ALCHIMIA E MASSONERIA A VENEZIA - SECONDA PARTE La Chiesa di Santa Maria Maddalena a Cannaregio
SULLE TRACCE DI SIMBOLI E LUOGHI DI TRADIZIONI INIZIATICHE
La Chiesa di Maria Maddalena, a Cannaregio, è l’edificio più rappresentativo del potere e della ricchezza di alcune famiglie appartenenti alla Massoneria veneziana, che riuscirono a far costruire il tempio secondo i criteri di questa associazione. L’architetto ed erudito Tommaso Temanza, confratello di un’importante loggia massonica, nel 1763 progettò l’edificio con pianta circolare, in stile neoclassico e fece incidere sull’architrave della porta uno dei simboli più caratteristici della Massoneria: l’occhio all’interno di un cerchio iscritto in un triangolo.
Al di sotto la scritta ‘SAPIENTIA AEDIFICAVIT SIBI DOMUM’, inneggiante alla divina sapienza. All’interno della Chiesa molti sono i richiami espliciti all’associazione e la stessa tomba del Temanza porta incisi sulla lapide la squadra, la riga ed il compasso, strumenti-simbolo che ne attestavano l’appartenenza alla Massoneria (i confratelli, tra loro, si chiamano ‘muratori’).
Los Carmelitas descalzos obtuvieron un Breve apostólico de Paulo V para edificar conventos de su Orden en cualquier parte de la Cristiandad; fue este el primero que fundaron en la última parte del Monte Quirinal el año de 1606.
La iglesia se fundó en 1605 como una capilla dedicada a san Pablo para los carmelitas descalzos. La propia orden dotó de fondos a la obra del edificio hasta el descubrimiento en las excavaciones de la escultura conocida como el Hermafrodita Borghese. Scipione Borghese se apropió de ella, pero a cambio, y quizá para compensar su pérdida de influencia debido a la muerte de su tío y patrón, financió el resto de la obra de la fachada y prestó a la orden a su arquitecto, Giovanni Battista Soria. Estas concesiones, sin embargo, sólo se llevaron a efecto en 1624, aunque la obra se acabó dos años más tarde.
Después de la victoria católica en la batalla de la Montaña Blanca en 1620, que hizo retroceder la Reforma en Bohemia, la iglesia fue consagrada de nuevo a la Virgen María. Una imagen maltrecha había sido recuperada del ámbito de aquella batalla por Fray Domingo de Jesús María, de dicha Orden, de las ruinas de la casa de campo de un noble cristiano bohemio, a la cual se le atribuyó la victoria, llamándola Santa María de la Victoria. La imagen fue llevada a Roma por Fray Domingo, depositándose en Santa María la Mayor en presencia de Gregorio XV.
El nombre de Santa María de la Victoria, se dio ulteriormente, en conmemoración por haber reconquistado el emperador Fernando I la ciudad de Praga en 1671. Estandartes turcos capturados en el Sitio de Viena de 1683 cuelgan en la iglesia, como parte de este tema victorioso.
La iglesia es la única estructura diseñada y completada por el arquitecto del Barroco temprano, Carlo Maderno, aunque el interior padeció un fuego en 1833 y requirió una restauración. Su fachada, sin embargo, fue erigida por Soria en vida de Maderno (1624-1626), mostrando la inconfundible influencia de la cercana Santa Susanna de Maderno.
Su interior tiene una sola nave, amplia, bajo una bóveda segmentada baja, con tres capillas laterales interconectadas detrás de arcos separados por colosales pilastras corintias con capiteles dorados que apoyan un rico entablamento. Revestimientos de mármol que contrastan entre sí están enriquecidos con ángeles y putti de estuco blanco y dorado en bulto redondo. El interior fue enriquecido progresivamente después de la muerte de Maderno; su bóveda fue pintada al fresco en 1663 con temas triunfales dentro de compartimentos con marcos ficticios: La Virgen María triunfa sobre la Herejía y Caída de los ángeles rebeldes ejecutados por Giovanni Domenico Cerrini.
Sin duda, parte de la fama de este templo se debe a albergar una de las obras maestras del Barroco, la capilla Cornaro, espectacular y teatral espacio presidido por el grupo escultórico que representa el Éxtasis de Santa Teresa, de Gian Lorenzo Bernini, quizá la obra más conocida de este autor en el campo de la escultura. En la capilla situada frente a esta, dedicada a San José, se encuentra un grupo escultórico que representa el tema del Sueño de San José, obra del escultor Domenico Guidi, que se inspira en la obra de Bernini delante de la cual se halla.1
Dicen que San Luis es una zona de avistamiento frecuente de ovnis
El ufólogo Luis Burgos, antes de su exposición en El Volcán, aseguró que en Arizona, en la década del '50, se vio una de las primeras naves nodrizas del país.
Por Flavio Cabeytú
| 25 de octubre de 2018
Burgos tiene 62 años y es presidente de la fundación argentina de ovnilogía.
