1.La revelación de Jesucristo,que Dios le dio, para manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto; y la declaró enviándola por medio de su ángel a susiervo Juan,(ES OBVIO QUE SI DIOS LE DIO, ES QUE CRISTO NO ES OMNISAPIENTE, NI SIQUIERA EN EL CIELO. OSEA QUE CRISTO NO ES DIOS TODOPODEROSO. "SIERVO JUAN" ESTA EN CLAVE CON REFERENCIA A JUAN MARCOS. RECORDEMOS QUE CRISTO SIEMPRE LO HACE EN EL CONTEXTO AL SALMO 119.)
2.que ha dado testimonio de la palabra de Dios, y del testimonio de Jesucristo, y de todas las cosas que ha visto.
3.Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan las cosas en ella escritas; porque el tiempo está cerca.
4.Juan, a lassiete iglesiasque están en Asia: Gracia y paz a vosotros,del que es y que era y que ha de venir, y de lossiete espíritus que están delante de su trono;(UNA CLARA REFERENCIA A LAS PLEYADES)
5.y de Jesucristo el testigo fiel, el primogénito de los muertos, y el soberano de los reyes de la tierra. Al que nos amó, y nos lavó de nuestros pecados con su sangre,
6.y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, su Padre; a él sea gloria e imperio por los siglos de los siglos. Amén.
7.He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá, y los que le traspasaron; y todos los linajes de la tierra harán lamentación por él. Sí, amén.
8.Yo soyel Alfa y la Omega, principio y fin, dice el Señor, el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso.(SALMO 119)
9.Yo Juan, vuestro hermano, y copartícipe vuestro en la tribulación, en el reino y en la paciencia de Jesucristo, estaba en la isla llamada Patmos, por causa de la palabra de Dios y el testimonio de Jesucristo.
10.Yo estaba en el Espírituen el día del Señor, y oí detrás de mí una gran voz como de trompeta,
11.que decía: Yosoy el Alfa y la Omega, el primero y el último. Escribe en un libro lo que ves, y envíaloa las siete iglesias que están en Asia: a Efeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardis, Filadelfia y Laodicea.(UNA CLARA REFERENCIA A LAS PLEYADES, OSEA A LA CONSTELACION DEL TORO / TAURO)
12.Y me volví para ver la voz que hablaba conmigo; y vuelto, vi siete candeleros de oro,
13.y en medio de los siete candeleros, a uno semejante al Hijo del Hombre, vestido de una ropa que llegaba hasta los pies, y ceñido por el pechocon un cinto de oro.(¿CINTURON DE ORION?)
14.Su cabeza y sus cabellos eran blancos como blanca lana, como nieve; sus ojos como llama de fuego;
15.y sus pies semejantes al bronce bruñido, refulgente como en un horno; y su voz como estruendo de muchas aguas.
16.Tenía ensu diestra siete estrellas; de su boca salía una espada aguda de dos filos; ysu rostro era como el sol cuando resplandece en su fuerza.(LAS SIETE ESTRELLAS SON LAS PLEYADES. ES OBVIO QUE NUESTRO SEÑOR ES ORION. APARENTEMENTE EL SOL EN SU FUERZA ES UNA REFERENCIA AL SOLSTICIO DE VERANO, OSEA AL 20/21 DE JUNIO.)
17.Cuando le vi, caí como muerto a sus pies. Y él puso su diestra sobre mí, diciéndome: No temas; yo soyel primero y el último;(ES CLARO QUE CRISTO HACE REFERENCIA AL SALMO 119, EN EL MARCO A QUE EL ALFA=HOMBRE Y OMEGA=FEMENINO, OSEA AL YIN Y YANG, AL HOMBRE Y LA MUJER, AL SOL Y LA LUNA, EL PRIMERO Y EL ULTIMO, ETC, ETC, OSEA EL CORAZON ESOTERICO DEL 911/ 119)
18.y el que vivo, y estuve muerto; mas he aquí que vivo por los siglos de los siglos, amén. Y tengolas llaves de la muerte y del Hades.(UNA REFERENCIA A MATEO 16:18)
19.Escribe las cosas que has visto, y las que son, y las que han de ser después de estas.(JUSTO EN EL 1:19, UNA REFERENCIA AL PASADO, PRESENTE Y FUTURO OSEA A LA "MAQUINA DEL TIEMPO")
20.El misterio de las siete estrellas que has visto en mi diestra, y de los siete candeleros de oro: las siete estrellas son los ángeles de las siete iglesias, y los siete candeleros que has visto, son las siete iglesias.
