El pueblo itonama recordó los 299 años de fundación de Santa María Magdalena, una de las principales obras de los jesuitas encabezada por el padre Gabriel Ruiz allá por el año 1720.
El programa de festejos se inició el 7 de julio con el saludo a la aurora y repique de campanas en honor a la virgen del Carmen, se inició también la novena de la sagrada imagen.
El 8 de julio se realizó el desfile cívico de Magdalena y sus instituciones conmemorando los 157 años de creación de la provincia Iténez. Todo siguiendo un orden en materia de organización, mismo que caracteriza a los habitantes de esta prodigiosa y progresiva tierra colorada.
Resumiendo las actividades esenciales, el 19 de julio se ofreció un desayuno campestre y presentación de los animales elite que fueron ofrecidos en el remate denominado “La Ganadería Pasión de un Pueblo”, cabalgata ecuestre por las principales calles de la población, luego el desarrollo del décimo primer remate elite con participación de varias cabañas, tanto del Beni como de Santa Cruz.
El 20 de julio se realizó “El Día de la Tradición Itonama”, acto cívico en conmemoración a los 299 años de fundación de Magdalena, la Feria Tradicional del Chocolate, en la plaza principal, desfile de teas y actividades deportivas en la disciplina de basquetbol.
El 21 de julio, se cumplió otra jornada importante con la feria del chocolate y el chapunato, entrada folklórica a cargo de las unidades educativas en instituciones públicas y privadas, solemnidad y misa de velatorio a la Santa Patrona María Magdalena, fiesta de gala y coronación de la Tiyaya (señorita) y Mipi’i (niña) en idioma itonama.
El 22 de julio, día principal, se realizó el saludo a la aurora, parada del palo encebau a cargo del Cabildo Indigenal y pueblo en general, solemne misa y procesión en honor a la patrona Santa María Magdalena, sesión de honor y reconocimiento a personas destacadas de la población en el salón de honor del Concejo Municipal, almuerzo de confraternidad, montado y jocheo de toros.
El alcalde José Luis Añez Roca sostuvo que a los itonamas los guía el entendimiento de que la siembra de hoy, será la cosecha del mañana.
Manifestó que Magdalena, se ha convertido en un municipio modelo del departamento, pero que todavía falta mucho por hacer. Reafirmó, por ello, su sentido de pertenencia, para hacer realidad la gran promesa de que todos los habitantes son iguales, valientes ante los desafíos, porque solo así, serán dueños de su historia, misma que es el reflejo de sus propias aspiraciones y esfuerzos.
Magdalena es la capital de la provincia Iténez, ubicada a la orilla oeste del río Itonama y está a una distancia de 300 km de la capital Trinidad. El 2007 recibió el título de “pueblo turístico”, por sus hermosos ríos (Blanco y San Martin, donde se realizan diversas actividades de paseo, pesca deportiva y otras.
Entre el 11 y 15 de septiembre de cada año se realiza la Feria del Pescado en Bella Vista donde se acoge a gran cantidad de personas de diferentes latitudes. La zona se constituye en la mayor productora de madera, almendra amazónica, chocolate, producción de ganado y pesca.
The U.S. Twentieth Air Force flew over twelve Japanese cities and dropped 720,000 pamphlets warning their populations to surrender or face devastation.[8]
Paul Tibbets formally named the lead plane in the Hiroshima bombing mission the Enola Gay, after his mother. The B-29 that would take photos on the mission would be named Necessary Evil.[9]
In a routine press release a little over 1,000 words in length, a statement from U.S. President Harry S. Truman informed the media that an atomic bomb with "more power than 20,000 tons of TNT" had been dropped on Hiroshima. The statement made no mention of radiation effects and the notion of an atomic bomb simply being a bigger version of a regular bomb persisted in the press for days afterward.[10]
Died:Richard Bong, 24, United States Army major and highest-scoring air ace of WWII (killed in the crash of a test flight of an experimental aircraft)
Hiroshima después de la bomba. Créditos: Dominio público
Frente al 76 aniversario de los ataques atómicos a las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki, la Iglesia recuerda un episodio documentado por historiadores y médicos que es conocido como el Milagro de Hiroshima.
El 6 de agosto de 1945, fiesta de la Transfiguración, cuatro sacerdotes jesuitas alemanes sobrevivieron al impacto de la bomba nuclear “Little Boy” en Hiroshima durante la Segunda Guerra Mundial.