Ya lleva casi cincuenta años en la investigación del fenómeno de los platos voladores, una atracción que comenzó en su niñez, durante la década del '60. Luis Burgos será uno de los disertantes de la conferencia "Están entre nosotros, los ovnis llegan a San Luis" que se realizará mañana a partir de las 19 en el Complejo "La Agostina", de El Volcán. El investigador tiene 62 años, nació en Ensenada (Buenos Aires), pero vive en La Plata hace más de cuarenta años. En los '70 comenzó a dedicarse a la observación y el estudio de los ovnis, convirtiéndose en uno de los máximos exponentes de este campo que crece a un costado de la ciencia oficial. También integra la agrupación Investigadores de Campo Ovni Unidos (ICOU), que realiza charlas por todo el país, como la que lo traerá mañana a la localidad turística. Además es el presidente de la Fundación Argentina de Ovnilogía (FAO).
De acuerdo al ufólogo, San Luis como todo Cuyo es una zona en donde se originan con frecuencia avistamientos, aunque en el resto del país también se registran casos, que dependen de la densidad poblacional y la geografía. "En Arizona, en marzo de 1950, se vieron unas de las primeras naves nodrizas que se observaron en Argentina. Fue de día, dicen que era como un cigarro muy grande plateado que sobrevoló muy bajo la zona. Lo registraron los medios de la época. Fue uno de los primeros documentos de naves madres, como se las llamaba, eran portadoras de aparatos más pequeños. El caso del dique La Florida hace 40 años, es uno de los más emblemáticos de San Luis y uno de los diez más importantes del país. Fue un contacto no solo a nivel de nave, sino un ser que bajó. La policía abrió una investigación, que avaló lo sucedido", manifestó.
Su fascinación por este fenómeno comenzó el 20 de julio de 1969, cuando el hombre llegó a la luna. El futuro investigador tenía apenas 13 años. "Estaba fascinado con todo lo espacial, lo astronómico y los ovnis. Miraba el alunizaje en el viejo televisor en blanco y negro y quería ver un plato volador detrás de los astronautas. Al día siguiente fui corriendo al colegio y le dije a la directora que quería comenzar a dar conferencias. Empecé a juntar revistas y material sobre el tema. Después formo una agrupación que se llamaba Grupo Estudiantil Investigador de Ovnis (Geidovnis) en Ensenada, en el año '69. Brindábamos charlas en las horas libres", recordó Burgos en una entrevista telefónica con El Diario de la República.
Desde esa época comenzó a investigar los distintos avistamientos ocurridos en el país. Entre 1969 y 1979 habló con ruralistas, cazadores, campesinos o automovilistas, que habían visto un objeto volador en el cielo. "A partir de 1980 tuve la suerte de ver nueve platos voladores. No se dio porque haya algo en especial ni tengamos contactos, sino porque uno va a investigar a lugares donde el fenómeno está apareciendo. Vamos a donde los vieron y hacemos vigilias permanentemente, saliendo a la costa del río, las lagunas y los campos", precisó.
Dijo que la mayor experiencia que vivió fue el 4 de marzo de 1986 en un terreno de una localidad llamada Atalaya sobre el Río de la Plata, en el partido de Magdalena, provincia de Buenos Aires. En un predio cercano, junto a otros investigadores, vio en el cielo durante 45 minutos a dos objetos luminosos que parecía que danzaban en la noche. "Estábamos en un campo en donde aterrizaban siempre. En un determinado momento hizo un acercamiento al grupo. Luego de algunos minutos realizaron un segundo intento y fue cuando algunos del grupo se pusieron nerviosos. Los fotógrafos querían salir corriendo. Pero al final los objetos se alejaron y se perdieron en el cielo. Fue tan grande ese encuentro que nos marcó para siempre a los siete que estuvimos ahí, porque fue algo anómalo, desconocido y que vencía la ley de la gravedad", detalló.
Este avistamiento se hizo conocido en el mundo cuando lo recreo el programa "Contacto Extraterrestre", que se emitió por el canal History Channel. "Lo trasmitían hasta hace poco meses, pero además lo importante fue que en ese campo había 150 huellas de aterrizajes, un récord mundial. No hay un terreno en el mundo que tenga tantas marcas", destacó.
El investigador desconoce cuál es la finalidad de esta "visita" al planeta Tierra. Dice que los ufólogos son pluralistas y cada uno tiene su versión. En su caso se hizo tres preguntas y después de casi cinco décadas aún no las puede contestar. "La primera es de dónde viene el fenómeno. Todo apuntaría que sería extraterrestre, es la hipótesis estrella. Hay otras que dicen que son viajeros del tiempo y del interior de la Tierra. La segunda es cómo hacen para venir, cuál es el método de propulsión que tienen sus naves, que pone en jaque a los astrónomos. Muchos de ellos, como Carl Sagan, uno de los más grandes en esa especialidad, creen que existía la vida extraterrestre, que habitan en otros planetas, pero objetan que puedan venir en platos voladores de metal. Desconocemos cómo se mueven. Por último, cuál es el objetivo que tienen al venir, no sabemos que les interesa. Puede ser el planeta, el ser humano, la biología o la geografía. Estamos ubicados en un confín de la galaxia, cayéndonos de la Vía Láctea, con un sol diminuto y 200 mil millones de estrellas por delante, y ellos tienen tanto interés en nosotros. Esas tres preguntas no las puedo contestar", precisó.