Escultura romana de Cleopatra con una diadema real, de mediados del siglo i a. C. (época de sus visitas a Roma en 46-44 a. C.) encontrada en una villa italiana en la Vía Apia, actualmente expuesta en el Altes Museum.123n 1
En 58 a. C. presuntamente acompañó a su padre, Ptolomeo XII, durante su exilio en Roma tras una revuelta en Egipto (para entonces un Estado cliente de Roma), lo que permitió que su hermana mayor, Berenice IV, reclamara el trono de Ptolomeo. Berenice murió en batalla en 55 a. C., cuando su padre volvió a Egipto con ayuda militar romana. Cuando Ptolomeo murió en 51 a. C., Cleopatra y su hermano menor, Ptolomeo XIII, accedieron al trono como corregentes, pero la ruptura entre ambos desató una guerra civil.
Tras la derrota sufrida en 48 a. C. en la batalla de Farsalia por parte de su rival Julio César durante la segunda guerra civil romana, el estadista romano Pompeyo el Grande huyó a Egipto. Pompeyo había sido aliado político del padre de Cleopatra, pero a sugerencia de los eunucos de su corte, Ptolomeo XIII ordenó emboscar y asesinar a Pompeyo mientras César ocupaba Alejandría en persecución de su enemigo. Como cónsul de la República romana, César trató de reconciliar a Ptolomeo XIII con su hermana Cleopatra, pero Potino el Eunuco, consejero principal del monarca egipcio, creía que los términos que proponía el cónsul beneficiaban a Cleopatra, por lo que sus fuerzas sitiaron a César y Cleopatra en Alejandría. El asedio se levantó gracias a la llegada de aliados de César a comienzos de 47 a. C. y Ptolomeo XIII murió poco después en la batalla del Nilo. Arsínoe IV, media hermana de Cleopatra que había liderado el asedio, se exilió en Éfeso. César, ya elegido dictador, declaró a Cleopatra y a su hermano menor Ptolomeo XIV cogobernantes de Egipto. Sin embargo, el general romano inició una relación sentimental privada con Cleopatra de la que nació Cesarión. Cleopatra viajó a Roma en 46 y 44 a. C. como reina vasalla y se alojó en la villa de César. Cuando este fue asesinado en 44 a. C., Cleopatra intentó que su hijo fuera designado heredero, pero no pudo debido al ascenso al poder de Octavio (posteriormente conocido como Augusto y que sería el primer emperador de Roma en 27 a. C.). Entonces, Cleopatra ordenó asesinar a su hermano Ptolomeo XIV y elevó a su hijo Cesarión como corregente de Egipto, con el nombre de Ptolomeo XV.
Durante la tercera guerra civil de la República romana (43-42 a. C.), Cleopatra se alió con el Segundo Triunvirato, formado por Octavio (sobrino nieto y heredero de César), Marco Antonio y Lépido. Tras su encuentro en Tarso en 41 a. C., la gobernante egipcia inició una relación con Marco Antonio de la que nacieron tres hijos: Alejandro Helios, Cleopatra Selene II y Ptolomeo Filadelfo. Antonio usó su autoridad como triunviro para ejecutar a Arsínoe IV, cumpliendo el deseo de Cleopatra, y se apoyó cada vez más en la reina egipcia tanto para obtener financiación como ayuda militar durante sus invasiones del imperio parto y del Reino de Armenia. En las Donaciones de Alejandría, los hijos de Cleopatra con Marco Antonio fueron nombrados gobernantes sobre varios territorios bajo la autoridad de Antonio. Este hecho, unido al matrimonio de Marco Antonio con Cleopatra después de su divorcio de Octavia la Menor, hermana de Octavio, desató la cuarta guerra civil de la República romana. Después de iniciar una guerra de propaganda, Octavio forzó a huir a los aliados de Antonio en el senado romano y le declaró la guerra a Cleopatra en 32 a. C. La flota de guerra de Marco Antonio y Cleopatra fue derrotada por la de Octavio, bajo el mando de su general Agripa, en la batalla de Accio en 31 a. C., tras lo cual las tropas romanas de Octavio invadieron Egipto en 30 a. C. y derrotaron a las de Antonio, tras lo cual éste se suicidó. Cuando Cleopatra se enteró de que Octavio pretendía llevarla a Roma para exhibirla durante su procesión de triunfo, también se suicidó tomando veneno, si bien popularmente se cree que lo hizo dejándose morder por una áspide.
