América Latina: ventajas y desventajas de una moneda fuerte
El segundo gran dolor de cabeza de las economías latinoamericanas, tras la subida de la inflación, es la revalorización de las monedas locales frente al dólar. Por el momento, los gobiernos, sobre todo el de Brasil, se han centrado en contener el aumento de los precios pero el fantasma de una pérdida de competitividad de las economías a causa de esa revalorización monetaria está provocando gran malestar entre los exportadores e industriales de la región. (Fuente: Infolatam – 11/05/2011)
Las principales razones de tal revalorización se encuentran en el incremento de la inversión extranjera directa que llega a la región y en la debilidad mundial del dólar. La reciente apreciación corresponde en gran parte a esas entradas de capital que perciben la existencia de una situación favorable para la inversión a corto plazo. Un dólar bajo favorece a los bancos centrales que luchan contra la inflación, ya que abarata el costo de la importaciones. Sin embargo, tiene como contracara la pérdida de competitividad para los sectores exportadores. Así el ministro brasileño de Hacienda, Guido Mantega, considera que “no podemos permitir esa sobrevaloración del tipo de cambio, pues provocaría el llamado mal holandés, que haría que Brasil quede especializado en la exportación de commodities y generaría una atrofia en el sector productivo manufacturero”.
El Ministro de Hacienda chileno, Felipe Larraín explicó la situación con claridad cuando dijo que ”hay muchos dólares en el mundo y la economía norteamericana no ha estado bien y eso significa que han aumentado fuertemente la cantidad de dólares, en la última inyección de circulante fueron 600.000 millones de dólares y buscan activos y oportunidades en el mundo, eso genera presión sobre el tipo de cambio”. Como apunta Luis Miguel González en el diario El Informador “no es que el peso (mexicano) esté superfuerte, es que el dólar está superdébil. La divisa estadounidense vive un periodo de debilidad extrema que se manifiesta en casi todos los mercados… Son las autoridades de Estados Unidos las que promueven la depreciación de su moneda. La estrategia incluye tasas de interés cercanas a cero y políticas monetaria y fiscal casi irresponsables. Su prioridad es el crecimiento económico, no los equilibrios presupuestales ni la disciplina monetaria”. El peso chileno es de las monedas latinoamericanas que más se ha revalorizado frente al dólar en este año y alcanzó en abril su menor nivel desde que el Banco Central chileno iniciara su plan de intervención cambiaria en enero pasado. Entonces, el Banco Central llevó a cabo compras de dólares para fortalecer las reservas internacionales y contener la fortaleza del peso. Además, para restar fortaleza al peso, el Gobierno de Sebastián Piñera aplicó un recorte de 750 millones de dólares en el gasto público de 2011 y alentó la emisión de bonos en el mercado local por parte de inversionistas extranjeros privados. “Todo este esfuerzo conjunto hace que hoy día el tipo de cambio esté más alto de lo que estaría sin estas medidas”, comentó el ministro de Hacienda, Felipe Larraín. Sin embargo, entre los exportadores crece la preocupación, como informaba recientemente el diario La Tercera “los exportadores de fruta…con el tipo de cambio actual, dos tercios de la superficie plantada de Chile opera con rentabilidad negativa…Por ello, representantes del gremio han pedido medidas de control de capitales para mitigar las caídas en el tipo de cambio y un crédito para la fruticultura de entre US$1.500 a US$1.800 millones para que los productores puedan reestructurar su deuda y reconvertir sus huertos tradicionales a huertos modernos”.
