Lo vieron 7 miembros de la FAO y sucedio el 4 de marzo de 1986 camino a Atalaya donde, ahi mismo, y durante ese año se registro el record de huellas en el mundo. Algunos de sus protagonistas se suben a la maquina del tiempo y recuerdan como fue el dia en que vieron algo que les quedo en sus retinas para toda la vida.
Al comienzo pensaron que los atacaban y que ninguno quedaria vivo. Sin embargo el mas viejo de ellos, Avelino Mengui, gatillo el boton de su Nikon modelo 80 y la imagen pego la vuelta al mundo desde un campo de Atalaya.
Al final era cierto, se besaban los dedos y lo juraban porque lo habian visto: objetos voladores -luminosos y circulares- merodeaban lo que, mas tarde, bautizarian como El Nido, el epicentro ufo argento que se forma entre el sur de La Plata y Punta Piedras uniendo las rutas 2 y 36 hasta la Bahia de San Borombon.
Era la primera vez que veian algo despues de una serie de indicios, marcas y testimonios de lugareños. Primero el record de huellas en el campo-150- y dos meses despues confirmaban sospechas: veian volar un OVNI por 45 minutos en un show aereo inolvidable. Y el centro de la gravedad mediatica -la prensa, la radio y la television- se instalaba ahi mismo: a 5 kilometros de Atalaya y una hora de Magdalena por camino de tierra.
EL NIDO
Lugar esoterico de apariciones, objetos voladores, marcas, humanoides, mutilaciones de ganado y otras leyendas populares que hablan de un fenomeno misterioso sin precedentes. Aca nomas, en el ombligo del partido de Magdalena y el Gran La Plata.
-Desde octubre del 85 habiamos empezado a ir. Haciamos guardia en el arroyo El Espinillo, yendo para Atalaya por camino de tierra. Era una cosa muy rara para nosotros, llegaban denuncias todas las semanas: de alguien que estaba pescando o cazando, o paisanos que salian a recorrer el campo. Todos veian algo extraño y todo sucedia ahi, en lo que empezamos a llamar El Nido, dice el lider de la FAO (Federacion Argentina de Ovnilogia) Luis Burgos, ensenadense que desde el supuesto arribo del hombre a la Luna -el 20 de julio de 1969- nunca dejo de mirar el cielo. Suma unos 43 años de estudio -entre vigilias e investigaciones- y a esta altura es mas que una voz autorizada
HUELLAS RECORD
Era enero de 1986 y en el campo San Luciano se producia el record mundial: 150 huellas de OVNI alrededor de un tanque australiano y en un solo lote de campo: circunferencias perfectas, cilindros y ochos trazados en la tierra con el pasto deshidratado. Y al otro dia el boom mediatico explotaba: los diarios -EL DIA, La Gaceta, El Argentino- publicaban “Aterrizaje masivo de ovnis en Magdalena”, los moviles de radios daban aire a testimonios de lugareños mas Telefe y Nuevediario que seguian la noticia de cerca con guardias en vivo en tiempos donde los platos voladores eran tan comunes para los medios como la hiperinflacion de Alfonsin. Y tras dos meses de vigilia llegarian los expertos a confirmar que el fenomeno sucedia tanto en la tierra como en el cielo.
VER PARA CREER
La obsesion llevaba un buen tiempo. Desde octubre del 85 los expertos de la FAO le respiraban en la nuca al fenomeno. Decenas de denuncias que llegaban de la zona sur del Rio de La Plata despertaron la curiosidad cazadora a los miembros del grupo que nacia en 1984 como una ONG sin fines de lucro y que -piano a piano- se multiplicaria por el pais hasta alcanzar 150 integrantes de todo tipo: contadores, ingenieros, entusiastas, comerciantes, parapsicologos, fotografos y profesores de taekwondo.
Sin radares, ni camionetas, ni subsidios, ni centros de investigaciones o de reuniones. Si, una red social de investigadores a pulmon que creen en el fenomeno OVNI o en la necesidad de sacarle la careta.
El dia señalado: un 4 de marzo de 1986. Ellos eran siete como los locos de Arlt: Avelino y Fernando Menghi, Luis Burgos, Ana Piralli, Gabriel Cella, Norberto y Rodolfo Lamberti.
Cuatro en una Chevy y tres en un Peugeot 404 salian al medio del campo. Hacia 6 meses que no hablaban de otra cosa y hasta no encontrar algo en el cielo no se quedarian quietos. La intriga era mas fuerte que un cancer.