La película "Encuentros cercanos del Tercer Tipo" dirigida por Steven Spielberg y protagonizada por Richard Dreyfuss y Melinda Dillon, estrenada hace 41 años, fue un suceso mundial en donde el tema de los extraterrestres fue llevado a la pantalla grande de manera seria, distinta a las producciones hollywoodenses que se habían realizado en las décadas del '50 y '60, en la que pintaban a los alienígenas como invasores. "Es un filme que juega un poco con la ficción y la realidad. Spielberg fue asesorado por investigadores y vendió para el cine, pero se basó en varios hechos reales que ocurrieron y es muy interesante como mensaje", opinó.
Conferencia y placa
Además de Burgos, que cerrará la charla, los investigadores que disertarán serán Edith Moneda, de Colón, Entre Ríos; Pablo Omasttot, de Corrientes; Marcelo Martinich, de Santa Fe y Marcelo Shaín, de Luján. La conferencia está organizada por la Municipalidad de El Volcán y la entrada es gratuita.
También mañana, pero a las 11 los investigadores se dirigirán al dique La Florida, donde descubrirán una placa en memoria del avistamiento ufológico que sucedió en 1978, que fue trascendental para toda la Argentina, por cómo se dieron los hechos y que fue clasificado como un Encuentro Cercano del Tercer Tipo. "Es para que la gente conozca que pasó en ese lugar hace 4 décadas", dijo la Comuna de la localidad turística.
La iglesia de Santa María Magdalena (en italiano: chiesa di Santa Maria Maddalena, conocida habitualmente como La Maddalena, es una iglesia de Venecia situada en el sestiere de Cannaregio, que constituye uno de los ejemplos más conocidos de la arquitectura neoclásica veneciana.
Se tienen noticias de un edificio religioso construido en el mismo lugar en 1222, propiedad de la familia patricia Baffo (o Balbo). Tras la firma en 1356 de la paz entre Génova y Venecia, el día de Santa Magdalena se convirtió en festivo por decisión del Senado veneciano y la iglesia fue ampliada, incluida también una torre de guardia dedicada a campanario.
A partir de 1763 la iglesia fue reconstruida completamente con una planta circular, según el diseño de Tommaso Temanza, que trasladó su orientación hacia el campo. Las obras terminaron en 1790 bajo la dirección de Giannantonio Selva. En 1810 se revocó su papel de iglesia parroquial y en 1820 fue cerrada, para ser reabierta a continuación como oratorio. En 1888 se demolió el campanario, que estaba en peligro de derrumbe. Actualmente es una iglesia rectorial dependiente de la parroquia de San Marcuola (vicaría de Cannaregio-Estuario, patriarcado de Venecia).
De gran valor arquitectónico es el portal, que es en realidad un pronaos acortado, precedido por una breve escalinata y formado por un alto tímpano triangular sostenido por dos parejas de semicolumnas con capitel y entablamentojónicos. Sobre la puerta de entrada hay una luneta con un ojo de la providencia representado dentro de un triángulo entrelazado con un círculo en bajorrelieve, considerado a menudo un símbolo masónico (parece que la familia Baffo pertenecía al orden templario).2 En el exterior del ábside se encuentra, en el paramento de mármol, un bajorrelieve que data del siglo xv y representa una Virgen con el Niño y santos.
En el interior, la planta circular se transforma en hexagonal con cuatro capillas laterales (los otros dos lados están formados por la capilla mayor y por la entrada principal), enmarcadas por arcos de medio punto. El presbiterio cuadrado se desarrolla en anchura con dos exedras laterales, recordando una tradición véneta iniciada por la iglesia del Redentor.1 El entablamento de la gran cúpula hemisférica con linterna está sostenido por doce columnas jónicasgeminadas, entre las cuales se abren pequeñas hornacinas semicirculares a dos niveles: las superiores están ocupadas por estatuas que representan a las santas Magdalena e Inés y los profetas Isaías y David. El interior fue concebido por Temanza como un gran espacio blanco, terminado en marmorino.
La iglesia conserva importantes cuadros del siglo xviii, entre ellos la Última cena de Giandomenico Tiepolo y la Aparición de la Virgen a san Simón Stock de Giuseppe Angeli, además de lienzos del siglo xviii realizados por la escuela de Giovanni Battista Piazzetta.
En 2005, en el curso de restauraciones consistentes en la retirada del enyesado aplicado en el siglo xix para sacar a la luz el originario marmorino del siglo xviii, se descubrió, en la luneta que hay sobre el altar, un fresco alegórico monocromo de Giandomenico Tiepolo que representa la Fe y que originalmente estaba sobre el cuadro de la Última Cena.3