Larraín ha descartado la posibilidad de aplicar controles de capital a corto plazo para detener la caída del dólar: “la experiencia de los años ’90, donde se utilizaron este tipo de medidas, da cuenta de que cambiaron la composición y no los montos (…) Si los controles son exitosos lo que hacen es aumentar las tasas de interés; a veces la gente habla en favor de los controles de capital, pero se les olvida mencionar los efectos negativos que tienen”. Algo parecido ocurre en México, donde se habla ya del “superpeso” porque la moneda está en niveles no vistos desde 2008. En abril el peso se apreció un 3.36%, su mayor avance mensual frente al dólar desde septiembre de 2010. En todo 2011 su apreciación frente al dólar alcanza el 7.59%. Esto provoca, como señala El Economista, serios problemas para las empresas exportadoras como Grupo Modelo, Alfa, Mexichem, Grupo México o el sector automotriz. En los últimos años, el crecimiento del Producto Interno Bruto mexicano se ha basado en el sector exportador, sobre todo de la industria automotriz, donde el 70% de las ventas al exterior van hacia Estados Unidos. Además, un dólar más barato supone una caída en el volumen de remesas enviadas desde Estados Unidos y, como apuntaba el diario El Universal, “podría generar desequilibrios en las finanzas públicas, debido a que tras la venta de petróleo en el mercado internacional, habría una menor entrada de flujos denominados en pesos por el mayor abaratamiento de la moneda mexicana”. En Brasil, el real ha ganado ante el dólar un 9.6% en lo que va del año, del cual un 4% corresponde solo al mes de abril y está cotizando a 1,57 unidades por dólar, cerca de sus máximos niveles en 12 años. Dilma Rousseff ha señalado que “la presión monetaria” originada en las economía centrales que tienen “déficits gigantescos” causa problemas en las “economías emergentes”, que se ven afectados por el exceso de “liquidez”. Para el ministro de Economía brasileño, Guido Mantega, lo que Brasil está viviendo es un “ataque” especulativo: “estamos bajo ataque de países que quieren más mercado para sus productos y no podemos dejar que esa enfermedad holandesa se instale en Brasil…No descartamos nada, el mercado de cambio es muy creativo para ganar dinero…Es un fábula de dinero. La maquinita de hacer dólares funciona a todo vapor, inyectando dólares en el mundo y se invierte en mercados a futuros de commodities”. Mantega cree que ese “exceso de capitales especulativos causa problemas: provoca la sobrevalorización del real que perjudica a la economía, al sector exportador y el manufacturero”.
Un dólar cada vez más débil. Al igual que en Chile, las medidas del gobierno brasileño no parecen haber tenido, por el momento, mucho efecto, como no sea el de moderar la apreciación, pero no detenerla. Esto ha provocado malestar entre los sectores industriales que ven como pierden competitividad. El director del grupo industrial alemán Siemens en Brasil, Adilson Antonio Prima, levantó la voz de alarma cuando dijo en el Financial Times: “necesitamos medidas más amplias y más duras. No propugnamos el proteccionismo, pero hay que poder competir en igualdad de condiciones. Esto es fundamental. Hay riesgo de desindustrialización”. “El combate contra la inflación no puede retrasar medidas sobre el tipo de cambio. Necesitamos una acción inmediata”, aseguró, por su parte, Robson Andrade, presidente de la Confederación Nacional de la Industria de Brasil. Entre las alternativas disponibles para Rousseff se encuentra la aplicación de mayores impuestos sobre las compras de bonos por parte de extranjeros o una denominada “cuarentena” sobre los influjos de capital, que forzaría a los capitales extranjeros a conservar sus inversiones en Brasil durante un período determinado. En Colombia se vive un escenario parecido pues la revalorización del peso ha sido igualmente fuerte, del 7,62 por ciento entre enero y abril. Como en Brasil el sector exportador ha lanzado la voz de alarma, en especial los floricultores. “Esta inundación de dólares es peor que la ola invernal que ha sufrido el país y que ha afectado a varios cultivos”, aseguró Augusto Solano, presidente de la Asociación Colombiana de Exportadores de Flores (Asocolflores). La intervención del Banco Central de Perú tampoco ha parado la escalada del nuevo sol en Perú y el dólar cayó a finales de abril a su mínimo en casi cinco meses. Lo mismo que en Uruguay, donde el dólar se ha situado en el nivel más bajo desde el 30 de junio de 2002. El gobierno afronta también una guerra en dos frentes: una inflación alta (del 7%) junto a un peso cada vez más fuerte. Por eso, el Presidente José Mujica ha dicho que “el problema más grave” es la caída del dólar: “el problema más grave -y lo veremos en los días sucesivos- viene por el lado de la tendencia a la caída del precio del dólar que, particularmente, por el lado de Brasil nos viene amenazando diariamente”. El vicepresidente, Danilo Astori dijo a El País que el gobierno busca que “sean compatibles las dos políticas: el combate a la inflación y evitar desalineamientos en el tipo de cambio”.