Los jesuitas Hugo Lassalle, superior en Japón, Hubert Schiffer, Wilhelm Kleinsorge y Hubert Cieslik, se encontraban en la casa parroquial de la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, uno de los pocos edificios que resistió a la bomba. En el momento de la explosión, uno de ellos se encontraba celebrando la Eucaristía, otro desayunaba y el resto en las dependencias de la parroquia.
Lorenzo de Roma, en latín Laurentius (‘laureado’), fue uno de los siete diáconosregionarios de Roma, ciudad donde fue martirizado en una parrilla el 10 de agosto de 258, cuatro días después del martirio del papa Sixto (6 DE AGOSTO). II.2Su nombre se atestigua en los calendarios litúrgicos más antiguos: la Depositio martyrum del año 3543 y el Martirologio jeronimiano del siglo v.4Ambos especifican la ubicación de su sepultura en la vía Tiburtina, y el Martirologio jeronimiano lo califica de «archidiaconus», título que ya antes le había dado San Agustín, quien le dedicó uno de sus sermones (Sermo 302, de Sancto Laurentio).5Por la misma época, el poeta latino Prudencio le dedicó uno de los himnos de su Peristephanon,6 y León I el Magno una de sus homilías.7
Los estudios de Pietro Guidi ratificaron la concordancia de los antiguos martirologios al reconocer definitivamente en Lorenzo al titular de la necrópolis de la vía Tiburtina,8 sobre cuyas reliquias se edificó primero una basílica, y a fines del siglo vi otra subterránea ad corpus.1
La tradición sitúa el nacimiento de Lorenzo de Roma en Huesca, en la Hispania Tarraconensis, aunque también podría ser originario de Valencia, donde sus padres habrían residido un corto espacio de tiempo, viniendo a nacer el santo en esta ciudad. Cuando en 257 Sixto fue nombrado papa, Lorenzo fue ordenado diácono, razón por la cual oficialmente es el santo patrono de los Diáconos, y fue encargado de administrar los bienes de la Iglesia y el cuidado de los pobres. Por esta labor se le considera uno de los primeros archivistas y tesoreros de la Iglesia, así como el patrón de los bibliotecarios.
El emperador Valeriano proclamó un edicto de persecución en el que prohibía el cultocristiano y las reuniones en los cementerios. Muchos sacerdotes y obispos fueron condenados a muerte, mientras que los cristianos que pertenecían a la nobleza o al senado eran privados de sus bienes y enviados al exilio.
Víctimas de las persecuciones de Valeriano destacan los papas Esteban I, degollado sobre la misma silla pontificia; y Sixto II decapitado el 6 de agosto del 258. Obispos como Cipriano de Cartago (decapitado en el norte de África), diáconos como Agapito, o el popular san Lorenzo.
Una leyenda posiblemente creada por Ambrosio de Milán dice que Lorenzo se encontró con el papa Sixto en el camino de éste al martirio, y que le preguntó: «¿Adónde vas, querido padre, sin tu hijo? ¿Adónde te apresuras, santo padre, sin tu diácono? Nunca antes montaste el altar de sacrificios sin tu sirviente, ¿y ahora deseas hacerlo sin mí?». Entonces el papa profetizó: «En tres días tú me seguirás».9
La leyenda dice que entre los tesoros de la Iglesia confiados a Lorenzo se encontraba el Santo Grial (la copa usada por Jesús y los Apóstoles en la Última Cena) y que consiguió enviarlo a Huesca, junto a una carta y un inventario, donde fue escondido y olvidado durante siglos. Los padres de Lorenzo, santos Orencio y Paciencia, sí serían de Huesca, y habrían llegado a la ciudad de Valencia por motivo de las persecuciones.