La forma latina de Cleopatra proviene del griego antiguoKleopátrā (en griego: Κλεοπᾰ́τρᾱ), que significa «gloria de su padre» en la forma femenina.8 Este se deriva de kléos (κλέος) ‘gloria’ y patḗr (πᾰτήρ) ‘padre’, utilizando el genitivopatros (πατρός).9 La forma masculina se habría escrito como Kleópatros (Κλεόπᾰτρος) o Pátroklos (Πάτροκλος).9
En cuanto a la acentuación, la bibliografía en español utiliza las formas Filopator, Filópator y Filopátor, optándose a lo largo de este artículo por la última, de acuerdo con la transcripción al español de los nombres propios griegos en Galiano (1969, p. 81).
Los últimos acontecimientos acaecidos y, en particular, el rumor de lo que se preparaba para el 15 de marzo en el Senado, motivaron que lo que quedaba de la facción optimate y, entre ellos, Gayo Casio Longino, decidiesen pasar a la acción. Gayo Casio Longino se dirigió a algunos hombres en los que creía poder confiar, y que a su juicio compartían su idea de dar muerte al dictador librando así a Roma del destino que él creía que le esperaba: un nuevo imperio cosmopolita, dirigido desde Alejandría.111
Sin embargo, Gayo Casio Longino no era probablemente el hombre adecuado para ser la cabeza visible de este tipo de acción, y se acordó tantear a Marco Junio Bruto, considerado como el personaje indicado para este papel.111
Se especula que, tras una serie de reuniones, ambos estaban de acuerdo en que la libertad de la República estaba en juego, pero no tenían los mismos puntos de vista de cómo actuar; Marco Junio Bruto no pensaba asistir al Senado el día 15, sino que abogaba por la protesta pasiva (la abstención); pero Gayo Casio Longino le replicó que como ambos eran pretores, podían obligarlos a asistir. Entonces respondió Bruto: «En ese caso, mi deber será, no callarme, sino oponerme al proyecto de ley, y morir antes de ver expirar la libertad». Gayo Casio Longino rechazó de lleno esta solución, pues entendía que no era dándose muerte cómo se iba a salvar la República, y lo exhortó a la lucha, a pasar a la acción. Su elocuencia terminó por convencer a su interlocutor.112
El nombre de Marco Junio Bruto atrajo varias adhesiones valiosas, no en vano se decía descendiente de aquel otro Bruto (Lucio Junio Bruto) que había dirigido la expulsión del último rey de Roma, Tarquinio el Soberbio en 509 a. C.; entre otras adhesiones a la trama, se produjo la de Décimo Junio Bruto Albino, un familiar del dictador, en quien este tenía entera confianza. En total, el número de los conjurados parece haber sido de unos sesenta. Durante las reuniones preliminares se elaboró un plan de acción. Se decidió por unanimidad atentar contra César en pleno Senado. De este modo, se esperaba que su muerte no pareciera una emboscada, sino un acto para la salvación de la patria, y que los senadores, testigos del asesinato, inmediatamente declararían su solidaridad.113 Los planes de los conjurados no solamente preveían el asesinato de César, sino que además deseaban arrastrar su cadáver al Tíber, adjudicar sus bienes al Estado y anular sus disposiciones.114
Hay que tener en cuenta que las motivaciones de los magnicidas eran muy heterogéneas, ya que los había movidos por un auténtico sentido de salvación de la República y estos se les habían unido otras personas movidas por el rencor, la envidia, o por la idea de que si César acaparaba las magistraturas, a ellos no les tocaría nunca llegar al poder.115
También se debe señalar que muchos de los conspiradores eran ex pompeyanos reconocidos, a los que César había perdonado la vida y la hacienda, incluso confiando en ellos para la administración del Estado (Casio y Bruto fueron gobernadores provinciales, nombrados por César).116