Uhh, miren, miren… lo que se viene de alla: Fernando Mengui señalo dos objetos que danzaban por el sureste del Rio de La Plata y todos se quedaron mirando el cielo por un tiempo que parecio la eternidad.
La noche estrellada y de repente dos luces como luceros que variaban su color del blanco, al azul y al rojizo. Y de las 9 a las 10 menos cuarto estuvieron 45 minutos haciendo una danza aerea: iban, venian, uno arriba y otro abajo. Rompio con todo lo convencional posible, cuenta Burgos, y señala con el dedo unos nubarrones en cielo de Atalaya que ayer nomas bien pudieron ser objetos no identificados.
Nadie hablaba, lo veian zigzaguear y de repente lo extraño se les vino como tiro encima. Y un poco mas, otro poco mas, hasta que desbordo el miedo:
Corramos muchachos, que alguno quedara vivo para contarla- grito Burgos con el corazon en la boca.
Cuerpo a tierra- ordeno otro de ellos y todos ,menos uno, se tiraron de panza al pasto.
Avelino quedo de pie, apoyo sus codos en el techo del Peugeot, prendio el flash, apunto al infinito y cuando gatillo -esa luz gigante avalanzandose- se apago de golpe y dejo la oscuridad absoluta en el medio de la nada.
Dos dias mas tarde era contratapa del Diario Popular y La FAO cerraba el caso por un par de meses.
CIFRAS VOLADORAS
Por 1968 se registraron 32 huellas en Santa Fe, en 1974 unas 57 en Chaco, en 1980 17 en el pueblo de Jacinto Arauz de La Pampa, 304 marcas en el año 2000 en Sierra de los Quinteros en La Rioja y en 1999 unas 20 en la circunvalacion de 72 de La Plata entre las calles 10 y 19.
Las zonas calientes existen y se extienden por la geografia Argentina: de llanura pampeana a las sierras cordobesas, de los valles de Cachi al centro de la provincia Buenos Aires. Lugares donde el fenomeno asoma el hocico y vuelve a dar que hablar tarde o temprano.
ATALAYA, EL LUGAR ELEGIDO
Siempre en el medio de todos esos datos esta el Nido, cuyo punto mas caliente se situa en las tierras del partido de Atalaya. Alli, hay un arroyo llamado el Espinillo, campos agropecuarios y una ruta de tierra que lleva al pueblo, partido de Magdalena, fundado en 1663 cuando el Gobernador Jose Martinez de Salazar ordeno levantar unas torres en la costa del Rio que sirviesen de atalayas para divisar los buques enemigos que se acercaban a la ribera.
Un lugar que podria ser tan o mas turistico que el Uritorco cordobes, pero que sin embargo es un llano olvidado al sureste del Rio de La Plata. No hay reposeras, ni larga vistas, ni miradores, ni hoteles, ni bases de campamento, ni amuletos, ni gurues. No anda gente, cada tanto un falcon viejo o una camioneta F-100 de otra epoca rompe el silencio con el ruido de su motor, o a lo lejos se escucha el galope a caballo de un peon que va para el almacen mas cercano.
Ahi regresaron al menos unas 50 veces mas desde el 86 a esta parte. Y si vuelven es porque el caso marco un hito para la ovnilogia argentina y siempre hay periodistas o nuevos curiosos que quieren un bautismo ufo con vigilia en el arroyo. Sin embargo nunca mas presenciaron algo igual. “Al lugar hay que preservarlo para seguir investigando y que no se convierta en un emporio de venta, de turismo o de merchandasing”, dice luis Burgos y se toma la visera de la FAO, la insignia que los identifica a la vista de todos.
AVELINO, EL PRIMER TESTIGO
Veintiseis años mas tarde Avelino esta sentado en el sillon de su casa de Ensenada. Viste formal; en un par de horas esta nominado al premio Fuerte Barragan por personalidad destacada de la ciudad. En la mesa tiene un libro de fotos y periodicos donde pueden probar -entre otras cosas- lo que padre e hijo han visto con ojos de fotografos e investigadores estos ultimos años.
Lo que vi, lo vi y lo ire a recordar hasta el minuto que me muera. Yo me baso en los hechos, y despues del 4 de marzo del 86 no necesite ir a ver mas nada. Ya esta. Podes ir todos los dias al campo y tal vez no lo veas nunca. Yo me crie mirando el cielo y te aseguro que eso no era natural. Que me lo venga a desmentir quien quiera – dice Avelino Mengui con sus 85 años- . Y chista: Al que venga a desmentirlo le pego una trompada. Yo no soy un viejo macaneador.