Según la Vida y martirio de san Lorenzo, texto apócrifo del siglo xvii supuestamente basado en la obra del monje Donato (siglo vi), el papa Sixto II le entregó el Santo Cáliz junto a otras reliquias, para que las pusiera a salvo. En la cueva romana de Hepociana, Lorenzo acudió a una reunión de cristianos presidida por el presbítero Justino. Allí halló a un condiscípulo y compatriota hispano, llamado Precelio, originario de Hippo (la moderna Yepes101112), en Carpetania, a quien entregó varias reliquias, entre ellas el santo cáliz, con el encargo de que las llevara a la familia que le quedaba en Huesca (sus padres vivían en Roma). Precelio llevó las reliquias a los tíos y primos de Lorenzo en Huesca que las escondieron, perdiéndose la pista, aunque algunas tradiciones afirman que el santo cáliz fue depositado en la iglesia de san Pedro de la localidad, de donde sería puesto a salvo por el obispo Acilso cuando huyó en 711 ante el avance de los musulmanes, para esconderse en los Pirineos.13
Aprovechando el reciente asesinato del papa, el alcalde de Roma, que era un pagano muy amigo de conseguir dinero, ordenó a Lorenzo que entregara las riquezas de la Iglesia. Lorenzo entonces pidió tres días para poder recolectarlas y en esos días fue invitando a todos los pobres, lisiados, mendigos, huérfanos, viudas, ancianos, mutilados, ciegos y leprosos que él ayudaba. Al tercer día, compareció ante el prefecto, y le presentó a este los pobres y enfermos que él mismo había congregado y le dijo que esos eran los verdaderos tesoros de la Iglesia. El prefecto entonces le dijo: «Osas burlarte de Roma y del Emperador, y perecerás. Pero no creas que morirás en un instante, lo harás lentamente y soportando el mayor dolor de tu vida».
Elegido para suceder a Esteban I, San Sixto II o Sixto II (en latín: Xystus Secundus). Obispo de Roma entre el 31 de agosto del 257 y el 6 de agosto del 258. Nacido en Grecia, fue elegido para el cargo de papa bajo el reinado del emperador Valeriano, quien desató una fuerte represión contra los cristianos que acabó con la vida de muchos seguidores de esta religión, incluida la del propio Sixto II. Fue el primer papa de la historia en llevar un nombre ya utilizado por un predecesor.
Durante el pontificado de Esteban I se había producido la ruptura entre la Iglesia de Roma con las Iglesias de África y Asia Menor. Los primeros defendían la validez de los bautismos oficiados por los lapsi, siempre que se hubieran hecho en nombre de la santísima Trinidad, mientras que los segundos negaban su validez por considerarlos herejes. Sixto II logró poner fin a la disputa que enfrentaba a la cristiandad al renunciar a imponer la postura defendida por Roma. Las relaciones con Cipriano de Cartago, obispo de Cartago volvieron a ser amistosas,1 sin duda porque fue aceptada la postura de este: que fuera competencia de cada obispo, en su propia Iglesia, la toma de decisiones sobre el caso que se presentara. En lo que las dos partes estaban absolutamente conformes era en que la legitimidad de cada sede episcopal venía de su fundador o patriarca, que era siempre, directamente o por jerarquía, un apóstol: a las enseñanzas impartidas por él se les debía obediencia.
Su pontificado se inició poco después de que el emperador Valeriano hubiera proclamado un edicto de persecución contra los cristianos en el que prohibía el cultocristiano y las reuniones en los cementerios, ubicados en las catacumbas. Esta última disposición exigió una nueva ley, pues quebrantaba la salvaguardia que siempre el derecho romano había otorgado a los cementerios. Eran lugares en los que, durante las persecuciones, los cristianos se reunían para celebrar sus cultos, a pesar de que Valeriano había prohibido tales reuniones.
Según el martirologio romano, Sixto II fue detenido mientras estaba celebrando misa en el cementerio de Pretextato, muriendo mártir al ser decapitado (según la tradición en la Cárcel Mamertina) junto a algunos de los diáconos que le acompañaban en el momento de su captura: san Genaro, san Vicente, san Magno y san Esteban. Ese mismo día también sufrieron el martirio los diáconos santos Felicísimo y Agapito, y poco después el diáconosan Lorenzo. Fue enterrado en las Catacumbas de San Calixto. De este modo las autoridades imperiales creyeron haber acabado con la Iglesia de Roma. De hecho, por la violencia de la persecución fue imposible nombrar el sucesor de Sixto II, Dionisio I hasta un año después de su muerte, hasta que llegaron las noticias de la prisión y muerte de Valeriano en el 259.
Al papa Sixto II se le atribuyó en alguna época la autoría de la obra Sentencias de Sexto, también conocida como “Anillo de Sixto”, obra que en realidad es debida a un filósofo pitagórico llamado también Sixto.
El papa Sixto II efectuó el traslado de los restos de San Pedro y San Pablo.