En los idus de marzo del año 44 a. C., un grupo de senadores, pertenecientes a la conspiración arriba citada, convocó a César al Foro para leerle una petición, escrita por ellos, con el fin de devolver el poder efectivo al Senado. Marco Antonio, que había tenido noticias difusas de la posibilidad del complot a través de Publio Servilio Casca, temiendo lo peor, corrió al Foro e intentó parar a César en las escaleras, antes de que entrara a la reunión del Senado.117
Pero el grupo de conspiradores interceptó a César justo al pasar al Teatro de Pompeyo, donde se reunía la curia romana, y lo condujo a una habitación anexa al pórtico este, donde le entregaron la petición. Cuando el dictador la comenzó a leer, Tulio Cimber, que se la había entregado, tiró de su túnica, provocando que César le espetara furiosamente Ista quidem vis est? «¿Qué clase de violencia es esta?» (no debe olvidarse que César, al contar con la sacrosantidad de la tribunicia potestas, y, por ser Pontifex Maximus, era jurídicamente intocable). En ese momento, el mencionado Casca, sacando una daga, le asestó un corte en el cuello; el agredido se volvió rápidamente y, clavando su punzón de escritura en el brazo de su agresor,h le dijo: «¿Qué haces, Casca, villano?», pues era sacrilegio portar armas dentro de las reuniones del Senado.118119
Casca, asustado, gritó en griego ἀδελφέ, βοήθει!, (adelphe, boethei! = «¡Socorro, hermanos!»), y, en respuesta a esa petición, todos se lanzaron sobre el dictador, incluido Marco Junio Bruto.119120 César, entonces, intentó salir del edificio para recabar ayuda, pero, cegado por la sangre, tropezó y cayó. Los conspiradores continuaron con su agresión, mientras aquel yacía indefenso en las escaleras bajas del pórtico. De acuerdo con Eutropio y Suetonio, al menos sesenta senadores participaron en el magnicidio. César recibió veintitrés puñaladas, de las que, si creemos a Suetonio, solamente una, la segunda recibida en el tórax, fue la mortal.119
Las últimas palabras de César no están establecidas realmente, y hay una polémica en torno a las mismas, siendo las más conocidas:
Καὶ σὺ τέκνον. Kai sy, teknon? (en griego: ‘¿tú también, hijo mío?’). Suetonio.121
Tu quoque, Brute, filii mi! (traducción al latín de la frase anterior: ‘¡Tú también, Bruto, hijo mío!’).
Tras el asesinato, los conspiradores huyeron, dejando el cadáver de César a los pies de una estatua de Pompeyo, donde quedó expuesto por un tiempo. De allí, lo recogieron tres esclavos públicos que lo llevaron a su casa en una litera,119 de donde Marco Antonio lo recogió y lo mostró al pueblo, que quedó conmocionado por la visión del cadáver. Poco después los soldados de la decimotercera legión, tan unida a César, trajeron antorchas para incinerar el cuerpo de su querido líder. Luego, los habitantes de Roma, con gran tumulto, echaron a esa hoguera todo lo que tenían a mano para avivar más el fuego.124
La leyenda cuenta que Calpurnia, la mujer de César, después de haber soñado con un presagio terrible, advirtió a César de que tuviera cuidado, pero César ignoró su advertencia diciendo: «Solo se debe temer al miedo». En otras se cuenta cómo un vidente ciego le había prevenido contra los Idus de Marzo; llegado el día, César le recordó divertido en las escaleras del Senado que aún seguía vivo, a lo que el ciego respondió que los idus no habían acabado aún.125
La forma latina de Cleopatra proviene del griego antiguoKleopátrā (en griego: Κλεοπᾰ́τρᾱ), que significa «gloria de su padre» en la forma femenina.8 Este se deriva de kléos (κλέος) ‘gloria’ y patḗr (πᾰτήρ) ‘padre’, utilizando el genitivopatros (πατρός).9 La forma masculina se habría escrito como Kleópatros (Κλεόπᾰτρος) o Pátroklos (Πάτροκλος).9
En cuanto a la acentuación, la bibliografía en español utiliza las formas Filopator, Filópator y Filopátor, optándose a lo largo de este artículo por la última, de acuerdo con la transcripción al español de los nombres propios griegos en Galiano (1969, p. 81).