahvé descendía de los cielos para estar junto a su pueblo, siempre venía acompañado de una nube, de la Gloria, señal a la vista de todo el pueblo, que no necesitaba de ninguna otra señal, y menos de la luz de un candelabro, para saber que su Dios estaba entre ellos.
Es muy curioso y enigmático que Yahvé diera las dimensiones exactas del arca, del propiciatorio, la mesa, altar de los holocaustos, altar de los inciensos, columnas del Tabernáculo, cortinas de lino, atrio… excepto del candelabro y la pila de agua. ¿Quiénes fueron los encargados de realizar tan ardua tarea? ¿Quiénes poseían conocimientos tan avanzados en esculpir y manipular metales como el oro, plata y bronce, o pulir y manufacturar tejidos, bordados…?
En Éxodo 31 se dice: El Señor habló con Moisés, y le dijo: “Mira, yo he llamado por su nombre a Besalel, hijo de Uri, hijo de Jur, de la tribu de Judá, y lo he llenado del espíritu de Dios en sabiduría, inteligencia y ciencia, y en todo arte, para crear nuevos diseños y trabajar en oro, plata y bronce, y en el arte de engastar piedras preciosas y de trabajar la madera, y de realizar toda clase de trabajos. Como podrás ver, he designado también a Aholiab, hijo de Ajisamac, de la tribu de Dan, y a todos los de corazón sabio les he dado la capacidad de hacer todo lo que te he mandado: el Tabernáculo de reunión, el arca del testimonio, el propiciatorio que va sobre ella, todos los utensilios del Tabernáculo, la mesa y sus utensilios, el candelero de oro puro y todos sus utensilios, el altar del incienso, el altar del holocausto y todos sus utensilios, la fuente y su base, las vestiduras del servicio, las vestiduras santas para Aarón el sacerdote, las vestiduras de sus hijos para que ejerzan el sacerdocio, el aceite de la unción, y el incienso aromático para el santuario. Deberán hacerlo todo según lo que te he ordenado.”
Así que Dios encomendó la construcción de todo a Besalel y Aholiab, pertenecientes a la tribu de Judá y tribu de Dan respectivamente. Uno experto en metales, maderas.. y otro en tejidos, bordados… Los artistas de Dios, que por ley divina, aprendieron artes avanzadas y las ejecutaron de forma impoluta, sin errores y tal como requería Dios. Ahora bien, estos artistas, poseían las dimensiones de todo pero no del candelabro. ¿Cómo supieron exactamente lo que Dios necesitaba? Sólo sabían su peso, 42,600 kilos. ¿Para qué necesitaba Dios un candelabro de ese peso? Si Dios ordenó las medidas concretas de todo por algún motivo, también ordenaría el peso exacto por un motivo específico. Pregunta lógica que me hago: ¿Es importante el peso de un candelabro para iluminar una estancia? Obviamente no. Esto significa que la función del candelabro, no sólo debía ser como instrumento luminario, sino para algo más.
Aunque no tengamos las medidas del candelabro, sí sabemos algunos datos que podemos leer en Éxodo 25:31-40: Harás un candelabro de oro puro, labrado a cincel. Su tallo, brazos, flores, cálices y pétalos, formarán un solo cuerpo. Seis brazos saldrán de sus lados, tres en un lado y tres en el otro. Cada brazo llevará tallado tres flores de almendro, con sus cálices y sus pétalos. El tallo llevará cinceladas cuatro flores de almendro, también con sus cálices y pétalos. Cada pareja de brazos nacerá de cada una de las flores del tallo. Harás siete lámparas que pondrás en el candelabro de tal forma, que alumbren siempre hacia delante. Las despabiladeras y los demás utensilios serán de oro puro. Un talento de oro puro será empleado en hacer el candelabro y sus utensilios.
Vamos a seguir leyendo todos los datos y pistas que ofrece la Biblia. Si algo siempre intento transmitir al lector sobre la Biblia, es que interprete todo, que no de nada por hecho, que piense con lógica, porque tras los textos, existen muchos matices que hay que analizar e interpretar. Así que vamos a seguir profundizando en la figura del candelabro.
En Éxodo 27:20-21 se dice: Manda a los hijos de Israel que traigan aceite de olivas molidas para alimentar continuamente el candelabro. En el Tabernáculo de la reunión, del lado de acá del velo tendido delante del Testimonio, Aarón y sus hijos lo prepararán, para que arda de la noche a la mañana en presencia de Yahvé. Es ley perpetua para los hijos de Israel de generación en generación.En Levítico 24:1-4 en cambio, señala que debían arder continuamente mañana y tarde, en presencia de Yahvé. En Éxodo 30:7-8 se dice: Aarón quemará en él (se refiere al altar de oro) el incienso todas las mañanas, al preparar las lámparas. Y en Números 8:1-2, especifican que una vez puestas las lámparas en el candelabro, las siete deben alumbrar hacia delante.
Para aquellas personas que son fieles a los textos sin interpretaciones, aquí tenemos varias contradicciones. ¿Cuándo debían encenderse realmente las lámparas del candelabro? ¿En presencia de Yahvé? ¿Todo el día? ¿Cuándo era de noche? ¿Entre la puesta y salida del sol? Y Yahvé, si incidió en algo sobre el candelabro, fue en su limpieza diaria, en mantener el candelabro impoluto cada día, en su peso, y que debían alumbrar siempre hacia delante. También me surge la pregunta de ¿cómo se hace para que un candelabro sólo apunte a una dirección?
En los textos se especifica que por las mañanas se limpiaban las lámparas, y era por la tarde cuando éstas se colocaban en el candelabro. Esto demuestra, que se encendían al atardecer, cuando la luz natural del día desaparecía, y permanecía encendido hasta la salida del sol, por lo que el texto más lógico, y descartando lo demás, es el texto del Éxodo 27:20-21 el que más se acerca a la realidad.
Otro dato curioso sobre el candelabro, es que debe ser cincelado y todo formará un solo cuerpo. No debe haber ningún tipo de soldadura ni acople. ¿Por qué motivo? Es mucho más sencillo limpiarlo si éste, pudiera desmontarse en varias piezas, y teniendo en cuenta el exagerado peso del mismo, parece incomprensible que todo formara un bloque compacto. ¿Por qué Yahvé no dio ningún tipo de medida para el candelabro? Ni altura, ni longitud de los brazos, ni forma de la base… nada. Sólo tengo una explicación para ello, y es que esos datos no eran útiles ni esenciales. Yahvé, Dios, la perfección suprema, no pasaría por alto esos datos si fueran primordiales, así que si no los dio, lógicamente era porque no eran necesarios para su construcción. Eso, sí, el peso sí era importante para Él.