Desde hace 15 días el mundo tiene un nuevo país: la República Libre de Liberland.
Liberland tiene una bandera, un himno nacional y un Gobierno provisional aunque no ha sido reconocido aún por ningún otro país. Tampoco está muy claro si Liberland es en efecto un país de verdad o si podrá convertirse en uno en el futuro. Incluso, se podría decir que, más que país, Liberland es una idea profundamente liberal.
Por ahora lo que se sabe es que el 13 de abril pasado, el político checo de 31 años de edad, Vit Jedlicka, anunció la fundación de Liberland, un Estado soberano donde los impuestos son voluntarios, que no tiene Armada y cuyo eslogan es: “Vive y deja vivir”. Tiene por lo pronto una página web, una bandera,siete km2 de territorio, un Presidente (Jedicka), siete ciudadanos, cientos de miles de personas aplicando por su ciudadanía y hasta el jueves casi 134 000 seguidores en Facebook.
¿Un país o una idea?
En un territorio de apenas siete kilómetros cuadrados que ningún país reclama se ha fundaddo Liberland con un ideario libertario.
Los aplicantes provienen de prácticamente todos los países del mundo y los administradores del país no se dan abasto para atender todos los pedidos de información que les llega a su página web. Solo hay dos condiciones para acceder a la ciudadana en Liberland: no tener pasado comunista ni nazi.
Ningún periodista ha podido visitar el territorio que está en la ribera occidental del Danubio, en la frontera entre Croacia y Serbia y al que nadie ha reclamado como propio luego de la guerra.
Pero a pesar de todo lo descrito y del entusiasmo que ha despertado la noticia, la naturaleza de Liberland sigue teniendo un halo de misterio. Un misterio del que se han ocupado ya importantes medios de comunicación como la BBC y The Guardian de Inglaterra, Business Insider, The Verge, y Quartz. Hasta diarios más tradicionales como The Washington Post le ha dedicado páginas enteras, como ocurrió el 22 de abril pasado cuando este último publicó un artículo titulado “¡250 000 personas aplican a la nacionalidad de un país que posiblemente no existe!”.
Jedlicka ha dicho que se creó el país un 13 de abril, en homenaje a uno de los fundadores de los EE.UU., Benjamin Franklin, (que falleció ese día,)como una señal de que la filosofía que acompañara a ese país es el del liberalismo que movió a los padres fundadores de Estados Unidos.
Liberland
Tiene una bandera, un himno nacional y un Gobierno provisional.
Jedlicka, un miembro de Partido de los Ciudadanos Libres, dijo durante una entrevista con Business Insider que creó Liberland debido a la gran cantidad de gente que le preguntaba las razones por las que no fundaba un país propio, inspirado en Hong Kong. Según él, casi todas las iniciativas que había tenido para hacer lo en la República Checa se habían frustrado. “La presión por elevar los impuestos y las regulaciones aumentaban cada año. Es imposible frenar eso”.
¿Pero es Liberland en efecto un país, un chiste o más bien una idea? Por lo que se ha visto hasta ahora es sobre todo eso, una idea que representa el ideal libertario. Es quizá su ideario libertario el que ha generado tanto interés en el mundo porque el libertarianismo se ha convertido en una de las corrientes de pensamiento político que más crece en el mundo y que mayor atractivo produce entre los jóvenes.
Como hace poco dijo The Washington Post y el National Review de los EE.UU., el libertarianismo es la próxima “gran cosa”, sobre todo por el inmenso éxito que tiene entre la gente harta del abuso de poder de los gobiernos que se ha expresado entre otras cosas en el espionaje masivo denunciado por Edward Snowden.
Como David Boaz, del Cato Institute (el más importante Think Tank libertario), ha dicho, el libertarianismo tiende a crecer como una reacción al expansionismo abusivo del Gobierno y su incompetencia. Este rechazo ha hecho que los libertarios tengan visiones mucho más vanguardistas sobre temas vinculados a los derechos individuales como la legalización de la droga, el matrimonio gay o el aborto.
Liberland
Más que país, Liberland es una idea profundamente liberal.
Juan Fernando Carpio, un economista libertario ecuatoriano, sostiene que el surgimiento de un Estado autónomo como Liberland es necesario, “porque la centralización política ha venido causando empobrecimiento relativo, control asfixiante y toda clase de pérdida de libertades a lo largo del planeta”.
Para Carpio “el consumismo, la deuda, la corrección política y la pobreza e inseguridad callejeras pueden evitarse en micropaíses con moneda sana, impuestos ligerísimos o nulos y Gobierno limitado bajo preceptos liberales.
“Sí a Liberland y, por favor, queremos 100 más”, exclama Juan Fernando Carpio desde su profunda convicción en el ideario liberal.